Parallel encounters -Sterek-

Dieciséis.

Isaac y Derek caminaban por la calle en dirección a la planta. Con las manos ocupadas en arrastrar un gran bote de basura como si eso fuese lo más normal de su rutina.

– ¿Vas cómodo? – preguntó Isaac, viendo de reojo el bote de basura, ahí donde Stiles venía metido.

– ¿POR QUÉ NO ENTRAS TÚ A VER CUÁN CÓMODO ESTOY? – gritó Stiles, y su voz sonó con algo de eco.

Isaac alzó las cejas y miró a Derek, quien imitó el gesto al darse cuenta de que Stiles iba realmente molesto.

– Se le pasará – opinó el beta, encogiéndose de hombros y siguiendo con su camino.

No le sorprendió que Derek no dijera nada. Pues desde hacía 15 minutos, cuando metieron a Stiles en ese bote de basura luego de darse duchas eternas, Derek no había soltado ni una sola palabra. Ni gestos ni miradas, diría Paulina Rubio.

– ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? – Isaac planteó aquella pregunta de una forma tan repentina que Derek no tuvo más opción que detener sus pasos en seco y mirar a su beta.

– ¿Qué? ¿Pasear a Stiles en un bote de basura? – habló Derek, totalmente serio.

Isaac negó con la cabeza, a lo que Derek alzó una ceja.

– Llevarlo a su hogar – explicó Isaac, susurrando para que Stiles no escuchara.

Pero Derek sí escuchó, y deseó no haberlo hecho. Ya tenía suficiente con su mente, esa que le repetía a cada paso que no devolviera a Stiles al mundo humano.
Y su mente no era la única que se lo decía, sino también su instinto, y su corazón, por más duro que fuera, gritaba que necesitaba a Stiles ahí, junto a él.

Como era de esperarse, Derek no respondió, y tan sólo comenzó a caminar, haciendo que Isaac lo siguiera.

– ¿Por qué pararon? – preguntó Stiles desde el interior del bote.

– Estábamos decidiendo si lanzarte al carretón de basura o seguir llevándote con nosotros – bramó Isaac, oyendo claramente que Stiles chasqueaba la lengua.

Después de eso, el resto del camino fue de puro silencio. Y aunque eso fuera incómodo algunas veces, ahora era la excepción.

Isaac estaba intrigado por Derek, sabía que la mente de su alfa estaba trabajando a mil por hora, y Isaac quería saber qué tanto estaba pensando.

¿En verdad se estaba planteando el dejar que Stiles se quedara con ellos?

– ¿Sabes? Me gustaría saber qué ocurrió con el Derek que deseaba matar humanos – habló Isaac, tan repentinamente, que Derek no alcanzó a procesar sus palabras –. Ahora sólo veo a alguien que ni siquiera sé si conozco.

– Isaac...– Derek bufó.

– Y lo peor es que estoy ayudándote a hacer esto – ahora fue Isaac quien se detuvo –. Derek, algo pasó contigo.

Desde ese momento ambos olvidaron que Stiles los estaba escuchando.

– ¿Qué tiene Stiles de especial? ¿Por qué él? – alegó Isaac, viendo cómo Derek paraba de caminar –. Llega de un momento a otro y tú...pareces un gatito domesticado, ¿Es en serio? ¿Dónde está el Derek que iba a matar a Stiles sin piedad?

– Nunca maté a inocentes – contradijo Derek, frunciendo el ceño –. Asustar humanos por trabajo no es lo mismo que asesinarlos. Nunca hice eso a menos de que ellos se lo merecieran.

– ¡Eres un monstruo! ¡Estás hecho para odiar a los humanos, no para acostarte con ellos!

Stiles alzó las cejas al oír tal cosa.