6. Creando un plan

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Amaneció en Narnia otro día más. Todos desayunaron con prisa y de inmediato se reunieron para organizar el plan que llevarían a cabo. Se dirigieron a la biblioteca para ello.

- Podemos infiltrarnos.- sugirió Cora.

- No sé... - dudó Caspian rascándose la barbilla - Creo que nos descubrirían. Todos saben quiénes somos.

- Cierto... Pero no se me ocurre nada mejor- volvió a hablar la chica, que se había quedado sin ideas.

Los reyes se quedaron en silencio por unos instantes, pensando algo que pudiera funcionar.

- ¡Ya sé!- exclamó Percy - Tengo una idea, aunque no sé si será fácil.

- Tenemos que estar abiertos a cualquier plan, no queda otra.- insistió Annabeth - Vamos, cuéntalo.

- Consiste en pedir al rey de Archenland pasar un día en su castillo para resolver asuntos gubernamentales y tratar los conflictos comerciales, seguro que no se negará a una reunión real.- empezó el chico.

- Y cuando estemos dentro, ¿qué? - interrumpió impaciente la pequeña de los Pevensie.

- Lucy, no seas impaciente. - la reprendió el sumo monarca rodando los ojos - Prosigue.

- Está bien. - siguió las órdenes - Cuando llegue la noche y se duerman, dos de nosotros entrarán en la armería e intercambiarán la espada de oro por una  normal. Aparentemente, el tesoro no tiene nada que lo distinga de una espada corriente. Creo que ahí estaba la gracia, en no saber diferenciar quién portaba la espada mortal.

- ¿Y si sale mal? - se anticipó Susan, pensando en todo lo malo que podía ocurrir.

- Aún me queda hablar del plan de huida.- continuó Percy decidido- Los demás se quedarán vigilando que no se despierten. Otros tendrán caballos en la puerta para marcharnos al día siguiente  o por si hay que escapar rápidamente.

- Es el mejor plan que tenemos... ¿Pero y si nos pillan y no están de nuestra parte?- advirtió el rey Edmund del riesgo.

- Entonces, todo habrá sido en vano y ganaremos un nuevo país enemigo. - habló esta vez el sumo monarca, sin dar mucho ánimo - Pero eso no tiene por qué ocurrir. Habrá que arriesgarse, no tenemos otra opción. Si Calormen la consigue antes, derramarán mucha sangre de nuestras tropas.

- Pues votemos, - propuso Rillian - ¿quién está a favor de seguir el plan de Percy?

Todos los reyes levantaron la mano, excepto Susan.

- Pero, pensadlo lógicamente. Es demasiado peligroso. Podríamos terminar con una guerra contra dos países. - trató de que cambiaran de opinión y se lo replantearan por un instante.

- No hay nada mejor que podamos hacer, Su. - Peter la miró tratando de tranquilizar a su hermana - Sin riesgo no hay recompensa.

- Es cierto. Además, cada minuto que pasamos aquí pensando qué hacer es tiempo que tienen los calormenos de ventaja. Lo siento, Susan. Pero seguiremos ese plan. - concluyó el rey justo saliendo de la biblioteca.

Posteriormente, los demás reyes imitaron a Edmund y abandonaron la sala. Ya sabían lo que harían para conseguir la espada.

Antes del almuerzo, cada uno optó por pasar su tiempo libre de una forma, algunos se fueron a entrenar otros a pasear...
Cora se iba a marchar a entrenar, pero Susan la frenó. Estaban solas.

- Vayamos a tu habitación - susurró Susan.

Cora asintió con la cabeza como respuesta y acompañó a su amiga, abandonando la idea de entrenar.

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