-¿¡PORQUE CARAJOS ESTABAS DESANGRANDOTE EN UNA DUCHA JEON JUNKOOK!?- preguntó Kim Taehyung en plena oficina universitaria, pero que gran bocota tiene.
-Vaya, vaya ¿Ahora si te cuerdas de mi nombre puto?- Jeon cruzó sus brazos justo en la parte de s...
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Bufé sonoramente al leer el último mensaje que el idiota de Taehyung me había mandado, coloqué mi celular dentro de mi mochila y luego me acerqué a el espejo que tenía en frente. Pues me encontraba dentro del baño de hombres menos poblado por la universidad, ya que de verdad era más común que una persona como yo usara ese miserable lugar para esconderme de Yoongi, Jimin y Taehyung.
Al ver mi reflejo manchado con la suciedad del reflejo, sólo pude verme a mis ojos y pensar lo mucho que he pasado desde que llegué a este lugar. Para serme sincero a mi mismo no sabía si estaba haciendo lo correcto en dejar el club, no me sentía seguro dentro o fuera de él. Asi que, no tenía sentido alguno estar en tan peligrosa zona de batalla ante el chico que amaba de una forma tan asquerosa.
Comencé a repetir las palabras claves que el señor Wang me habia asignado para cuando estos momentos depresivos vinieran a mi vida-Vamos Kook, debes tranquilizarte...eres perfecto...perfecto...perfecto...perfec-Mi cuerpo se sobre saltó de forma rápida dejandome caer al suelo del susto que me lleve al escuchar como con un puñetazo alguien abrió la puerta del baño como tal.
-¿¡Perfecto!? Por favor...no me hagas reír-Me arrastré por el suelo hasta quedar en una de las paredes sucias del baño tratando de no temblar constantemente al escuchar como unos pasos se acercaban a mi, alcé la mirada y vi como estaban Jin con otros dos chicos asechandome.
-Tu sólo eres una jodida mierda, sólo porque te crees tan "perfecto" al ser tan rápido en la pista de correr...conejo inútil-El chico de cabellos caramelos y espalda ancha tronó sus dedos, los otros dos chicos desconocidos asintieron a su orden o gesto si comenzaron a acercarse a mi.
-¿¡Q-Que hacen!? ¡NO ME TOQUEN! DEJADME EN PAZ!-Moví mis piernas dando patadas por todos lados mientras que los masculinos con sonrisas perversas agarraron mis piernas y me arrastrarom hacia un cubículo.
-Aprenderás a no creerte el mejor por estos lares, a las buenas...o a las malas.
