Pude sentir como un centenar de palabras quedaban atrapadas en mi boca. No sabía qué decir, mi cuerpo se había paralizado por completo y al poco rato mis ojos ardieron, no había pestañado por unos interminables segundos.
—Lo sé, lo sé —Agachó el rostro y sonrió incómodo—. Sé que no estás preparada para una relación seria. Sé que debí de haber esperado, pero… que me hayas preguntado, me complicó —Suspiró apenado—. No te preocupes —Acarició mi pierna y levantó el rostro, sólo para hacerme sentir peor por parecer una inútil y no responderle cuando una sonrisa desganada se dibujó en su rostro—. Creo que esperaré y en un tiempo más lejano volveré a hacerte la misma pregunta —Carcajeó con debilidad.
Y una vez más hacía presencia el escalofriante silencio incómodo. Me sentía atrapada contra la espada y la pared. Es decir, sentía algo sumamente fuerte por Nick, era algo que crecía con el paso de los días, horas, minutos… sin embargo, algo pateaba constantemente mi estómago cada vez que trataba de admitir que los latidos de mi corazón llevaban escrito el nombre “Nicholas”… todo me indicaba a Joe. Quizás era absurdo, patético, pero algo me decía que traicionaba su amor, que, a pesar de que no esté en carne y hueso, lo engañaba.
No quería herir los sentimientos de Nick, pero tampoco quería permanecer con un cargo de conciencia por algo emocional. Todo mi interior se agitaba en una adrenalina interminable, no sabía cuál era la respuesta correcta, esa respuesta que pudiera dejar tranquilo a Nick y a mí a la vez.
—Nick —Bien, por alguna parte tenía que comenzar. Sin seguir, tomé sus manos entre la mías. Pensé y analicé una vez más mis palabras. Iba a serle sincera, me esforzaría por dejar mis miedos atrás—. Estoy… absolutamente sorprendida y creo que debes de haberlo notado. Me dejas sin habla —Carcajeé levemente y transcurrido unos pocos segundos volví a mi postura—. Nicholas… —Dejé que un suspiro apenado se escapara de mis labios y mis manos acariciaron las suyas, en modo de apoyo, cuando lo vi tragar saliva nervioso. No se esperaba la mejor respuesta— sabes muy bien que estoy pasando por un momento muy difícil. La pérdida de un mejor amigo, un embarazo a mis cortos 18 años —Guardé silencio, reflexionando.
—Lo tengo claro, Jessi, no tienes que recordármelo. No sé qué es lo que tienes para que reaccione de forma tan impulsiva cuando estoy cerca de ti. Enserio lo lamento —Carcajeó y en cosa de segundos impedí que lo siguiera haciendo.
—Déjame continuar —Esbocé una sonrisa contagiosa cuando la yema de dos de mis dedos se cargaron en sus labios secos— todo lo anterior, sumando ahora, lo que siento por ti… es mucho —Alejé mi mano de su rostro y lo miré apenada—, pero quiero intentarlo —Dibujé otra sonrisa y me encogí de hombros con los nervios corriendo y cosquilleando por mi piel—. Quizás no te diga concretamente que quiero ser tu novia, pero podemos intentarlo y… en un futuro, no muy lejano, te daré la respuesta definitiva —Creí que hacía lo correcto, pero me pareció que algo andaba mal cuando Nicholas miró el suelo hacia un lado— ¿Está todo bien? —Mi voz y mi cuerpo completo tembló. Debí de haberlo pensado mejor, quizás.
— ¿Qué sucede si me ilusiono por un sí de respuesta y termino recibiendo un no? —Musitó con aquella tranquilidad que lo caracterizaba. Levantó el rostro y sus ojos transparentes a la sinceridad chocaron con los míos.
Tenía razón y algo en mi interior pedía a gritos que le respondiera con un sí en ese preciso momento, pero el miedo de alguna manera u otra terminaba por apoderase de mi ser completo… Me sentía pésimo, no quería que este temor fuese más grande de lo que sentía por Nick y no encontraba nada en mi mente o corazón que me diera alguna señal, que me enseñara el camino correcto. Nuestras miradas seguían encontradas en medio del apacible silencio y sin poder controlarlo, mis ojos se cubrieron de lágrimas. Los sentimientos eran tan difíciles de manejar y comprender a la vez. —Jessica, es exactamente esto lo que no quería provocar… —Se exaltó con mi repentina reacción y sus manos corrieron hasta mi rostro para secar las lágrimas, que corrían por mis mejillas, con sus pulgares—. Soy un tonto —Espetó con desagrado hacia sí mismo. —No, no —Sorbí con la nariz y sonreí con torpeza—, aquí la única torpe soy yo. Es que no entiendes… —Inhalé profundamente, contuve y solté. Buen ejercicio para recuperar la tranquilidad del cuerpo— es que… no recibirías un no por respuesta. Son sólo mis miedos a aceptarlo —Era muy posible que no lo comprendiera, pero se trataba de Nicholas, todo se podía esperar.
—Entonces… ¿Si aceptarías? —Susurró y me enternecí al ver sus ojos brillar. —No lo confirmo aún, pero dame tiempo para acostumbrarme —Sonreí. Nos quedamos en silencio con una torpe sonrisa dibujada en los labios y al darnos cuenta, carcajeamos sin perder el contacto visual. — ¿Qué crees que sea? —Su risa cesó y su mano se acercó hasta mi vientre para acariciarlo con ternura. —Espero que sea un hombrecito —Suspiré y acaricié su mano reposando sobre mi remera. —Ese tono de voz… —Pensó— me suena a cariño, dulzura —Dijo con la vista clavada en mi vientre. Le era sorprendente que llevase un bebé en mi interior. —Sí, yo… me eh encariñado —Medité y acaricié una vez más el dorso de su mano. —También yo —Admitió con ternura. Momentos como estos eran cuando realmente adoraba el silencio. Era único, más cuando Nicholas carcajeaba con torpeza al mirarme con sus ojos brillantes, claro, una tierna y dulce torpeza. No sé cómo, ni en qué momento el muchacho se acercó y sus labios rozaron cruelmente con los míos. — ¿Qué haces? —Exhalé ahogada y el solo sonrió con picardía cuando me empujaba disimuladamente para que mi espalda chocara con delicadeza en un brazo del sillón. —Ni idea —Soltó una leve carcajada sobre mis labios—. Me gusta ver lo nerviosa que reaccionas cuando me acerco de esta manera, nada más —Sus dientes atraparon mi labio inferior y tiraron de él con sutileza. Las cosquillas vibrantes que erizaron mi piel fueron instantáneas.
Su aliento chocaba frescamente en mi rostro y mi cuerpo, el cual aún no aprendía a controlar a las hormonas, estaba experimentando un sinfín de sensaciones, de las cuales la mayoría pedía, rogaba, lanzarme contra su ser. Algo perturbada con sus increíbles labios rosados, mis manos temblorosas dibujaron un camino desde el inicio de su jeans, por su excitante abdomen, hasta llegar al comienzo de su camisa celeste. Arrugué la tela entre mis manos formadas un puño y tiré cuidadosamente de ella. Tal cual era mi objetivo, la anatomía de Nicholas se encontraba lo suficientemente acoplada a la mía como para poder sentir su calor y prevenir cualquier intento de escape. — ¿Te han dicho que no se juega así conmigo? —Murmuré con voz arrastrada. Lo más sensual que se pudiera. —Ahora eres tu quien juega —Adoraba la forma en que su atractiva mirada iba desde mis ojos hasta mis labios, repitiendo la misma acción una y otra vez. Me aseguré de sonreírle entretenida, evitando que se percatara de mi próximo movimiento. Y tal como pensé, así fue. Mi pierna izquierda, la cual caía por el borde del sillón, fue capaz de elevarse silenciosamente y como finalidad, rodeé inocentemente la cintura de Nicholas. Un método excelente para ejercer presión en ambos cuerpos.
— ¿Crees que resista un minuto más? —Inquirió con la respiración notoriamente agitada. — ¿Por qué estás hablando? —Enarqué una ceja, mirándolo perspicaz. Si no le daba una leve señal, nunca se daría cuenta de que estaba ansiando besarlo con ardor. En unos fugases segundos, lo único que pude percibir fue como sonreía de costado y luego sentí la presión, tan esperada, en mis labios.
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In Another Life II
Fiksi PenggemarEn la clínica se ven esperanzas de que Joe pudiera estar junto a todos, sobre todo cuando ella entra y él despierta. Joe le confiesa de su amor, diciéndole que en verdad el estaba enamorado de ella. Jessica estaba feliz de saberlo y creía que por fi...