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  CHAPTER ELEVEN <<  REAL LIFE

-Quiero que os quedéis con el bar durante mi ausencia- mi cara debía de ser un poema ahora mismo, en cambio Rayan parecía impasible

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-Quiero que os quedéis con el bar durante mi ausencia- mi cara debía de ser un poema ahora mismo, en cambio Rayan parecía impasible.

-¿Qué?- pregunté atónita.

-Lo que oyes, Roma- reí un poco.

-Oh, no, no, no, no, no, no y no- alcé mis brazos hacia arriba mientras negaba con una sonrisa.

-Roma, por favor- me suplicó el hombre bajito.

-Me da igual que vayas a ver a tu hija a España con tu mujer- dije- yo tenía planeado llamar a Lysandro para verle- expliqué.

-¿Lysandro?- preguntó Rayan.

-Puedes llamarle la próxima semana- dijo Jim.

-¡No quiero!- subí los brazos hacía arriba- La semana que viene aparecerá Castiel, y de verdad que quiero hablar con Lysandro antes de que eso ocurra- jim y Rayan me miraron.

-Te lo pido de rodillas.

-¿Me llamarás señorita?

-¿Te das cuenta de que te doblo la edad?

-¿Te das cuenta de que soy tu esperanza?

-Te dejaré beber.

-Trato echo- me crucé de brazos.

Caer para beber. Patético. Lo siento LysLys, hablaremos de Castiel otro día.

-Sabía que caerías-sonrió Jim.

-Solo quiero olvidarme de que existo durante una o dos horas- me excusé.

-Acabarás muriéndote- avisó Jim.

-Que así sea- hice una reverencia, luego estiré mi mano.- Llevo dos semanas cantando aquí, quiero la mitad de mi sueldo.

-¿Trabaja aquí?- preguntó Rayan.

-No tengo otra- Jim entró en la barra y de un sobre blanco sacó dos billetes.

-Fuiste tu quién me contrató- dije indignada.

-Porque tenías excusa- me dio el dinero.

-Te odio- entrecerré los ojos mirándole mal.

-Dame el dinero- extendió su mano. Yo sonreí maliciosa.

-¡Ya es mío!- reí. Jim se puso a reí, y yo también.

No entendía la razón por la que reíamos, pero por un momento sentí que todavía estaba en el instituto, y que Elisabeth, la hija de Jim, intentaba hacerme reír después de que Castiel cortara conmigo la primera vez.

-bueno, gracias por el dinero, Jim- agarré mi bolsa y me la colgué en el hombro- Me iré a hacer  acto de abligurición- los dos me miraron raro.

-Abligurición es como en inglés se diría ir a gastar demasiado dinero en comida- ellos me miraron como entendiendo.- Nos vemos, entonces.

-Adiós- me dijo Rayan.




Después de varios litros de agua, dos paquetes de donuts de chocolate, una caja de galletas con pepitas, un batido de vainilla de estos que vendían para niños pequeños y un paquete de Cheetos que no venían a cuento, acabé mi sesión de abligurición y con la maravillosa libreta que compré especialmente para escribir mis canciones, continué mi grandiosa tradición de escribir letras de odio hacia Castiel con un bolígrafo del mismo color que su pelo.

USED TO LOVE YOU

Do I make you nervous
When I look in your eye?
Don't you look away when I ask you why
Why you ask me to stay when you wanna go
Dancing with other ladies, while I'm here at home?

Was it something that I done?
Am I being dumb? I did nothing wrong
Didn't take too long for you to stray away
What happened to us?
You don't give a fuck, all about the trust
You were so in love
Ain't that what you said?
Boy, I've had enough
Yeah, I called your bluff
Lucky you were drunk
And you ended up too dosed away
Nearly had me out, now I gotta go
Didn't see that coming at all

I used to love (you)Nobody but (you)Took me for a (fool) You won't see no tears, they all dried up yesterday

Describí los comportamientos de Castiel perfectamente. No entendí que le pasaba, nunca lo entendí, pero claro, yo estaba tan ciega de amor que no veía más allá de Castiel. Era cuestión de confianza, y yo confiaba demasiado en él.

"Te quiero" me dijo.

"No te dejaré" me dijo.

"Eres la única" me dijo.

"Lo siento" y me abandonaste.

Podría contar las veces que cortamos y volvimos con una sola mano, y claro, a la tercera va la vencida. Seguro pensó eso, porque yo sí.

Miré mi teléfono y lo desbloquee con la huella digital, entré a contactos y bajé por toda la lista hasta pararme en uno.

<<Rayan>> preguntadme porqué tenía su número, ni siquiera yo lo sé.

Tampoco sé porqué le estaba llamando, y tampoco sé que le diría ahora que contestaba.

-¿Roma?- cerré los ojos y suspiré.

-Voy a adivinar que Jim al igual que me pasa a mí, tiene la contraseña de tu teléfono y te ha puesto mi numero- oí como reía- si, y es posible, que por casualidad, yo también tenga el tuyo.

-Bingo, señorita- contestó. Yo sonreí.

-Oh, por favor, Rayan. No me llames señorita, me hace sentir vieja y no tengo más de veintitrés- los dos reímos.

-Le dijiste a Jim que te llamara señorita.

-¡Pero eso es diferente! Es divertido hacer enojar al hombrecito que se parece a Martin Freeman- ambos reímos.

-¿Y yo a quién me parezco?- preguntó. Sonreí y crucé mis piernas en la cama.

-Veamos- comencé- digamos que tienes una mezcla entre Matt Bomer, Iron Man y Benedict Cumberbatch.

-Soy un Dios griego ahora- Ambos reímos.

<<Obvio que sí, cielo mío>>

-Te llamaba para saber si esta noche me esperabas en la salida para ir al bar de Jim.- Comencé a mordisquearme, nerviosa, el dedo gordo de la mano izquierda.

-Claro, no hay problema.

-Gracias Rayan- contesté.

-De nada, Roma.






THE LOUVRE ♠️ RAYAN ZAIDI {CDMU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora