¡Nicholas! —Exclamé y me giré molesta, esa clase de cosas no se hacían— sabes que odio ese tipo de bromas —Me quejé.
—Lo lamento —Carcajeó ¿Qué era lo gracioso?— Perdón… es… estaba el ambiente perfecto para un susto —Sonrió y se acomodó a mi lado.
Respiré hondo y liberé tensiones, no valía la pena discutir por algo tan patético como esto.
— ¿Llegas recién? —Me senté en la cabecera y apoyé mi espalda en el respaldo.
—No, acabo de entrar… ¿No escuchaste? —Sonrió e imitó mi posición.
Me quedé en silencio… estaba segura de haber sentido alguien dentro de la habitación hace algunos minutos.
—No… —Musité insegura— la verdad es que no.
— ¿Sucede algo? Te noto extraña —Sonrió y una de sus manos se posicionó sobre la mía apoyada en mi pierna.
—No, aunque probablemente podría ser la reacción de la noticia, esto es muy…
—Difícil, lo sé —Me interrumpió— pero no te preocupes, tus padres te apoyan y mi familia también —Suspiró.
Clavé de inmediato la mirada en él.
— ¿Les constate? —Enarqué, se suponía que ese era mi deber.
—Así es. No tuvieron reacción al principio, pero luego lo tomaron, de algún modo, bien. Por lo que no debes sentirte angustiada, todo estará bien —Volvió a sonreír con ánimos. Era obvio que él nunca entendería lo que significaba traer un bebé en el vientre.
—Deja de decir que todo estará bien —Carcajeé— se está volviendo tedioso —Rodé los ojos y suspiré, era la verdad.
Al rato nos encontrábamos recostados viendo ese mismo estúpido programa que solía mirar con Joseph, solo que esta vez, esa risa contagiosa no estaba ahí y mis ojos se cubrían de lágrimas al aceptar que nunca más podría volver a escucharla.
Mis ojos estaban clavados en la pantalla, perdiéndose en la mezcla de colores y mi concentración se encontraba por las nubes, solo podía pensar en él… en analizar las cosas, en encontrar alguna escapatoria al dolor, al sufrimiento y no… no me refería exactamente a medidas que requerían de un cuchillo, una cuerda o cosas por el estilo.
De un segundo a otro la imagen de Nick se clavó en mi cabeza, trataba de borrarla, pero no, ahí estaba… ¿Quería decir algo acaso? Ni idea, pero estaba segura que tenía que ver con la respuesta que debía darle ¿Cuánto tiempo lo haría esperar? —Nick —Musité fuerte y claro. Fue impresionante como mis labios se movieran solos, ni siquiera había estado planeando hablarle. — ¿Si? —Susurró. No estaba prestándome atención. — ¿Recuerdas lo que me preguntaste hoy en la mañana? —Me senté y lo miré. —Te dije que te tomaras tu tiempo —Musitó aún con la vista pegada en la televisión. —Y lo hice, fue suficiente —Dije creyendo que con eso me pondría atención, pero no, se quedó en silencio sin tomarme en cuenta— Nicholas, mírame, esto me es importante... y lo debería ser para ti también —Me quejé molesta. Me incomodaba su falta de interés. Tomó el control remoto y apagó el televisor, se sentó y me miró expectante. —No quiero que tomes una mala decisión —Dijo serio. —No lo es, estoy segura —Imité el mismo tono frío que empleaba. —Entonces… dime. —No creas que estoy confundida —Comencé sin merodeos— pero siento… y algo me dice, que te estoy viendo con otros ojos —Se suponía que no debía sentirme incómoda o nerviosa, pero el rubor en mis mejillas fue inevitable. –
Se quedó en silencio y esa penetrante mirada sobre mí logró intimidarme. —No te pongas nerviosa —Su voz se había vuelto apacible, con ese mismo tono cálido que solía usar cuando estábamos juntos. Esto era tan raro, nunca había hecho esto… por si no lo recuerdan, nunca tuve el valor para decirle a Joe lo que sentía. —Mírame —Susurró y sentí su mano en mi mentón, levantando mi rostro para que mi mirada se cruzara con la de él. Sonreía dulcemente— no tienes que estar nerviosa, mi intención no es confundirte —Sonrió. —Pero lo haces —Sonreí— pero de una manera diferente… —Me quedé en silencio y solo pude reír levemente con su expresión desentendida— digo… me gusta, siento que está bien —Y esa era la única verdad. Me sentía tan bien al estar con él, aunque podía admitir que también sentía miedo, creía que estaba traicionando a Joseph. No dijo nada y se quedó mirándome como si no pudiera creer lo que le decía… ¿Tan feliz lo hacía saber que podía tener algo conmigo? Dios, era tan dulce. — ¿Hablas… hablas enserio? —Soltó una risa corta, casi sorda y ahogada. Acarició mi mejilla y me miró ilusionado. Asentí con una torpe sonrisa insegura… No estaba insegura de lo que le acaba de decir, sino… de mí. —Entonces… —Miró hacia un lado y suspiró— ¿Crees que necesitarás un tiempo más para asegurarte? —Volvió a mirarme. —No lo sé —Suspiré— ¿Puedo hacerte una pregunta? —Mordí mi labio inferior y lo miré nerviosa.
—Lo que quieras —Carcajeó… y de una manera muy distinta ¿Sensual? — ¿Puedo besarte? —Esta vez era mi turno y no me sentía para nada incómoda con preguntárselo. —Si —Susurró serio. Era obvio que no esperaba ese tipo de pregunta. Sonreí con el corazón en la boca y me acerqué hasta él. Mi piel se estremeció al sentir su cálida mano derecha en mi mejilla, tal como la primera vez que nos habíamos besado. Respiraba levemente a través de sus labios y su aliento dulzón chocaba sobre los míos. Estaba a solo centímetros de besarlo, pero algo dentro de mí me llevaba a torturarme sola, a hacerlo desear ¿Qué era lo que estaba ocurriendo dentro de mí? Del temor, pasé a la pasividad, de eso a la dulzura, de la dulzura al cariño y del cariño… comienzo a pasar a otro nivel, uno más alto y con mayor cantidad de adrenalina. Un suspiro agitado se escapó de mis labios y al instante Nicholas lo apagó. Sus labios chocaron dulcemente con los míos, llenándome una vez más de ese dulce jugo. Posé mi mano en su mejilla y la de él en la mía se deslizó hacia mi nuca, donde sus dedos se enredaron en mi cabello y aprovecharon de ejercer una mayor presión en el beso. No quería parecer desesperada, por lo que apresurar las cosas no se vería nada bonito, más estaba deseando que se volviera con un poco más de intensidad, que sus labios se movieran con rapidez sobre los míos.
Rodeé mis brazos alrededor de su cuello e hice presión en ambos cuerpos, a ver si con eso entendía que era lo que quería. La punta de su lengua rozó mis labios y creí que eso sería el final del beso, tal como la última vez, más ahora… se atrevió y sentí como abría paso entre mis labios para incorporarse en mi cavidad bucal y acariciar la mía. Jadeé en medio del beso, lo que bastó para que sus hormonasse activaran y me empujara con su cuerpo hasta caer hacia atrás. Sus labios se volvían cada vez más adictos y que enloquecieran sobre los míos hacía que una cantidad de cosas inexplicables explotaran en mi vientre. ¿Era esto lo que quería? ¿Era esto lo que buscaba? Posiblemente si, algo llamado “Descontrol.
ESTÁS LEYENDO
In Another Life II
FanfictionEn la clínica se ven esperanzas de que Joe pudiera estar junto a todos, sobre todo cuando ella entra y él despierta. Joe le confiesa de su amor, diciéndole que en verdad el estaba enamorado de ella. Jessica estaba feliz de saberlo y creía que por fi...