Capítulo 10

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Anne
Ya lista salí, Sherlock aún no estaba listo.
-Tienes que arreglarte para hoy, ¿lo olvidaste?
-No.
-¿Entonces?
-Estoy ocupado.
-Levantate Holmes, ahora.
Se levantó de mala gana.
-Te esperaré afuera, no tardes - salí de la habitación, caminé por los pasillos y baje por las escaleras y salí al gran jardín que sería la cena y baile, como la noche anterior las miradas no tardaron en posicionarse en mi. Entonces llegó Sherlock.
Nos sentamos en una de las mesas cercanas a Daniel o más bien Thomas.

Sherlock se levantó y se quedó parado.
-¿Que se supone que haces?
-Observando.
-Sientate - él se sentó entonces su teléfono hizo un ruido, muy raro.
-Con permiso - se levantó y se fue.
-Mierda.
Entonces yo recibí un mensaje de texto, era desconocido el número.
-No dejes que tomé tu pulso.
-¿Quien eres?

No recibí respuesta, decidí escribirle nuevamente.
-Mycroft, si esto es un tipo de broma, juró que te voy a golpear.
-No soy Mycroft.
-¿Quien eres? No le diré a nadie.
-Me conocen por muchos nombres, pero tu puedes decirme: “La mujer”
La famosa Irene Addler, la única mujer que había vuelto loca a Sherlock Holmes estaba hablando conmigo por mensaje.

-¿Que quieres de mi?
-Sólo te digo, no dejes que Sherlock te tomé el pulso.
-¿Por qué?
-Descubrirá que éstas enamorada de él.
-¿Que? ¿Yo enamorada de Sherlock?
-Apuesto que tus pupilas se delatan cuando él esta cerca, tu pulso se acelera. Es inevitable sentirse así estando a su lado.
Era verdad, mi pulso se aceleraba cada vez que estaba cerca de Sherlock.
-Bien, no dejaré que eso pasé.

Sherlock llegó con una sonrisa, era por Irene Addler, John me contó que Irene solía escribirle a Sherlock.
-Te noto contento.
-Si, digo, ¿por que lo dices?
Era obvio, él seguía enamorado de Irene Addler, yo nunca podría igualarme a ella.
-Por nada, quisiera hacer un brindis.
-¿Por?
-Por nuestra amistad y por que me enseñes cosas nuevas - dije levantando mi copa.
-Salud.

Tomamos varios tragos nos reíamos a cada rato. Llegamos a la escalera que llevaba a las habitaciones, yo me caía a cada rato al igual que Sherlock.
-Así que, un día fuiste al palacio.
-Así es, usando solo una sabana. Me quería ir, pero Mycroft piso la sabana y casi me la quita.
-Me hubiera gustado ver eso.
-¿Que?
-¿Que?
Casi me caigo, el logro sostenerme, tomó mi muñeca.
No dejes que tomé tu pulso” esa frase se repetía constantemente en mi cabeza, muy tarde.
-Deduceme, quiero verlo.
-Deduzco que no solo viniste a Londres para estudiar, viniste para escapar de alguien.
-Así es, y tal vez para conocerte - sin más tomé su rostro y lo besé.

Puso sus manos al rededor de mi cintura, y después se separó.
-Estamos borrachos.
-Y tu eres hermoso, y quiero besarte.
-Mañana estaremos sobrios.
-Y tu seguirás siendo hermoso.
Abrí la puerta de la habitación, lo tomé de la camisa, él cerró la puerta.
Nos besamos nuevamente, pero está vez con pasión.

-Te besaré de nuevo, y que pase lo que tenga que pasar - dijo acariciando mi rostro.
-Me parece bien.
Nos besamos con locura, él me dejo sobre la cama, quedamos en ropa interior, me beso, yo iba cerrando los ojos lentamente.
Desperté en la mañana, usaba una de sus camisas, me dolía demasiado la cabeza. Sherlock ya estaba vestido, arreglando la maleta.
-Buenos días.
-Hola Anne, querrás decir, tardes.
-Lo que pasó anoche... Yo...
-Lo mejor es no volverlo a mencionar, es lo mejor.
-Es lo mejor.

Me levante sin mucho ánimo, tenía una rara sensación en mi pecho, me fui a bañar, lloré en silencio. Me dolía mi corazón. Salí, Sherlock no se encontraba, lo cuál agradecí, ya que me vería llorar y diría: ¿Por que lloras? No tienes cinco años, etc.
Me vestí, tome mis cosas y bajé, él veía su celular, lo vi sonreír ante la pantalla.
-Estoy lista - anuncié sin mirarlo.
-Bien, Mycroft mando una limusina a recogernos, vamos.
Subí al auto, Sherlock hizo lo mismo, no lo quería mirar, no después de lo que sucedió la noche anterior. No podía mirarlo a la cara.

Al llegar a Baker Street salude a la señora Hudson y subí casi volando a mi habitación, entonces recibí una llamada. De mi mamá, habían pasado tantas cosas que me había olvidado de la existencia de mi familia.
-Hola ma.
-Hola bebé, ¿Que tal todo allá en Londres? ¿Como esta Mary?
-Bien, lo siento, no pude llamarlos antes.
-Sí, Mary me contó que ayudas a Sherlock Holmes a resolver casos.
-Sí, ¿Y como esta papá y mis hermanos?
-Sally está con sarpullido, Zed con prácticas de Hockey, Sam con karate. Kate con ballet, Joel con pruebas en la universidad.
-¿Y papá?
-Con demasiado trabajo, como siempre.
-Veré si puedo viajar a Estados Unidos para fin de año. Para preparar la cena y ver como Joel intenta conseguir novia.
-No te molestes cariño, tu padre tiene que trabajar y tus hermanos lo van a odiar por eso. Ya sabes, como todos los años.

De verdad me ponía triste escuchar a mi mamá así, siempre fue lo mismo, papá ausente en fechas importantes.
-Ma, sabes que puedo ir sin ningún problema.
-No, sigue resolviendo crímenes con Sherlock Holmes, siempre quisiste ser detective.
-Es verdad, oye mamá.
-Dime cielo.
-Te amo, y mucho, eres mi superheroína.
La escuche reír, por su tono de voz,había estado llorando.
-¿Es Anne? - pregunto Sam -Quiero hablar con ella.
-Esta bien.
-Hola enano.
-No me digas así, crecí.
-Que bueno, así que, ¿en clases de karate?
-Si, un niño en la escuela me molesta porque uso lentes.

Después de hablar con todos mis hermanos, menos con Joel. Me dispuse a hablar con Sherlock de lo sucedido en el hotel.
Salí de mi habitación, no se encontraba en ninguna parte, entonces recibí un mensaje de Lena.
-¿Crees que puedas venir?
-Si, seguro. Dame unos minutos y estaré allí.
Me puse un abrigo y salí, sin saber lo que me esperaba.

HIM & I \ Sherlock HolmesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora