Roto

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Jungkook esperaba ansioso fuera del colegio, miraba su teléfono cada 5 segundos y se aseguraba de voltear a todos lados.

"Tenemos que hablar"

Era lo único que decía el mensaje de su amado Taehyung, después de varios días sin saber de él, eso lo ponía aún más de nervios.

Febrero había comenzado y el curso también, aunque Taehyung no había asistido en casi toda la semana.

Esperó durante 10 minutos más, las clases habían terminado y no vio a Taehyung en ningún momento, quería quedarse ahí un poco más pero sentía que si se quedaba más tiempo  afuera, su rostro se congelaría por completo.

La cafetería que estaba frente a su colegio era de lo más cálida, si no mal recordaba, ese lugar le gustaba mucho a Taehyung, y honestamente, un café no estaría mal para calmar sus nervios por si su novio llamaba, porque aún era su novio.

Al entrar al lugar, un vacío enorme se abrió en su pecho. Una pareja de chicos estaba besándose de manera muy tierna.

El castaño se despegó de la chica y colocó un suave beso en su frente.

Sus ojos se cristalizaron en seguida y antes de que la primera escurriera, dio media vuelta y salió del lugar.

Comenzó a caminar lentamente por las calles vacías y semioscuras, mientras se repetía lo estúpido que había sido al creer que Taehyung lo había elegido.

-"¡¿Eso era lo que querías ver?! ¡Idiota! ¡Imbécil! ¿Ahora sí entiendes por qué no correspondió tu estúpido te amo? ¡El jamás te va a amar! Eras su juguete... su juguete...- susurró sin ánimos mientras se tiraba al suelo de aquel parque vacío.

Abrazó sus rodillas con fuerza y comenzó a llorar de manera desconsolada.

Se puso de pie, tenía que acabar con todo ese dolor que sentía en su interior, se dirigió al primer sujeto inestable que encontró y le ofreció un par de billetes a cambio de conseguirle una botella de tequila y una caja de cigarros. El hombre no se negó y se dirigió a la licorería, entregó lo acordado a Jungkook y desapareció, no quería que la policía lo captara dando alcohol a un menor de edad.

Kook caminó de vuelta al parque vacío, eran más de las 8 pm, el tiempo sí que corría muy rápido.

Destapó la botella y se sentó en una esquina, sacó un cigarrillo y lo encendió, nunca antes había fumado, pero observó a Taehyung hacerlo en un par de ocasiones.

"¿Crees conocer a V?- preguntó un chico de hermosos ojos miel.- apuesto a que no tienes una idea de lo que estoy hablando, ¿por qué no le preguntas a tu hermosos novio quién es en realidad? Porque ese chico divertido que está fumando en aquel bar, es tu amado V"

Parecía que aquel sujeto tenía razón, realmente no conocía mucho de Taehyung, entonces, ¿Eso era amor? Porque a él realmente no le importaba la cantidad de cosas que decían de Tae, a él solo le importaba quien era Kim Taehyung cuando estaba a su lado. Pero al parecer todo eso importó una mierda, en ese momento su corazón dolía de un modo en que nunca había sentido. Ni siquiera sabía que algo podía llegar a doler de ese modo.

Lanzó la botella contra el piso, pero con el impacto algunos pedazos de cristal salieron disparados contra su rostro. Pegó un grito agudo por el dolor, pero no era por el dolor de las pequeñas cortadas, era por el dolor que se estaba acumulando en su interior.

-¡¿POR QUE?! ¡¡KIM TAEHYUNG, TE ODIO!!

Tomó un pedazo de cristal entre sus manos, estaba seguro de que no quería terminar con su vida, pero deseaba con todo su ser, terminar con ese sufrimiento, o al menos poner una pequeña pausa.

Colocó el pequeño vidrio sobre su antebrazo izquierdo y rasgó parte de la piel, estaba por profundizar el corte cuando una mano se interpuso. Y un suave pañuelo blanco fue colocado sobre su rostro, limpiando el rastro de sangre que caía.

Lo abrazó con fuerza y susurró en su oído,

-Te prometo que voy a cuidar de ti hasta que él vuelva a tu lado.

Jungkook estaba demasiado ebrio como para entender, lo único que sabía era que ese abrazo era justo lo que necesitaba en ese momento. Se aferró a aquel extraño y comenzó a llorar con más fuerza.

-Voy a llevarte a casa.

-Tú no sabes en donde está mi casa.- susurró Jungkook mientras aquel misterioso chico lo ayudaba a ponerse de pie.

-Yo lo sé todo.- el más alto sonrió mientras lo ayudaba a entrar al auto.

-¿Quién eres?- preguntó Jungkook a punto de quedarse dormido.

-Probablemente lo peor que te pudo pasar.

Jungkook sonrió afirmando.

-¿Eres Kim Taehyung?.- dijo cerrando los ojos finalmente.

-No, peor aún...Soy Kim Mingyu.

Crónicas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora