„ʇsǝʇɐǝɹƃ ǝɥʇ ǝɹ,ǝʍ ʇnq„
Roma ama el arte.
Roma ama la musica.
„ǝɹʌno˥ ǝɥ⊥ uı sn ƃuɐɥ ןן,ʎǝɥ⊥„
Roma tiene nombre de ciudad llena de arte, y ella lo sabe.
Roma vivió en EEUU durante tres largos años, donde estudió arte y siguió componiendo. Ahora vue...
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Rayan estaba hablando de arte, cosa obvia, ya que estamos hablando de la clase de Historia del Arte. Los primeros diez minutos de la hora las pasamos haciendo presentaciones, y cuando me tocó, Rayan incrustó sus brillantes ojos esmeralda en mis tristes ojos verdes.
Su color no era nada comparado con el mío ya que su color brillaba como un jodido diamante y mi color era más bien un verde oscuro que tiraba más a ser marrón que verde. Aunque toda mi estancia en el instituto, Castiel me decía que mis ojos parecían una explosión que pasaba del verde al dorado y del dorado al marrón y que por eso le encantaba admirarlos siempre que estábamos tumbados uno al lado del otro.
Cuando acabé de presentarme, Rayan sonrió, y cuando quitó sus ojos de mí, escondí mi cara entre mis manos avergonzándome de lo que se me pasaba por la cabeza. <<¿Por qué mi profesor? ¿Qué no simplemente podía ser el sexy amigo de mi jefe?>>
Cuando me quise dar cuenta, tanto Rayan como la clase entera me miraban.
-¿Se ha enterado señorita Roma?- le miré sin saber que contestar.
-¿Perdón?- la clase rio un poco y el hombre suspiró.
- Le preguntaba que era el arte para usted ya que veía que no me prestaba mucha atención.
-Oh... Vaya- pensé- Pues, arte creo que es el sentimiento que plasma un pintor sobre su lienzo, es como mi música. Para mí, mi letra es lo que siento, sé lo que siente un pintor al crear un cuadro con sus propias emociones- miré a Rayan- Es sentimiento, eso es arte para mí, ira, amor, alegría, tristeza, odio, orgullo u otra cosa.- él me sonrió.
-Es una buena explicación- sonreí.
-Gracias Ra... Sr. Zaidi.
-Cantas ¿No?- Realmente no sé por qué lo pregunta, asentí- ¿También pintas?- asentí otra vez.- ¿Qué es lo que sientes, cómo lo plasmas?
-En este momento solo siento odio hacia mi ex, de eso van mis letras- expliqué.
-¿Y tus dibujos? ¿Qué es lo que ves en ellos?- preguntó.
-Me veo a mí misma, porque me dibujo a mí misma. Me dibujo con diferentes colores, colores que representan las emociones que siento en el escenario- sonreí.
Después de mi explicación, Rayan siguió preguntándoles a los alumnos qué era el arte, algunos respondían con filosofía y otros con definiciones de diccionario, pero la gran mayoría coincidía en que el arte, era subjetivo y que siempre buscaba representar algo bello.
-Bueno- dijo Rayan- aquí acaba la clase por hoy- se acercó a mi mesa y se apoyó en ella.
-Os podéis ir- antes de que me levantara dio unos golpecitos con sus dedos en la mesa- Tu no, Roma.
Le dije a Chani que se podía ir sin mí y que luego hablaríamos, así que cuando se fue, yo me acerqué a la mesa de Rayan donde él se había sentado.
-Aquí estoy- dije sonriendo.
-Si, quería hablarte del otro día...- estiré mi brazo para que dejase de hablar.
-Ambos sabemos que estuvo mal, y sabemos que lo pasamos realmente bien, o por lo menos yo. Pero hay que admitir que yo no sabía que era mi profesor. Y si va a decirme que fue un error, permítame decirle que fue el mejor error de mi vida y que usted está realmente bueno- admití. Rayan me miró perplejo.
-Me siento alagado de cierta forma- sonrió avergonzado y le miré- El caso es que ahora soy tu profesor y eso- Él se tocó la nuca pensativo -No diré que no me agradó- le miré con una ceja alzada- Vale, me gustó- sonreí victoriosa- ¿Qué hago hablando de esto contigo?- él rio.
Ambos nos quedamos en silencio unos minutos sin mirarnos. Él miraba sus manos y yo mis pies.
-Yo...- comencé a hablar- Emm... Esta noche, voy a volver a cantar en el bar de Jim y...- Ahora fue él el que me cortó.
-Si, lo sé. Él ya me lo dijo, básicamente voy a ir todas las veces que cantes- me sonrojé un poco y bajé la mirada, su voz me hizo volver a mirarle- Soy amigo suyo desde hace bastante tiempo y se ve que me vio cómo te miraba mientras cantabas- sonreí.
-Él sí que sabe- susurré, pero Rayan me escuchó.
-¿Qué sabe?- me miró interrogante.
-Como animarme de cierta manera- él no lo pilló, y yo agradecí en mis adentros.
-¿volverás a cantar con odio?- asentí.
-Solo hasta que gaste la emoción de mi cuerpo- comencé a alejarme de su mesa.
-¿Cuándo pasará eso?- preguntó con una sonrisa mientras yo comenzaba a subir las escaleras para salir del aula.
-Cuando aparezca mi príncipe azul - sonreí y salí de la clase.
Salí al campus y caminé para llegar al edificio de la residencia, una vez allí subí las escaleras a mi habitación - cosas buenas de estar en el primer piso- y abrí la puerta cerrándola detrás de mí. Me tiré a la cama y miré mi móvil. Dentro de unas horas había quedado con Nathaniel con que me llevaría al gimnasio para ver a Kim.
