Diecisiete.

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El camino hacia el área de sustos fue bastante normal. Mucho, de hecho. Y eso no les daba nada de tranquilidad a los lobos que llevaban al humano escondido en un bote de basura.

En los pasillos llegaron a encontrarse con agentes de la OCH, pero ninguno sospechó de los chicos. Al contrario, los saludaban con gusto.

– Nunca imaginé que sería así de fácil – susurró Isaac cuando estuvieron a punto de entrar al área de sustos.

Sin embargo, una voz ajena los obligó a quedarse parados. A su lado se encontraba la ventanilla de administración, ahí por donde un hombre se estaba asomando para observar a los lobos con una mirada muy juzgadora.

– Señor Harris – expresó Isaac, fingiendo una sonrisa –. Qué gusto verlo.

Adrian Harris, un ex profesor malhumorado, achicó los ojos al bajar su vista y encontrar el bote de basura.

– No había cesto en nuestra sección – explicó el beta inmediatamente, sonando muy nervioso. Pero no podía evitarlo, el señor Harris lo hacía temblar de miedo –. Nos urgía tirar basur–

– No trajiste tu papeleo anoche – soltó Harris, haciendo contacto visual con Isaac, el cual tragó saliva.

– ¿El papeleo? – preguntó Derek, pues no tenía idea de qué era eso.

– Los...ayudantes de los asustadores debemos entregar ciertos documentos cada mes – balbuceó Isaac, y enseguida negó con la cabeza –. Olvidé el papeleo en...el departamento. Señor Harri–

– Hoy era último día para entregarlos – interrumpió el hombre, gruñendo y pasando su vista a un montón de papeles que tenía dentro de la ventanilla –. Lahey, cada mes es lo mismo contigo. Ya estoy cansado de que seas un irresponsable.

Obviamente Isaac habló en su propia defensa. Y fue así como Harris y el beta comenzaron a tener una discusión.

– Isaac – susurró Derek entre toda la alegata que su beta estaba teniendo –. Isaac – le tocó el hombro, haciendo entonces que Isaac lo mirara –. Vámonos ya.

– ¿No ves que estoy defendiendo mi punto? – gruñó el de rizos, cerrando la boca al momento en que Derek apuntaba el bote de basura –. Ah...joder, lo había olvidado.

Harris alzó una ceja, suponiendo que algo estaban tramando aquellos dos. Pero dejó pasar ese pensamiento, pues ese par siempre tenía ocurrencias estúpidas. Nada raro.

Como Harris no dijo nada, Derek se echó a andar hacia el área de sustos. Sin embargo, cuando apenas habían logrado dar un par de pasos, el sonido irritante de un montón de gritos y balbuceos hicieron que volvieran a detenerse.

– ¿Qué es eso? – preguntó Stiles, no pudiendo soportar la desesperación de no ver nada, por lo que decidió abruptamente salirse de aquel bote –. ¿Qué es– iba a repetir su preguntar, pero se quedó callado cuando Derek le tapó la boca con una mano.

Confundido, Stiles lo miró a los ojos, notando cómo Derek estaba concentrado en observar ese algo que estaba ocurriendo a espaldas de Stiles.

De pronto, Derek tomó al castaño del brazo y lo sacó del bote para después cargarlo al estilo nupcial y echarse a correr. Stiles no tuvo tiempo ni de preguntar qué pasaba, tan sólo se aferró al cuerpo de Derek para no caerse y quiso mirar atrás pero el alfa no se lo permitió.

– ¿¡Van a decirme qué está pasando!? – gritó Stiles por encima del escándalo.

Miró a Isaac, el cual adelantó el paso para llegar más pronto a su sección. Por lo que se perdió de su vista, pues aquellos gritos ya no eran lo único que creaba el caos, sino también una horrible alarma que comenzó a sonar en toda la planta.

No podía ser cierto...los habían descubierto. ¿Pero cómo? Si todo iba perfecto.

Los asustadores que trabajaban en el área de sustos empezaron a correr de un lado a otro, claramente entrando en pánico. Las alarmas eran terroríficas, tanto, que hasta los monstruos sentían escalofríos. Y Derek no era la excepción.

El alfa estaba haciendo todo lo posible por mantener su objetivo en mente; tenía que llegar hasta su sección aunque quince agentes de la OCH los estuvieran siguiendo.

– ¡CUIDADO CON EL HUMANO! – oyó un grito a su izquierda, y seguido de eso, Derek tropezó y cayó al suelo con todo y Stiles.

Stiles se hubiese reído de eso, pero en ese momento estaba tan asustado que no tuvo ganas de hacerlo.

Derek se levantó lo más rápido que pudo, y buscó a Stiles hasta tomarlo de la mano. Juntos retomaron su carrera por llegar a la sección. Pero el camino se estaba volviendo más difícil, con más obstáculos. Y fue todavía peor cuando Peter apareció delante de ellos, con las garras listas y los ojos azules.

– ¿A dónde vas, sobrino? – preguntó Peter con un tono lleno de burla.

Stiles tragó saliva, viendo a Peter y luego a la multitud que poco a poco iba saliendo del vestíbulo hasta dejar solamente a los agentes de la OCH, y a ellos.

– Déjame terminar con esto...– dijo Derek, sin perder de vista a su tío –. Stiles sólo quiere volver a su mundo.

– ¿Y vas a ser capaz de permitir eso? – las palabras de Peter hicieron que Derek apretara la mandíbula –. ¿Vas a dejar que él se vaya? Él, que te hizo tan feliz en tan poco tiempo...¿No te parece extraño eso?

Derek se quedó en silencio, poniendo una mano en el pecho de Stiles para mantenerlo a su lado.

– Legó de la nada...y ahora no puedes deshacerte de él – agregó Peter, ampliando la sonrisa –. ¿En verdad eres tan tonto como para no darte cuenta?

Antes de que Derek dijera algo, Stiles habló.

– ¡Deja de querer hacerte el héroe, Peter! ¡Matarme no te hará mejor que Derek! ¡Nunca serás mejor que él!

El humano nunca debió haber dicho eso.

La sonrisa de Peter se fue borrando poco a poco, y sus ojos azules se clavaron en Derek. Le demostró odio, coraje, pero también, Derek notó algo de gusto en su tío.

– Si Derek no existe, entonces seré el mejor – soltó Peter, y en cuanto dijo eso, un dardo de sedantes se clavó en la nuca de Derek.

Rápidamente el alfa se tocó la nuca con la punta de los dedos, cerrando los ojos y sintiendo un gran mareo. Sin embargo, hizo todo lo posible por ignorar eso, y enfocarse en Stiles, el cual lo veía con preocupación.

– Vale...haremos una cosa, tío – dijo el alfa, jadeando –. Primero tendrás que matarme. Si lo logras, tendrás a Stiles. Si no, lo dejarás irse sano y salvo.

Stiles tragó saliva; ¿Por qué Derek había dicho eso? ¡Era una completa locura!

– Acepto – contestó Peter, señalando el camino hacia las siguientes secciones –. Corre Stiles, aunque no podrás ir tan lejos.

El humano miró a Derek, esperando a que éste le dijera que todo era un malentendido. Pero, para sorpresa de Stiles, Derek hizo un ademán con la cabeza para indicarle que era hora de irse.

– Vete...busca a Isaac.

Stiles negó con la cabeza. No quería irse de allí sin Derek. Pero al mirar a su alrededor y darse cuenta de que no tenían escapatoria, el castaño no tuvo más opción que obedecer al alfa. No sin antes acariciar su mejilla.

– Te veo en la sección – susurró él, sonriendo con un par de lágrimas en los ojos.

Derek devolvió el gesto, y aunque su vista había comenzado a nublarse, seguía esforzándose por seguir conciente. Observó cómo Stiles se echó a correr, y el pecho le dolió al verlo irse.

Sabía que Isaac haría lo posible por devolver a Stiles a su mundo antes de que Peter reaccionara. Pero eso también significaba que, tal vez, Derek ya no volvería a ver a Stiles nunca más.

Parallel encounters -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora