En la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...
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Lleve la almohada a mi rostro como si eso fuera a ocultar mis llantos. Había perdido a mi mejor amiga, a la héroe que me salvo de pequeña, a quien me enseño todo lo que sé y que me ayudo a creer en mí misma. Todo esto parecía una cruel mentira, prefería eso a que tenga que aceptar el hecho de que pasaron cinco años.
Ni siquiera pude verla una última vez. Realmente pensé que nos volveríamos a ver.
Mi garganta ardía de todos los sollozos que deje escapar, baje la almohada para ver mi mesita de noche, en donde tenía una de las fotos que había tomado cuando entrenaba con ella, cuando aun era pelirroja. Nat observaba la cámara con una sonrisa en su rostro, Steve estaba detrás de ella con una gran sonrisa y Sam levantaba su dedo de en medio, con una cara de fastidio. Me levante de la cama tomando el pequeño cuadro, recordando perfectamente ese día, pudiendo escuchar las risas y sentir los golpes que había recibido gracias al duro entrenamiento.
—Millicent, tenemos que irnos —escuche a mi padre al otro lado de la puerta.
Tuve que levantarme de la cama para ir al funeral de Stark.
Ahora ya sabía la razón por la que mi madre estuvo cansada hace cinco años atrás... Y esa razón se encontraba a mi lado sin dejar de jugar con su muñeco de Iron Man.
Aún no podía creer que tenía un hermano de cuatro años.
Era un completo fastidio, como yo.
El funeral no duró demasiado, me aleje de los demás para quedarme sentada a un lado del lago, sin dejar de ver el agua y apretando los parpados con fuerza, queriendo evitar el volver a llorar por dos héroes de mi infancia, a quienes perdí en tan solo un día. No solo por eso, si no por que también se habían convertido en mis amigos, mentores, una segunda madre o la mejor tía que nunca había tenido.
Hoy no era un buen día y sabía que las próximas semanas serían igual de dolorosas.
De la nada, dos personas se sentaron junto a mí; a mi izquierda estaba el hombre que me dio aquella mala noticia y a mi derecha, una pelirroja que rápidamente reconocí como "Scarlet Witch".
—¿Creen que sepa que ganamos? —la muchacha paso su brazo por mis hombros y deje mi cabeza caer en su hombro.
—Ella sabe... Ambos lo saben.
No sabía a quien se refería, pero deduje que se refería a alguien que también perdió en la batalla contra Thanos.
—Millie —mire a Clint—. Ella me pidió que te diera esto...
Tenía una pequeña caja entre sus manos y me la estiro, le mire durante unos segundos antes de tomarla. Vi la pequeña nota que tenia pegada a un lado del lazo blanco, la coloque entre mis piernas con intención de abrirla al llegar a casa y nos quedamos viendo el agua por un largo tiempo.
La extrañaríamos demasiado.
Nos despedimos después de habernos levantado del césped, cada quien se fue por su lado y me acerque a mis padres, alborotándole el cabello al pequeño Edward. Mi tío se nos acerco junto a la rubia que había destruido la nave de Thanos y lo salude con un fuerte abrazo, para luego estrechar la mano de la tal Carol Danvers.
