En la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...
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Entre a la habitación de Peter como si nada, dejando mi mochila en el suelo de su cuarto y tomando asiento en la silla frente su escritorio. Observe a ambos chicos con mis brazos cruzados, lista para pasar el resto del día ayudándolos en su extraña misión.
Tenía por entendido que Peter descubrió a dos hombres vendiendo armas que parecían ser una mezcla de tecnología alienígena con humana, y cuando Peter los persiguió, fue capaz de conseguir un objeto que contenía una piedra color violeta, la cual los chicos abrieron durante su clase de mecánica. Los hombres habían aparecido en la escuela en busca del objeto, pero Peter fue más rápido que ellos y les puso un rastreador para investigar más a fondo.
No entendía para qué necesitaban mi ayuda en ver un mapa virtual, pero me retracte al saber que ambos chicos, se distraerían tan fácil que se les olvidaría la misión.
Así que pasamos toda la tarde viendo el pequeño mapa, que era como un holograma en que podíamos ver en tiempo real, a donde se dirigían los hombres.
El techo de Peter fue lo que más interesante de todo esto, mis piernas estaban levantadas y pegadas contra la pared, y mis manos entrelazadas sobre mi estómago. La silla me había lastimado el trasero después de un par de horas, a lo que opte por acostarme en suelo, al lado de Peter. A la primera hora, Ned se quedó dormido en la cama de Peter, sus ronquidos siendo de los únicos sonidos que opacaban el silencio.
Hasta que Peter decidió hablar, al mismo tiempo que estaba por sacar mis auriculares.
—Michelle me contó que te caíste en gimnasia —cerré los ojos con fuerza, dejando escapar una pequeña risa.
—Fue la caída más alta que he tenido... A este punto terminaré con la columna rota.
—Estarás bien, solo no vuelvas a subir la cuerda si no estoy.
—¿Spider-Parker irá a mi rescate?
—Ese es un terrible nombre, pero claro que sí —sonreí rodando los ojos y regresando mi mirada al techo, cerrando los ojos en el proceso.
El silencio se hizo presente en el lugar, tenía un audífono en un oído y el otro, lo tenía Peter. Nos estábamos turnando para poner una canción diferente y al momento en que término Dancing In The Dark de Bruce Springsteen, la próxima canción resonó en mi oído derecho. La reconocí al instante, los recuerdos me llegaron como una terrible ráfaga de aire y de la nada, me senté de golpe, removiéndome el audífono en cuanto la imagen de ese hombre, apareció frente a mí.
No recuerdo cuando fue la última vez que lo vi al momento de cerrar los ojos o al tener pesadillas, pero ese miedo salió a brote como aquellas veces que sucedían.
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y tuve que forzarme a mantener los ojos abiertos, asustada de que, ante cualquier parpadeo, volvería a ser esa pequeña indefensa niña. Lleve mis manos al frío suelo, buscando algo que me recordara en donde estaba realmente y que me evitara el soltarme a llorar como una pequeña niña asustada.
