The Dark Angel (JeongCheol)

12.

Jeonghan no quiso pensar en nada, simplemente salió del gimnasio y se echó a correr en la oscuridad hasta doblar en la esquina para llegar al lugar donde había ocultado su carro. De un momento al otro logró oír muchos gritos a la distancia; supuso que venían del gimnasio y que habían descubierto su hazaña.

Subió al auto y se quitó la gorra para ver mejor al conducir lanzándola al asiento del copiloto en lo que presionaba el acelerador y huía del lugar. Las calles estaban casi desiertas a esa hora por lo que no tardó en llegar al garaje, donde su vieja camioneta lo esperaba, y cambiarse de vehículo para regresar a su casa.

Al estar sentado en los asientos de cuero de su camioneta apoyó la frente en el volante y cerro los ojos, respirando profundo antes de endezarse y comenzar a conducir de regreso a su casa.

—No dejes que te afecte, tu no eres así. Dark Angel, nadie puede interferir con tu trabajo —se dijo mirándose en el espejo retrovisor—. Ni siquiera ese policía con quien te acostaste una vez. Que cabe recalcar que fue el mejor sexo que... ¡NO! —se dio un pellizcón en su brazo, obligandose a poner toda la atención en conducir.

[...]

Al llegar la policía al lugar junto con una ambulancia para retirar el cuerpo inerte de Jin Soo, Seungcheol se encontraba sentado en el vestuario con la cabeza entre sus manos. Se sentía el mayor de los fracasos.

—¿Qué mierda pasó aquí? —preguntó el oficial al mando.

—El sicario... —respondió entre dientes mientras se levantaba con expresión molesta.

—¿Cómo lo sabes?

—Pase por su lado, pero no supe darme cuenta hasta que vi el cadáver —contestó—. Debí darme cuenta, misma altura que la estimada, mismo peso... su ropa, incluso se tapó la cara cuando pasó a mi lado. Sólo cuando vi el cuerpo me di cuenta de lo sospechoso que fue todo.

—Ya, tranquilo, es un gimnasio muchas personas entran y salen del vestuario —comentó tratando de hacerlo sentirse mejor.

El oficial le tendió unos guantes de latex y Seungcheol los rechazó, no quería trabajar ahora. Estaba mas que cansado en todas las maneras posibles, su cuerpo dolía de pies a cabeza, tenía sueño y el estómago revuelto.

—Lo siento, jefe, creo que me iré a casa. No me siento en condiciones de trabajar en este momento —comentó, masajeando su entrecejo con una de sus manos.

—Lo entiendo. Ve con cuidado, mañana podrás analizar las cosas con mas calma —autorizó palmeando su espalda—, ¿necesitas que te lleven?

El detective asintió ante la pregunta y el hombre al mando ordenó a otra persona que lo llevara a su casa. Su felicidad por haber ganado había sido totalmente opacada por aquella situación.

Esperaba, al menos, encontrar alguna pista nueva al día siguiente cuando pudiera pensar mejor. De lo contrario entraría en un cuadro depresivo bastante jodido.

*    *     *

A la mañana siguiente, Seungcheol se despertó listo para encontrar mas pistas aunque tuviera que mantenerse despierto tres días. Debían interrogar a los conocidos de Jin Soo para tratar de atar cabos, aunque ya sabía quien había sido el asesino; Dark Ángel siempre llevaba la misma ropa al llevar a cabo sus homicidios, la altura y complexión era la misma que había aproximado gracias a las grabaciones de seguridad. Solo faltaba ver su puta cara.

Al llegar a su oficina llamó a Mingyu y al novato para que lo ayudasen con la investigación.

—¿Qué es lo que tienes? —preguntó el moreno, apoyando los codos en la mesa.