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CHAPTERFOURTEEN>>R E A L  L I F E

Quizás me merecía todo lo que me pasaba, quizás era necesario que Castiel fuera un capullo conmigo para darme cuenta de que no sirvo de mucho, solo para darle problemas a la gente

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Quizás me merecía todo lo que me pasaba, quizás era necesario que Castiel fuera un capullo conmigo para darme cuenta de que no sirvo de mucho, solo para darle problemas a la gente. Quizás no tengo el talento suficiente para ser recordada o no me esforzaba lo suficiente.

Después de aquella noche dónde Castiel me dedicó una bonita canción que sorprendente mente no había escrito yo, a las seis de la mañana, cuando todo el mundo se había ido y por fin habíamos abandonado y cerrado el bar de Jim, Rayan no quiso dejarme sola en mi casa, así que acabé durmiendo en la suya con una de sus camisas blancas tan suaves como una nube.

Lo primero que vi cuando me levanté fue a mi misma con cara de demacración total en el espejo del armario de mi profesor, solo que esta vez, mi pelo parecía un nido construido por palomas y el rhimel de la noche anterior se había esparcido por mi cara haciéndome parecer un panda enfadado.

-Genial- musité concentrada en mis ojeras de mapache enfadado.

Me levanté de la cama y caminé hacia la primera puerta abierta que encontré en la habitación. Un baño completamente blanco con toallas azules. 

-Joder...- Volví a musitar impresionada.

Fui al lavamanos donde me lavé la cara para quitarme el rhimel, una vez listo, con mis dedos intenté peinarme un poco. Funcionó, salvo que no me veía como Kim Kardashian acabada de levantar.

-Genial...- después de rendirme en el baño, decidí buscar la salida a esa habitación blanca y de paso, buscar a mi profesor.

¿Cómo había acabado así? Se supone que Rayan es sólo mi profesor.

Salí por la puerta a un pasillo extra largo que supongamos, me llevaba a una sala de estar. Así que efectivamente, me llevaba a la sala de estar, que era mitad despacho y la cocina igual estaba ahí salvo que separada de la habitación por una pared con una ventana. Si, una ventana, por la que podía ver al hermoso y bronceado Dios griego llamado Rayan.

-Hola- dije sentándome en una mesa enfrente de la ventana de la cocina.

Rayan me miró y me sonrió. Olía a tortitas y a café.

-Espero te gusten las tortitas y el café- dijo saliendo de la cocina.

-Si, gracias- dije cuando puso un plato enfrente de mi y llenó una taza con el café.

-Siento haberte obligado a venir a mi casa. No tenías buena cara.

-Ya...- contesté mirando las tortitas.- Yo siento que me vieses así.- me disculpé.

-No te preocupes.- Me tendió un cuchillo y un tenedor, luego echó nata a las tortitas.- Puedo...

-¿Preguntarme sobre mi ex?- le corté.

-¿Cómo...?- volví a cortarle.

-Leo mentes, ¿Lo olvidaste?- él esbozó una pequeña sonrisa y miró su plato comenzando a cortar las tortitas.

-Exacto- dijo y yo me metí un trozo ya cortado de tortita a la boca.

-Están deliciosas.

-Gracias.

-Te hablaré de el pelirrojo teñido- sorbí café de la taza- Lo conocí en el instituto, en mi penúltimo año, nos sentábamos juntos en clase, en primera fila- él me miró- cuando nos conocimos, sigo, no sé cómo ocurrió pero unos meses después, estábamos en una cita en el cine, y él me besaba. Me enamoré, estaba enamorada. Antes de salir, yo había trabajado con su mejor amigo con canciones y producción. Tenían una banda, de ahí me conoce Castiel.

"Cuando empezamos a salir las cosas iban bien, sólo lo típico iba mal, había una chcica que estaba colada por Castiel desde toda su vida, y me hizo lo que viene siendo la vida imposible, pero ya sabes quién soy. Soy Roma Brigitte. La mujer fuerte. Ella no acabó conmigo. Castiel y yo rompimos tres veces, ya sabes, a la tercera va la vencida. La primera fue por culpa de los celos, la segunda lo mismo, y la tercera fue porque apareció la zorra de su ex reclamando atención. Le comió la cabeza, hasta el punto de que a la hora de que yo me fuese del país, Castiel se arrastró a mis pies para pedirme perdón respecto a Debrah, su ex; pero todo era demasiado tarde. Le lancé a Castiel mi libreta vieja llena de canciones esperanzadoras para los dos y la discusión empezó fuerte. Castiel no quería que me fuese, y al final acabó con el ojo morado debido a que su mejor amigo, por protegerme, le diese un puñetazo. 

Ese era Lysandro, mi salvador, le debo una charla y un par de canciones, quería ir a verle para hablar de Castiel, pero ya ves es muy tarde. él apareció y no me preparé mentalmente para ello."

-Y si quiere guerra se la darás- completó Rayan.

-Exacto- dije y pinché con el tenedor un trozo del desayuno.

-Lo siento mucho Roma- se disculpó Rayan.

-No lo sientas, no es tu culpa, es culpa de ese mal nacido- le miré- gracias por traerme, enserio, si no lo hubieses echo, me habría ahogado con mis propias lágrimas y una botella de vodka comprada ilegalmente.

-Eres mayor de edad- defendió el moreno.

-Tengo la edad mental de una chica de dieciséis años. Cuento como menor.





























THE LOUVRE ♠️ RAYAN ZAIDI {CDMU}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora