En la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...
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Observe el extraño avión con atención mientras la mujer manejaba, evitando acercarme a las ventanas, sabiendo que íbamos a máxima velocidad, aunque no se sintiese. Ninguna de las dos soltó palabra alguna y la falta de conversación, comenzó a hacerme sentir incómoda por tanto silencio. Así que después de varias horas estando quieta, decidí acercarme a la pelirroja, dejándome caer en el asiento del copiloto con mi mirada en mi regazo, por miedo a marearme si veía por la ventana.
Finalmente, ella fue quien rompió el silencio.
—¿Cuántos años tienes?
—Quince, casi dieciséis —subí mis piernas al asiento, abrazándolas contra mi pecho—. Sé sobre todo el asunto de la "Iniciativa Avengers" y todo eso, pero ¿cómo conoces a mi tío?
—Fury mando a alguien a matarme.
—¡¿Qué?! —levante la mirada para verla, accidentalmente viendo el movimiento de afuera y mareándome durante unos segundos.
—Como puedes ver, estoy viva —sin dejar de ver hacia al frente, pude ver como se formaba una sonrisa ladeada en su rostro—. En un breve resumen, el agente se volvió mi mejor amigo, me recomendó con Fury y me reclutaron.
Sabía con claridad en que trabajaba mi tío, pero aún me seguía pareciendo imposible imaginar como aquel hombre que he admirado durante tantos años, ha llegado a tomar decisiones tan duras como esa. Digo, tenía sentido cuando pensaba en que perdió un ojo, tiene cajas repletas de archivos secretos en mi casa y sobre todo, aquel maletín que contenía cosas de una desconocida. Todo eso me dejaba en claro que estaba metido en cosas peligrosas y que, posiblemente, yo también estaba a punto de hacerlo.
Y la realidad me pego en ese instante.
Estuve tan cegada ante la idea de deshacerme de mi miedo y de finalmente sentirme segura por mi propia cuenta, que no pensé con detenimiento antes de aceptar el trato.
Esto ya no solo se trataba de esa noche en el teatro, sino que estaba involucrándome en asuntos de los que no tengo conocimiento alguno. Asuntos del gobierno donde gente adulta solo tenía ese conocimiento total; asuntos en los que personas como Natasha y Peter, tenían mucha experiencia, mientras que yo, no sabía qué me podría pasar si trato de investigar a fondo.
Era diez veces más espeluznante si lo pensaba de esa forma, comenzando a cuestionarme sobre la verdadera razón en que mi tío me envió en este viaje y si no había más razones por detrás.
No obstante, no pude seguir sobre-pensando cuando sentí una mirada sobre mí, girando mi rostro hacia la pelirroja, quien reflejaba tanta seriedad que me causo un escalofrío.
—Te recuerdo... Eras tan solo una pequeña bailarina.
Baje mi mirada a mis manos, estas comenzaron a temblar con intensidad y maldije en mi mente al no poder hablar. Nunca creí que hablaría con ella sobre eso y aunque esperé la llegada de este momento para poder agradecerle por salvar mi vida, mi boca fue incapaz de soltar palabra alguna.
