Parallel encounters -Sterek-

Tres.

Veinte minutos más tarde.

Derek se encontraba sentado sobre la mesa de la décima sección, con la mirada pegada en el humano que todavía yacía tirado sobre el suelo, durmiendo.

– ¿Qué haré con él? – preguntaba Derek cada dos por tres, bastante preocupado por la presencia del humano.

La puerta ya se había cerrado, y Derek no sabía qué hacer para volver a abrirla. Quizá Isaac sí sabía, pero él estaba ocupado en su cita con Jackson comiendo comida china.

– Maldita sea – refunfuñó Derek, quedándose callado al escuchar un par de balbuceos por parte del humano.

Oh, no...

Lentamente el azabache se puso de pie para acercarse al extraño, poniéndose de cuclillas junto a éste para tocar su hombro otro par de veces en un intento por confirmar que estaba vivo y que no era un zombie o algo así.

Al no ver ninguna señal por parte del humano, Derek se dispuso a darle la vuelta para poder verlo a la cara, teniendo curiosidad por conocerlo.
Cuando al fin logró voltear al chico, se encontró con nada más que un joven de algunos diecinueve años.
Tenía la piel pálida, y salpicada de lunares que hacían juego con su cabello castaño. La camiseta que traía puesta tenía colores rojizos con patrones cuadriculados, y su pantalón se veía desgastado al igual que sus tenis sucios.

Tenía toda la apariencia de un universitario a punto de abandonar la carrera.

Derek, no teniendo bastante con ver al humano, acercó su dedo índice al rostro del mismo; tocándole las mejillas, y jalándole los párpados con cuidado para inspeccionarlo y asegurarse de que era inofensivo.

– Parece un muerto – opinó Derek, y cuando estuvo a punto de levantarle el otro párpado, el humano abrió los ojos abruptamente.

El vestíbulo se llenó de gritos de horror para nada masculinos. Parecía que había dos mujeres gritando por ahí como desquiciadas, pero sólo era Derek y el humano.

– ¡Papá, papá! – vociferó el de cabellos castaños en cuanto los gritos cesaron –. ¡Hay un tipo en mi habitación, y me está tocando!

– ¡No te estoy tocando! – denegó Derek, alzando las manos y poniéndose de pie con un salto, queriendo alejarse del humano aunque toda su atención estaba centrado en el chico que se pasaba las manos por el cuerpo como si quisiera asegurarse de que su ropa seguía vistiéndolo.

Una vez que comprobó estar completo, sin sangre, ni heridas, el humano se levantó del suelo, y miró a Derek con miedo.

– ¿Quién eres tú? – logró preguntar el castaño, tragando saliva.

Estaba realmente confundido, y asustado porque no lograba recordar nada de lo que hizo las últimas seis horas. Lo único de lo que podía acordarse era de una fiesta en la que él bebió sin control.

– Yo soy Derek – respondió el azabache, todavía con las manos alzadas –. Quiero decir...– negó con la cabeza –. La verdadera pregunta aquí es quién eres tú – señaló al humano.

Parecía que estaban recreando la escena de Spiderman de los 60's; esa escena en la que Spiderman se señala a sí mismo pero de otro universo.

– Eso no tiene sentido – el castaño frunció el entrecejo –. Yo no recuerdo cómo llegué aquí, así que lo más seguro es que tú me trajiste. Y todavía es más seguro que me trajiste mientras yo estaba excesivamente borracho...lo que me lleva a creer que yo ya te conté hasta lo que no de mí. Y en conclusión, ya debes de saber quién soy.