„ʇsǝʇɐǝɹƃ ǝɥʇ ǝɹ,ǝʍ ʇnq„
Roma ama el arte.
Roma ama la musica.
„ǝɹʌno˥ ǝɥ⊥ uı sn ƃuɐɥ ןן,ʎǝɥ⊥„
Roma tiene nombre de ciudad llena de arte, y ella lo sabe.
Roma vivió en EEUU durante tres largos años, donde estudió arte y siguió componiendo. Ahora vue...
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Cinco minutos más tarde de lo acordado, Nathaniel tocó mi puerta.
-¡Oh, Julieta, mi Julieta! ¡Ya estoy aquí, se acabó la espera! - abrí la puerta.
-Llegas cinco minutos tarde, Romeo- me apoyé en el marco de mi puerta.
-Blanca no me dejaba salir de casa, básicamente venía corriendo- se excusó.
-Si, tu échale la culpa al pobre gato- le miré mal y cogí una bolsa de aseo que me llevaría al gimnasio para ducharme allí.
Nathaniel y yo, mediente bromas y alguna charla nada importante, llegamos a un gran edificio pintado de blanco y amarillo pálido que tenía un gran cartel luminoso que decía "GYMKIM". Se notaba que era el gimnasio de Kim. Cuando entramos a la estancia, Kim se encontraba de espaldas a nosotros, así que le hice una seña a Nathaniel para que no la llamara. Nos acercamos un poco más.
-¡AMIGA! - grité. Kim se sobresaltó, pero enseguida se giró con una sonrisa y me gritó de vuelta.
-¡AMIGA! - ahora yo salté sobre ella y me abrazó muy fuerte. Pero alguien tuvo que joder el momento.
-Debería tener una compensación por haberos reunido- rió Nathaniel.
-Arruinaste el momento, rubio-me quejé girándome para mirarle mal.
-Nathaniel West, arruinador de momentos y mujeriego profesional. ¡Llámame! - Nathaniel se burló de lo que dije e hizo como si estuviera llamando por teléfono con su mano.
-Idiota - dijo Kim.
Un tiempo después, entrenaba con Nathaniel con un saco de boxeo.
-Deja de pegarle como si fueras a romperlo- dijo el rubio con una sonrisa.
-No puedo evitarlo, es tan rojo como el pelo de Castiel- volví a pegarle al saco y Nath rió.
-Y ahora un tema de la nueva banda de moda, Crowstorm. - comenzó a hablar la radio que había en el gimnasio.
-¿Qué? - dije dejando de golpear el saco.
Nathaniel miró uno de los altavoces y luego a mí con un poco de temor. Se acercó corriendo y tapó mis oídos.
-¡Nathaniel déjame! - le grité mientras le empujaba lejos.
-Just being honest, you can't tie me down. Life is a short trip. And I've been around, oh.
-¿De qué habla?- le grité a Nathaniel mientras escuchaba la canción que provenía de los altavoces. El rubio no supo contestarme.
- Sidney out in Tokyo, don't tell her man swear I didn't know it but she didn't care. She said, put your hands where I can see I'll make you write a song for me.
