Catorce.

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Advertencia: contenido +18.

Stiles fue levantándose poco a poco hasta sentarse en las piernas del azabache. Con ambos brazos sobre los hombros de Derek, y sus pechos pegados, Stiles cortó la distancia entre su rostro y el de Derek para besarlo con gula.

El alfa gruñó entre el beso, y sus manos bajaron por los costados de Stiles hasta dejarlas sobre su trasero,  acto que hizo gemir al castaño.

– Quítame ésta ropa ya – pidió el humano con cierta desesperación en la voz –. Derek – acarició la nuca del nombrado con sus dedos y luego jadeó –. Por favor.

A Derek no le gustaba obedecer a los demás, pero en ese momento estaba haciendo todo lo que Stiles le pedía, teniéndolo hipnotizado con la simple forma en que lo miraba.

El lobo no respondió, él fue directo a las acciones. Por lo que, sin esperar más tiempo, dio una leve vuelta para volver a dejar a Stiles sobre el colchón.
El castaño soltó un suave jadeo, encorvando la espalda sobre el colchón al sentir el cuerpo caliente de Derek encima suyo y cerrando los ojos mientras que las manos de Derek se iban deslizando bajo su camiseta.

Stiles podía sentir las garras de Derek acariciándole la piel del torso. Y eso lo excitaba de una manera inexplicable. El humano nunca se había sentido tan acalorado, nunca había llegado a tal grado de creer que con una mínima caricia iba a llegar al mejor de sus orgasmos.

¿Qué tenía Derek de especial? ¿Por qué era él capaz de hacerle sentir tantas cosas?

Un gemido hizo que Stiles abriera los ojos con sorpresa y mirara hacia su torso, aquel que ya estaba al descubierto porque Derek le había roto la camiseta en dos pedazos irreparables. Pero Stiles no tuvo tiempo de opinar al respecto, pues otro gemido lo obligó a volver a cerrar los ojos.

– Joder...ahh...ahmmh, Derek – balbuceaba Stiles cada vez que el azabache pasaba su lengua sobre el pezón derecho del chico, cubriéndolo de saliva y poniéndolo más duro.

Derek gruñía de respuesta, degustando el salado sabor que tenía la piel pálida del humano. Ese sabor que lo excitaba y lo llevaba hacia el borde de su incontrolable instinto. Mismo que lo aconsejó con empezar a morder el pezón que ya tenía bien húmedo con su saliva.
Sus colmillos rozaban la piel de Stiles, delicadamente, rozando sin hacerle ningún daño. No aún.

Los dedos de Stiles pasaron entre el cabello negro del lobo, jalándole un par de hebras al mismo tiempo en que gemía su nombre con desesperación. Lo llamaba, llamaba a Derek todo el tiempo porque él era lo único que recordaba.

Derek siguió mordiendo y lamiendo los pezones de Stiles durante un momento, luego, sin dejar de darle atención al humano, empezó a besar su abdomen, dejando un camino de chupetones hasta el ombligo de Stiles, ahí donde se detuvo para mirar el rostro del chico.

– ¿Estás tratando de marcar territorio? – bramó Stiles en cuanto a los chupetones que Derek le estaba dejando –. Créeme...ya me has marcado lo suficiente.

– No – contradijo el alfa, poniéndose de rodillas entre las piernas abiertas de Stiles para comenzar a desabrocharle los pantalones –. Aún no te marco...todavía no te lleno.

La idea hizo que Stiles se mordiera el labio.

– ¿Quieres que te ayude a desnudarme? – preguntó enseguida al notar que Derek estaba entrando en desesperación por no poder abrir los botones y la cremallera de la prenda –. Derek – el castaño se sentó en la cama, quedando cara a cara con el lobo –. Ten paciencia – dijo con una sonrisa, y mientras, sus manos abrían sus pantalones sin ningún problema.

Parallel encounters -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora