Capítulo 20:

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Mis ojos se abrieron de par en par, en un blanco y brillante lugar, cegando mi mirada de inmediato. Nada se encontraba a mí alrededor y dudaba si caminar fuese lo correcto, no había diferencia del suelo con el entorno.

Mi cuerpo se sentía completamente liviano y al conducir mis manos a mi vientre, pude percibir que el bebé ya no se encontraba allí. Como al parecer, nada tenía lógica en este extraño lugar, mis pies comenzaron a buscar algún inexistente camino. Mis pies comenzaban a moverse con agilidad al momento en que entraba a desesperarme y las lágrimas, volvían a hacer aparición.

—Jessica —Una suave voz llamó mi nombre detrás de mí. Una voz familiar, y la cual provoco que mi carrera se detuviera en seco.

Con la respiración agitada, me quedé quieta en ese punto exacto, al parecer mis sentidos habían vuelto a desaparecer. Llevando el corazón en la mano, me giré con lentitud, temiendo a lo que podía enfrentar. Fue tal como lo había creído. Ahí estaba él… a unos cuantos pasos de mí, clavando su parda mirada en mí. Las lágrimas de frustración que antes cubrían mis ojos, habían encontrado una excusa para escaparse y correr por mis mejillas.

—Joseph —Susurré con la voz temblorosa. Para ser sincera, no sabía que decir, ni que hacer ¿Qué se suponía que estaba ocurriendo?

Sin decir nada, sus piernas se movieron para acercarse y mi cuerpo completo se estremeció al sentir su mano tomar la mía. Me atrajo a su cuerpo de un solo suave tirón, para abrazarme con una débil fuerza.

Estaba sin aliento. Tocar su piel, sentir su cálido cuerpo rodear al mío, me traía a la mente tantos recuerdos. Era increíble que ese perfume, que tanto lo caracterizaba, siguiera abundando en su cuello. Todo esto era un fuerte golpe a mi corazón. No obstante, mis ojos se cerraron plácidamente, disfrutando con conmoción tal increíble momento.

—Te he extrañado tanto —Sentí su susurro vibrar sobre la piel de mi cuello y un temblor volvió a remecer mi cuerpo.

No respondí. Preferí guardar silencio, así intentaba recapacitar y darme cuenta de lo que realmente estaba sucediendo.

— ¿Esto es el cielo? —Musité en un sollozo, aún con la cabeza apoyada sobre su hombro.

—Estás inconsciente —Informó alejándome de él, para acariciar mi rostro y sonreír al observarlo con dedicación.

— ¿Voy a volver? —Me atreví a preguntar, aun así, mi voz se había estabilizado y una extraña y cosquillosa sensación me había envuelto. Estaba calmada.

—Depende de ti —Susurró tomando mi mano nuevamente, para entrelazar nuestros dedos y tironear suavemente de mí, invitándome a caminar junto a él.

El miedo que sentí cuando mis ojos se abrieron en este lugar, se desvanecía a medida que caminaba a su lado, sintiendo que nada podía importarme, más que volver estar a su lado.

Detuvo el andar y me obligó a girar. Movimiento cual encontré incoherente, se suponía que veníamos de esa misma dirección.

In Another Life IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora