Complicated [J.Jungkook]

Veinte

Los martes y viernes tocaban deportes, tu amabas la materia porque te podías ir a jugar fútbol con Jimin y nuestros compañeros de clase, recuerdo como alardeabas de ser el mejor jugando mientras todos se burlaban por tu ego.

Algo que amaba de ti era que nunca te importaba lo que la gente dijera y a pesar de todo tu seguías recordándote que eras el mejor en todo.

Eras tan confuso Jungkook, a veces me abrazabas a tal punto de que pareciaramos una pareja y otras veces hasta jugábamos a hacernos las bromas más pesadas del mundo, te llevabas bien con Shinhye y se notaba, algunas veces me ponía celosa por eso pero me decía a mí misma:

«Shinhye es mi amiga, ella jamás haría algo así»

Otras veces hablabas de chicas del instituto que te parecían realmente lindas y las alagabas por su físico, mientras tanto me acordaba de que yo no era tu tipo.

— Kyungsoo es el mejor de todo el mundo

Fue lo que dije mientras estábamos los cinco en el salón de clases reunidos después de que nos avisarán que tendríamos dos clases libres porque la profesora no había asistido.

— ¿El de Exo?, ¿El que tiene cara de culo?

— No le digas así Jungkook, el es demasiado talentoso y guapo

— ¿Más guapo que yo?

— Si Jungkook, no te compares con mi esposo

— Lo que pasa es que Jungkook está celoso~

— ¡Jimin!

Recuerdo las risas de todos cuando dijimos al mismo tiempo el nombre de nuestro amigo, mi cara ardía y estuve segura de que estaba sonrojada.

— ¿Es el?

Arrebataste mi celular y miraste el fondo de pantalla de bloqueo que tenía en el, te estuviste comparando mucho con mi ídolo, ¿Para que?. Llegaste al grado de hacerme perseguirte por el salón para tomar mi celular, eras más alto que yo y hacías que tuviera que saltar por el.

— ¡Di que yo soy más guapo que Kyungsoo!

— ¡No, jamás!

— Minha solo dilo

— No

— di que yo soy tu ídolo favorito

— Tu no cantas

— Claro que sí. Soy mejor que D.O y tienes que admitirlo

— ¡JEON JUNGKOOK!

— Aigoo, eres demasiado linda cuando te enojas Minha. ¿Te lo habían dicho?

Un beso en mi mejilla fue lo que recibí después de que me dieras mi teléfono y me dejaras más roja que un tomate volviendo a tocar mis mejillas.