En la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...
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Me subí al alto edificio con tal de obtener una buena vista de mi alrededor, hoy era mi cuarta noche con el traje y de que Stark me mandará a dar unas vueltas por la ciudad, aun cuando Spider-Man ya lo hacía. El viento estaba algo frío y agradecí que mi traje podía soportar cualquier temperatura, excepto mi cara, que no tenía casi ninguna protección.
Entrecerré los ojos en cuanto vi una extraña figura saltar de techo en techo y supe que no era Spider-Man.
Me subí la capucha e inmediatamente me fui columpiando en mi soga, siguiendo al desconocido. Claramente, era alguien sospechoso, pues no era normal ver gente saltando de techo en techo y mucho menos, a estas horas de la noche. No obstante, al perder de vista al sospechoso, me detuve en el techo de un edificio, tratando de encontrarlo con la mirada, hasta que escuche un pequeño murmuro detrás de mí.
Saque mi espada, apenas me gire a ver a la persona.
—¡Pero si eres una pequeña cosa negra y adorable! ¡Hola!
«¿Acaba de llamarme "Adorable"?», pensé.
—¿Quién eres?
—Soy el Consorcio Inactivo —el hombre estiro su mano en mi dirección, esperando a que la estrechara—. Pero sin el traductor de Google, soy Deadpool.
Guarde mi espada al ver que solo era un tonto con un disfraz rojo con negro y él terminó bajando su mano al darse cuenta de que no la estrecharía. No parecía ser peligroso, aunque sí un gran y molesto hablador a quien no le entenderé ni la mitad de lo que dice.
—Nunca te he visto, ¿acaso me perdí de un nuevo cómic? —fruncí el ceño ante lo que dijo y el extraño se llevo ambas manos a sus mejillas, como si estuviera sorprendido—. ¡OH! ¡¿Esto es un fanfic?! ¡Me gusta salir en ellos! Aunque no contribuyo nada a la historia, al parecer a las chicas solo les gusta mi hermosa presencia.
—¿De qué diablos estás hablando?
—No te preocupes, pelusita, solo tienes que saber que ahora en adelante, quieras o no, nos veremos más a menudo.
«Este hombre esta completamente loco...» pensé.
Me di la vuelta con intención de abandonar la extraña conversación y regresar a casa, donde me esperaba mi cómoda cama. Sin embargo, al escuchar unos pasos detrás de mí, rápidamente me giré a ver al hombre, quien no se había movido ni un solo centímetro y sacudió la mano en forma de saludo. Lo ignoré tratando de volver a irme, pero volví a escuchar unos pasos y nuevamente, me di la vuelta al mismo tiempo que sacaba mi espada.
Gran error.
Sentí desde el mango, como el filo atravesaba al hombre.
—¡Oh por Dios!
—¡Uh! Esta tan caliente como la calva de McAvoy.
—¡Lo siento! ¡¿L-la saco?! —levante la mirada para verlo, no se retorcía por el dolor y se veía demasiado tranquilo con el hecho de tener una espada atravesándole el abdomen—. ¿Estás bien?
—Sí, duele, pero debo de admitir que es algo placentero.
Abrí la boca sorprendida ante su respuesta y sin dejar de mirarlo a los ojos, saque la espada sin previo aviso. El hombre se quejó, sacudí la espada para quitar la sangre de encima y el filo desapareció en el mango, lo puse en mi cinturón para revisar la herida del hombre, pero solo pude ver la tela de su traje rota y sin ningún rastro de un pequeño orificio sangrante.
—¿Q-qué...?
—Soy Deadpool, tengo cáncer y estas viendo pesadilla en la calle Elm Street —llevo su mano a la mascara, para luego levantarla y permitirme una vista de su rostro—. ¿O no?
Apreté los labios con fuerza, la piel del hombre me dejo sin palabras y no quería decir algo que empeorara la situación. Aunque él mantenía una gran sonrisa en su cara y eso en cierta parte, me tranquilizaba un poco.
—Lo siento...
—¡No hay problema! No todos los días te encuentras con una pelusa andante y te enteras que esto es un fanfic —alcé un poco la ceja, aunque sabía que por la capucha no me podía ver del todo y deje escapar una pequeña carcajada.
—Estas loco.
—Es el cáncer.
Aquí es donde ustedes se preguntan: «¿Es Wade una buena persona?». Bueno, creo que esa no sería la pregunta apropiada, así que intentemos de nuevo. «¿Es Wade un maldito grano en el culo?» Sí, demasiado y es el peor grano de la historia de la pubertad.
Cada vez que abre la boca, dudaba si le quedaba una sola neurona en funcionamiento... O si cabía la posibilidad de que se le regenera una a cada cinco segundos. No obstante, había un lado bueno de Wade Wilson y es que durante los siguientes días, me enseñaba a como usar la espada que me dio Stark. No dejaba de sorprenderme con la gran agilidad que tiene al momento de usar dos y por más estúpido que me parezca el hombre, era un buen "maestro" o "Sensei Pool" como él quería que le llamara.
—¡Vamos! ¡Soy un ninja a punto de hacerte taquitos de tripitas!
Ahí estaba mi extraño maestro, que quería que lo usara como parte del entrenamiento, por el simple hecho de poder regenerarse y una inexistente posibilidad de morir a mis manos. Algunas veces me parecía una buena idea el lastimarlo por lo fastidioso que era, pero no lo hacía sabiendo que aún sentía dolor.
Además, tenía que ser honesta, Wade era un sujeto agradable si quitábamos el hecho de que no dejaba de decir una estupidez a cada maldito momento.
—Dejaremos esto para otro día, me tengo que ir.
—¿Qué es más importante que los taquitos?
—Mi excursión al MoMA.
—Ohh, a partir de aquí es donde les apretaran las bolas u ovarios con mucha fuerza —miró a cierto lugar que estaba a su lado.
—¿Qué...? —llevo un dedo a mi boca, haciendo que me callará. Ni siquiera me miro.
—Shhh, le habló a la audiencia... Prepárense para que sus corazones sean destruidos, están apunto de sufrir con la muerte de Iron Man. ¡Ups! alerta de spoiler, lo siento.
A este punto, ya no me sorprendía que podía llegar a salir de la boca de Wade.
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Se preguntarán: ¿por qué esta perra se tardó mucho en actualizar?
Como verán, en esta historia tengo dos versiones de cada decisión importante o algo que pueda impactar a nuestra pendeja Millicent. Así que, hice como cuatro versiones desde que salió Endgame —cosas que tuve que editar desde hace un chingo de meses:))— y lo que sigue, es una de esas decisiones.
Así que esto depende de ustedes. Que la fuerza las acompañe, jueputas.
