Existió un tiempo en que padres solían dejarme bajo el cuidado de una niñera. Algunos pensarán que la niñera era considerada parte de la familia, pero no era así, porque era igual de ausente que mis padres. Los únicos recuerdos que tengo de ella son de todas las veces en que ponía una telenovela turca y descansaba en su sillón preferido de la sala, anunciando que no la molestara e inmediatamente se desconectaba de la realidad.
Al entender que no tenía mucha compañía, el ballet se volvió una distracción ante mi soledad y con el paso del tiempo, se terminó convirtiendo en una pasión.
Por mala suerte, eso cambió desde que sucedió la tragedia del teatro. Mis padres despidieron a la niñera, siendo este uno de los muchos cambios en mi vida y entre estos, el más importante: la nueva presencia de mis padres; quienes no volvieron a dejarme sola, a menos de que fuese una emergencia en la que no se me permitía mi presencia o que fuese algo duradero de un día. Si entraba en el aspecto de poder acompañarlos, claramente me llevaban, aunque no quisiese ir.
Así que resultó extraño cuando decidieron dejarme sola en casa durante una semana.
Ya llevaba unos días enferma, de tal manera que tuve que faltar a clases, y cuando se acercó el día del viaje, al no dar señales de mejorar, no se me permitió acompañarlos a Monterrey. Mi abuela materna tenía unas complicaciones en su corazón y mis padres decidieron que era mejor evitar que la enfermará y empeorará tanto su salud, como la mía, por no descansar.
Era la primera vez en años que me quedaba sola en casa por más de un día y aunque llevaba tanto tiempo sin sentir preocupación, el no saber cuándo regresarán con exactitud, me causaba pánico. En lugar de estar tranquila escuchando música o durmiendo como un bebé, me encontraba rodeada entre almohadas y cobijas, alerta por si algo malo sucedía.
En parte era mi culpa, la noche había comenzado en una maratón de películas de princesas y terminó con "El Exorcista".
No quería salir de mi habitación, sabiendo que era mejor quedarse encerrada en la seguridad de mi habitación, antes de salir a los pasillos oscuros y solitarios de la gran maldita casa. Tenía todo para aguantar la noche sin tener que abandonar mis cuatro paredes seguras, hasta que caí en cuenta de que mi botella de agua quedó vacía y al no tener otra, supe que tenía que salir por una nueva.
No era normal la gran cantidad de sed que tenía.
Así que me obligue a salir de mi habitación, cubierta hasta la cabeza en una cobija rosa, apurando mi paso hacia la cocina mientras prendía todas las luces posibles.
El plan era regresar a mi cuarto lo más rápido posible, enrollarme entre mis cobijas, cerrar los ojos y dormir tranquilamente por una inmensa cantidad de horas. Sería algo imposible, considerando que el dolor en mi garganta y los constantes estornudos, no me dejarían en paz. También había que agregarle el hecho de que mi cabeza punzaba por lo rápido que iba, así que sentía que a cualquier momento me iba a caer de cara contra el suelo.
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I NEED YOU || Peter Parker
FanfictionEn la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...