Ocho.

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Los cuatro jóvenes caminaron hasta la entrada de la planta fingiendo naturalidad, y convenciéndose a sí mismos que su plan iba a funcionar. Pero cuando entraron al vestíbulo principal, sus buenas vibras se esfumaron.

– La OCH está aquí...– susurró Isaac, viendo cómo varios hombres cubiertos de pies a cabeza por un traje de plástico, caminaban por todo el vestíbulo en busca del humano.

La OCH era una Organización Contra Humanos, y como su nombre lo dice, sus agentes siempre aparecían cuando los humanos entraban a Monstruopolis. Vestían aquel traje por seguridad, y portaban un detector de humanos en la mano izquierda.

– Oh, no...– murmuró Derek, tomando de la muñeca a Stiles con la intención de echarse a correr hacia el área de sustos, pero no pudo hacer nada más porque Deaton apareció frente a ellos.

– Jefazo – expresó Isaac, tragando saliva al mismo tiempo en que sonreía –. ¿Qué...qué hace la OCH aquí? – quería verse normal, como si no supiera que un humano, el cual estaba detrás de él, se había colado en su mundo.

– ¿No lo sabes? ¡Se ha metido un humano a nuestro mundo! – contestó Deaton, llevándose una mano a la cabeza –. ¿Cómo dejé que esto ocurriera? La planta se está poniendo en riesgo al igual que nuestra reputación...

Stiles carraspeó.

¿En verdad él había causado todo eso?

– No se preocupe, jefe...no pasará nada grave con la planta, ni con nuestra reputación – aseguró Jackson, dedicándole una sonrisa al druida –. Y para eso tenemos que seguir trabajando, así que...con permiso – miró a los otros que lo acompañaban –. Estaré en la recepción – aquello fue un aviso por si las cosas salían mal.

– Claro, amor...te veo en un rato – se despidió Isaac, queriendo escapar de los ojos de Deaton, cosa que logró demasiado fácil, pues el druida pasó su atención al Derek que yacía de pie, sosteniendo la muñeca del extraño chico que estaba a su lado.

– ¿Eres nuevo aquí? – preguntó Deaton, mirando a Stiles.

– No, él no trabaja aquí, no, no...él...– balbuceó Derek.

– Vine de visita – agregó Stiles, y él sí era bueno mintiendo –. Derek quería que conociera la planta.

Deaton asintió, todavía interesado en saber más.

– Ah, lo siento, olvidaba presentarme – el humano estiró su mano hacia Deaton –. Soy Stiles, el...novio de Derek.

Eso último hizo que Derek se aclarara la garganta. Y Deaton reaccionó a manera de sorpresa, estrechando su mano con la del pálido chico, y esbozando una sonrisa.

– Llámame Deaton – mencionó él, soltando la mano de Stiles para luego mirar al Derek inmóvil que estaba allí –. ¿Cuándo ibas a darme esta noticia, Derek? Por fin dejaste de ser el solterón de la planta.

¡¿El solterón de la planta?!

– De hecho hoy venía decidido a presentarle a Stiles, pero él ya lo hizo – murmuró Derek, sonriendo y mostrando sus dientes.

– Bueno, vayamos a trabajar, que esos sustos no se harán solos – interrumpió Isaac, a lo que Deaton asintió –. Espero que podamos estar cómodos con estos agentes aquí...uh.

Deaton estuvo a punto de hablar, pero uno de los agentes de la OCH lo obligó a tener que disculparse por irse con prisa de allí, dejando a los otros tres jóvenes a solas.

– Esto será más difícil de lo que creí – susurró Stiles, echándose a caminar y evitando a toda costa acercarse a algún agente para que no pudieran detectarlo.

Parallel encounters -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora