En la vida de Millie, existió un tiempo en que se sentía como una persona normal como el resto. Hasta que una noche llena de desgracia, fue el inicio de una serie de giros imparables e incontrolables en su vida. Lo único que llegaba a considerar nor...
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Tire mi mochila en el suelo en cuanto regrese a casa, lo cual había sido temprano, ya que mi madre me había recogido en el MoMA y Peter se fue en el camión de regreso, aunque prometió ir a visitarme más tarde para comer pizza. En estos últimos días, no hemos tenido tiempo de vernos y aunque pasábamos nuestros recesos juntos, no era lo mismo, siendo que nuestros amigos siempre estaban ahí. Así que hoy sería nuestro primer día juntos, después de casi dos meses sin poder vernos.
Me dejé caer sobre mi cama y antes de comenzar a revisar Instagram, recibí una llamada por parte de Ned, diciendo que Peter había ido tras una gigante dona en el cielo. Rápidamente, di un salto saliendo de mi cama para dirigirme a mi ventana, dudando si lo que me estaba diciendo era una broma.
—Espero, ¿esto es una broma punk?
Hasta que la vi.
En cuanto le colgué a Ned, trate de llamar a Peter, sin obtener respuesta alguna por parte del chico, y después de haber dudado mucho, en desesperación saque de mi mochila de entrenamiento, mi traje. Me lo puse lo más rápido que pude, para luego saltar por la ventana y columpiarme entre edificios, en dirección a la gigante dona que se encontraba en el cielo.
«Un gran día para una invasión alienígena» pensé.
Me detuve en cuanto un extraño alíen con apariencia de Calamardo, paso por una de las abandonadas calles del lugar. Sin dudarlo, saque mi espada y salté tratando de darle un golpe, pero levanto su mano deteniéndome en medio del aire, mandándome a volar lejos.
Antes de chocar contra algo, fui rescatada por Spider-Man, que me dejo en el suelo e inmediatamente me reconoció. Era la primera vez que me veía en mi traje.
—¡¿Qué haces aquí?! —exclamó.
—Ayudar a tu arácnido trasero.
—¡No nece...! —miro algo a lo lejos e hice lo mismo, viendo a un hombre con ropas extrañas ser arrastrado en el aire—. Olvídalo, tenemos que rescatar a ese hechicero.
—De acuerdo, ¿tenemos algún plan?
—Uhh... Atacar y rescatar.
Lleve mi palma contra mi frente, pero termine asintiendo ante su absurdo plan.
Regrese la mirada al hechicero, viendo como estaba siendo abducido por una luz y sin perder tiempo, corrí por los techos de los edificios y al estar un poco cerca de él, use mi soga para sujetarme de su tobillo. Mis pies dejaron de sentir el suelo, ahora colgaba del desconocido y fui haciendo que la soga se fuera acercando más a este, al mismo tiempo que ambos nos acercábamos a donde provenía la luz y antes de que tuviera la oportunidad de hacer algo para sacarnos de ahí, ya nos encontrábamos en el interior de la dona espacial.
Estaba dentro de una maldita dona alienígena, junto a un desconocido inconsciente.
Trate de usar mi celular, pero la señal no servía en el lugar, por lo que no podía llamar a Peter ni a Happy.
Me escondí detrás de unos pilares gigantes en cuanto escuche a alguien entrar al lugar y al ver que era el calamar, me quede dudando si probablemente era buena idea ir a atacar o quedarme donde estaba, sabiendo que momentos atrás, apenas trate de atacarle me mando a volar. Así que termine escogiendo la segunda opción, considerando que si en algún momento el calamar se alejaba del hechicero, podría tratar de sacarlo de ahí sin ser vista o tener algún tipo de confrontación en la que podría terminar muerta.
Con cuidado, me quedo observando como Calamardo puso al hechicero —que ya se encontraba despierto— a flotar en el aire, para poner a su alrededor un montón de cristales filosos y me di la vuelta, recargando mi espalda contra el pilar para crear un plan, el cual siempre terminaba en mí, siendo un cadáver.
Levante la cabeza maldiciendo y en ese momento, vi a Iron Man.
Suspire aliviada, use mi soga para escalar y llegar a un lado del hombre, viendo que Spider-Man ya se encontraba hablando con él, solo que el chico estaba usando un traje diferente al usual.
—¡¿Qué diablos?! ¡No deberían de estar aquí! —susurro en un tono de regaño y me removí mi capucha al igual que mi máscara, dejando mi rostro visible—. ¿Saben qué? No quiero oír nada.
—Iba a irme, pero era un largo trecho y pensé en usted...
—Ahora quiero oír.
—... atascado a un lado de la nave y este traje es muy intuitivo, así que en todo caso, es su culpa que yo esté aquí.
La capa que flotaba al lado de Tony, hizo unos manerismos como si estuviese viendo a ambos, totalmente sorpresiva ante las palabras del arácnido y el hombre, viendo al castaño en indignación. Después de su pequeña pelea de padre e hijo, el hombre me miro como si fuera su próxima víctima del interrogatorio, a lo que tragué saliva por los nervios.
—¿Algo que decirme, Millicent?
—Bueno, escuche las palabras "dona abduciendo a hechicero" y aquí estoy.
El hombre se quedó contemplándonos antes de empezar a negar con la cabeza, una y otra vez.
—No sé qué decirles... Estoy indignado...
—¿Podrías parar con los sermones un momento? Por qué hay un hechicero al cual salvar, eh.
Stark rodó los ojos, asintió y se puso su casco al igual que Peter.
Peter sacó a relucir uno de sus planes que saco de aquellas películas que tanto adora. Nadie se negó ante el plan. Stark se puso frente a Calamardo para distraerlo y con mi soga sostuve a Peter de la cintura, lista para cuando Stark disparara un explosivo a la pared y se rompiera haciendo que el alíen se fuera por ahí, siendo succionado para perderse en el espacio exterior. Sostuve a Peter para que pueda salvar al hechicero antes de que tenga el mismo destino que Calamardo.
Y al escuchar "espacio exterior" fue cuando me di cuenta de que estábamos lejos de casa.
¡Estamos en el maldito espacio! ¡Muy lejos de casa! ¡Oh por Dios!
No hubo tiempo para seguir en mi modo de pánico, pues Peter levanto el pulgar en señal de que se iba a lanzar por el hechicero y me sostuve de una columna con todas mis fuerzas, evitando ser arrastrada junto a él. Cuando pudo rescatar al hechicero, el alíen ya se encontraba flotando en el espacio y Stark cerró el hoyo con unos nanobots, antes de que alguien más fuese succionado.
Peter dejó al hombre en el suelo, lo solté para usar mi soga con tal de acercarme a ellos, siendo oyente de la discusión de Stark con el hechicero. Peter se quedó a mi lado haciendo lo mismo.
