Hijo del Jade y el Nigromante

El niño, La Muerte y El Nigromante

Holi!!! Enserio espero que les guste, agradezco a mi beta su ayuda y esfuerzo!!! También Psycopaula por sus imágenes y sugerencias! Chicas esto es para ustedes!!!
La verdad la idea me comía viva y antes que nada será un Wangxian Xicheng y un Tomarry con ciertos personajes nuevo incluso me atrevo a decir un triángulo amoroso.
Sin más disfruten!!!
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En una casa, muy aburrida e idéntica a las otras de su calle una familia de dos adultos y un niño salían, el regordete niño hacia una rabieta por un helado, ambos padres le dijeron con palabras amorosas y dulces que le comprarían lo que quisiera, los vecinos los miraron con asco, ver la forma que trataban a su hijo les daba repulsión, más al ver como el niño se volvía tan agresivo con otros, incluso con su primo, si porque todo el vecindario sabía del dulce niñito de 3 años que vivía en el número 4 de Privet Drive, nadie podía hacer nada por el niñito, eso apenaba a los vecinos.
No podían hacer nada, porque misteriosamente los servicios sociales, policías o servicios de protección, no veían nada malo en el niño, uno a uno rezaban, rogaban, e incluso pedían porque alguien salvará al pequeño.
***
Tres días, habían pasado tres días, en el armario bajo las escaleras un niño de cabellos negros piel pálida y ojos verdes lloraba, sus manitas estaban heridas con cortes y una botella de agua estaba en el suelo junto a su catre, la delgada y percudida manta estaba lo suficientemente vieja para lanzarla a la basura, el oscuro espacio le llenaba de soledad, el niño solo sollozo un poco más, no entendía, ella era su tía ¿No? Así que era su familia, como las familias que eran felices en el parque con sus sobrinos e hijos, había visto a hermanas reír alegres mientras sus hijas jugaban.
Fue cuando le llegó el frío.
La puerta de su alacena se abrió mostrando una figura encapuchada en negro, toques de plata y rojo, la figura se arrodilló.
- Amo, finalmente puedo ayudarlo. -. La voz era de una mujer y un hombre a la vez, el tintineo de un cascabel se escuchó.
Lejos de tener miedo, el pequeño se llenó de curiosidad al ver al ser, dejo de llorar y se acercó, lentamente bajo de su lecho y se acercó a la figura, le tomo de su manto y sus vivaces ojos verde le miraron con curiosidad, anhelo y entendimiento.
No le temía.
La figura levantó entre sus brazos al niño, el cual se estremeció ligeramente al sentir el frío contacto, pero no lo rechazó.
- Mi señor, ¿Quiere ir donde le amen?
El pequeño asintió, quería ir a donde no le golpeaban, donde nadie le encerrará en la oscuridad, donde le cargarán, alimentarán, donde... El ser le daba confianza ¿De dónde lo conocía?
- Lo llevaré con una persona que sufrió mucho, que por ser demasiado bondadoso muchos se aprovecharon de él, que necesita de alguien como usted y que usted lo necesita, habrá personas que los apoyen y cuiden, esa persona me entiende tanto como usted lo hace, mejor que nadie me conoce, yo le respeto, así mi señor les agradeceré a ambos. -. El niño se fue durmiendo entre los brazos de ese ser, el cual beso la frente del pequeño regalándole unos dones, él sabía que donde llevaba a su señor, él sería la felicidad de alguien que también había sido herido, sin más, saco de entre sus ropas una carta, la dejó caer al suelo y de su manga un manto como agua sólida se materializó, se lo puso sobre los hombros y cubriéndose junto con el niño dormido se desvaneció invisible y silencioso.
La carta tenía el nombre de Albus Dumbledore para Petunia Dursley.
***
Abrió los ojos, escuchando el grito de alguien en su oído, lo patearon, dejándolo tirado, desordenando el lugar, escuchó las cosas romperse y ser destrozadas, cuando de nuevo el silencio se apoderó del lugar se levantó con algo de esfuerzo, bajo de él un conjuro prohibido de ofrecimiento de cuerpo le dio la respuesta de su resucitación.
- ¿Que tan miserable fue esta persona? -. Alzó la ropa notando los cortes que sanaban, menos los de sus brazos, los cuales eran cuatro muy profundos.
Sabía que si no cumplía con el deseo del dueño de ese cuerpo moriría de nuevo y no volvería a reencarnar.
Se levantó hallando el diario de Mo XuanYu.
***
Cuando su actuación terminó se dirigió directo a su casa, si es que tal lugar podría llamarse así, los discípulos del clan Lan le habían hecho recordar algunas cosas, más el joven sereno que le recordaba a un hombre de ojos dorados que conoció en su juventud, suspiro, era el loco de allí nadie lo molestaría, meditaría y luego... ya vería que hacer con su maldición, entro en la casa, de pronto se detuvo cuando una alta figura encapuchada se apareció.
- Muerte. -. Susurro, la figura le dio una inclinación respetuosa, la conocía, claro que sí, como nigromante estaba familiarizado con ella, la entendía, al igual que su propósito, esos tres meses en YiLing fueron gracias a ella, un aprendizaje y no una muerte segura, había aprendido de ella, había hablado, acompañado y alegrado un poco su existencia.
- Wei WuXian. -. Dijo la encapuchada figura con sus voces de mujer y hombre. - Vengo a dar un regalo, una oportunidad, una esperanza. -. La muerte se acercó con un bulto el cual entrego en los brazos del hombre de negro y rojo. - Gracias por hablar conmigo, al igual que detener a Wen Ruohan. -. La muerte no podía hacer su trabajo solo así, había ocasiones que debían ser hechos por otros. - Siento no haber podido detenerle con el sello. -. Wei WuXian solo negó, había sido demasiadas cosas las que provocaron su camino a esa muerte, bajo la mirada encontrando al pequeño más lindo que había visto, dormido y soñando dulcemente, sus recuerdos le llevaron a otro niño de ojos cafés que se aferraba a su pierna.
Sin embargo, noto el cardenal en su rostro y sus manitas lastimadas.
- ¿Que...? -. Miró a la muerte.
- El merece una familia al igual que usted, ya han sufrido suficiente, es lo que puedo hacer por ustedes, por favor cuídelo, mi señor debe ser feliz, además sé que usted le enseñará bien. -. Con esas palabras la muerte se desvaneció.
Wei WuXian suspiro mientras acunaba al pequeño entre sus brazos cuando el niño despertó se hallaba entre los brazos de un joven de cabello negro, piel clara y ojos grises, de negro y rojo, sus ojos verdes brillaron al ver la sonrisa que le dedicaba el hombre, misma que regreso.
- Mi niño. -. Le acarició la cabeza, siempre le gustaron los niños. - Mi pequeño ZhaoYun. -. Dijo mientras abrazaba al pequeño.
***
Le dijo que se ocultara cuando escucho a la multitud ir por él, le dijo que ese burro sería para irse lejos, el niño bastante inteligente se subió a la montura, el burro ni siquiera se molestó, regreso a tiempo para ser arrastrado a la casa principal de la familia Mo.
***
Las marcas borradas le hicieron libre, pero esos niños peleaban contra ese brazo fantasma, despertó a los cadáveres de la familia y los envío a luchar, sin perder tiempo la batalla comenzó, sin embargo, el brazo era demasiado, cuando derrotó a sus cadáveres se preparó para volver a levantarlos, con riesgo a ser reconocido, sin embargo antes de soltar algún ruido el sonido inconfundible de un guqin lleno el aire, alzó la mirada, reconociendo al hombre de ropajes blanco con bordados de nubes celestes, sin perder tiempo se fue directo donde un pequeño niño le esperaba, no debía ser visto sobre todo por Lan Wanji, si no...
Debía irse, después de todo era el odiado Patriarca YiLing.
Miró por última vez al que parecía ser el líder del grupo de jóvenes, las banderas ondearon débilmente como despidiéndose de quién las había creado.
***
Se fue junto con su pequeño sobre el burro, el cual salió veloz del pueblo.
El niño comía una manzana, muy feliz de estar con quién era su nuevo ¿papá? Le miró, aún llevaba ese maquillaje blanco con rojo, ladeó su rostro, si él se pintaba el rostro ¿No era mejor llamarle mamá? Había visto a su tía pintarse con esas cosas. Las mamás lo hacían para verse más bonitas, Wei Ying limpio la mejilla del menor con cariño y cuidado, con una sonrisa, eso le hizo feliz pues había visto a madres en el parque hacerlo con sus hijos exactamente igual, así que lo decidió.
Si, era su mamá.
Sonriente el niño siguió comiendo mientras ambos vestidos de negro y rojo se marchaban.