Los tesoros de Narnia 👑

3. Reencuentros y encuentros

Los Pevensie ya se dirigían a Cair Paravel guiados por Aslan, ya que ellos no se acordaban de los caminos de Narnia. Parecía mentira que tiempo atrás conocieron aquellos senderos como las palmas de sus manos.

Los cuatro hermanos se sentían con ganas de volver a la que alguna vez fue su casa, ese hermoso castillo en el que se celebró su coronación. Aunque por otro lado era extraño, ya que ahora también era la casa de otros reyes.

Edmund se preguntaba si seguiría estando allí su mejor amigo Caspian, solo habían pasado tres años en la vida real desde la aventura que vivió surcando los mares junto a él, pero el tiempo en Narnia pasaba más rápido. Se preguntaba si se habría perdido eventos importantes en la vida de su amigo en estos años de ausencia.

Lucy también pensaba en sus amigos mientras caminaban. Sabía que el Señor Tumnus y Reepicheep no estarían, pero estaba dispuesta a hacer nuevos amigos. Quién sabe si surgiría una fuerte amistad con los nuevos reyes.

Al contrario, su hermano mayor no confiaba en aquellos nuevos reyes. Y no tenía intención de hacerlo hasta que le demostraran que eran fieles a su país.
Aún así estaba deseoso de llegar al palacio. Quería volver a empuñar su espada, probarse su corona de oro, sentirse importante y poderoso por una vez.

Mientras, la mente de Susan aún trataba de procesarlo todo. Estaba todavía sorprendida, no se lo creía. ¿Todo era real? Trataba de darle una explicación lógica a lo sucedido, pero al fin se percató de que era imposible porque es Narnia. Animales parlantes, seres mitológicos, guerras, pertenecía a la realeza...

De repente, se le vino algo a la cabeza mientras observaba las flores de los árboles. Bueno, más bien, alguien.

Alguien llamado Caspian, que hace mucho le robó  el corazón. ¿Seguiría estando allí? Sus hermanos menores le hablaron de él tras su última aventura. Ella trató de fingir que no le importaba, que había pasado página. Pero en el fondo no era así. Nunca lo había olvidado. En todo este tiempo no encontró a nadie que le hiciera sentir tanto como Caspian, y eso que tuvo bastantes pretendientes. Pese a que intentó callar las voces de su cabeza no podía negarlo, esperaba que el telmarino no hubiera rehecho su vida, pues ella no lo había conseguido.

Después de un silencioso trayecto en el que cada hermano observó el paisaje narniano sumergido en sus pensamientos dispares, se fueron acercando hasta divisar las puertas de Cair Paravel.

- Hemos llegado... Debo dejaros aquí. Ya os he explicado todo lo necesario, el resto lo tendréis que hacer vosotros. Espero veros al final de la aventura, cuando todo esté solucionado.- dijo Aslan con firmeza.

- No fallaremos a Narnia - prometió Peter.

Seguidamente, todos se despidieron de él con un abrazo. Observaron como el león se marchaba hasta que dejó de ser visible.

Los cuatro entraron al palacio. Una mezcla de sensaciones recorría el cuerpo de los reyes. Emoción, incertidumbre, nostalgia...

Fue reconstruido por los narnianos por lo que estaba distinto con nuevas cortinas y muebles ,pero seguían estando sus coronas y sillas en el centro. Todos recordaban el día de su coronación, eran unos niños que se convirtieron en reyes de un país que estaba dentro de un armario. Se dirigieron hacia sus tronos, colocándose cada uno su corona en la cabeza.

- Me queda algo ajustada, pero creo que sirve - habló Edmund mientras se colocaba la suya.

- Éramos tan solo críos, qué recuerdos...- Susan se sentó en su trono con añoranza, sin creer que estuviera de nuevo allí.

De repente, escucharon pasos y aparecieron dos chicas y dos chicos ante ellos. Tendrían más o menos su misma edad.

La primera chica tenía el pelo oscuro y largo, le llegaba a la mitad de la espalda. Tenía los ojos marrones y expresivos. Sus labios eras gruesos de un ligero tono rosa. Pero lo que más destacaba de su rostro era su fina y recta nariz, que parecía dibujada. Su cara expresaba dulzura, parecía simpática. Llevaba un vestido celeste con detalles de color plateado y una corona de flores a juego.