Flor Imperial PT IV

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Jimin subió a su auto y lo encendió. Condujo un par de cuadras mientras limpiaba las lágrimas de su rostro, una parte de él sabía que había hecho lo correcto, pero el otro lado de su corazón dolía mucho, él quería cumplir su promesa de cuidar siempre a Jungkook, pero en ese momento, le era casi imposible respirar.

Se detuvo cerca de su antiguo colegio y comenzó a golpear el volante con desesperación mientras el llanto aumentaba. Se sentía perdido, solo y por primera vez no podría llamar a su "mejor amigo" pues era el quien le estaba causando todo ese dolor.

Tomo su móvil y llamó a la única persona que sabía que siempre estaría dispuesto a ayudarlo sin pedir nada a cambio.

-Yoonie...- dijo en un pequeño sollozo casi inaudible- ven por mí... llévame a casa.

Del otro lado de la línea se escuchó una ronca voz respondiendo alarmada.

-¿Jiminie? Pequeño, ¿En dónde estás?... ok... quédate ahí ¿Quieres? Iré por ti en seguida.

Jimin cortó la llamada y salió del auto, se sentó sobre el asfalto a esperar a que su pálido amigo llegara a juntar esas piezas rotas dentro de él. Se preguntó ¿Por qué el amor dolía tanto?, ¿Por qué tenía que enamorarse de la persona equivocada?, y lo más importante, ¿Por qué no podía portarse de manera egoísta y pelear por ese amor que sabía él también merecía?

Un sollozo, otro... el llanto comenzaba a aumentar.

Estaba a punto de golpear el suelo cuando una suave mano lo detuvo. Con esa misma fuerza unos cálidos brazos lo rodearon y un pequeño beso fue colocado en su cabello.

Jimin comenzó a temblar y su llanto termino por detonarse al reconocer ese delicioso aroma a menta que caracterizaba a su Hyung.

-¿Por qué a mí? ¿Acaso es malo querer cuidar de un corazón que fue herido?

Yoongi lo pego más a su cuerpo.

-No, no es malo... pero a veces ese amor no nos pertenece y no tenemos más opción que mirar desde la ventana mientras su verdadero dueño llega y lo aleja de nosotros... (Justo como él te aleja de mí)

-No quiero estar solo...

-Jamás te dejaré solo...

Lo levantó lentamente y lo subió a su auto. Acarició el rostro de su pequeño amigo y limpió sus lágrimas con sus largos y pálidos dedos.

No podía decirle que estaría bien, porque sabía perfectamente que un corazón roto no se repara únicamente con palabras pero quería de alguna manera hacerlo sentir mejor.

-Jimin, te juro que si no dejas de llorar, me veré en la penosa obligación de cantarte. Y eso, créeme, no va a ser grato ni para ti, ni para mí.

Jimin lo miró hipando por el llanto. No podía creer que en un momento tan serio y lleno de dolor ese chico gruñón lo estuviera amenazando con cantar.

El rostro de Yoongi se tiñó de rojo al notar lo que acababa de hacer.

-Lo siento yo...

Antes de terminar su frase, Jimin lo interrumpió abrazándolo fuerte.

-Quédate conmigo...

Yoongi no respondió, simplemente correspondió el abrazo.

"Siempre que tú quieras"- pensó

Crónicas de un corazón roto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora