apparence ❀ JungHope

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Jungkook y HoSeok se encontraban frente al líder de otra de las mafias más fuertes de Corea, el objetivo era establecer una alianza, terminar de una vez con esa guerra que se habían armado años atrás; en esos momentos eran neutrales, nadie se atacaba, estaban en una especie de tregua mientras no pisaran el territorio del otro, claro.

—Que grata sorpresa la de tenerte por acá, Jungkook —dijo el joven que se encontraba frente a ellos—, aunque no puedo decir lo mismo de tu...perro guardián.

—Yo también me alegro de verte, Yugyeom —escupió HoSeok con ironía aún con los brazos cruzados.

—¿Qué te trae por aquí, Jungkook? —preguntó el pelirrojo sin prestarle la más mínima atención al comentario de HoSeok. Éste último ni siquiera se inmutó, solo mantenía su vista alerta, jamás podría confiar en Kim Yugyeom.

—Hemos venido a ofrecer un trato, uno que estoy seguro de que no rechazarás.

—Soy todo oídos —dijo el pelirrojo con una divertida sonrisa.

Un par de horas después HoSeok y Jungkook se encontraban caminando hacia la camioneta del segundo, quien estaba siendo olímpicamente ignorado por su pareja.

—HoSeok...

—¿Sí, joven Jeon?

«Definitivamente está enojado.» pensó el pelinegro con temor mientras caminaba junto a aquel chico. Una vez que HoSeok le ordenó a los guardias que fueran por sus autos suspiró y se subió al auto.

—Suba —dijo fríamente el castaño abrochándose el cinturón; esos momentos eran donde incluso el gran Jeon Jungkook le aterrorizaba su guardaespaldas.

—¿En verdad te da celos Yugyeom? —se atrevió a preguntar el pelinegro una vez que se colocó el cinturón.

—Oh no, claro que no ¿por qué me daría celos? Usted es mi jefe, no tengo ningún derecho a celarlo —escupió con ironía el castaño mientras encendía el auto—. Claro que no me molesta el hecho de que se pusiera a coquetear descaradamente con el señor Kim, usted tiene derecho de meterse con quien quiera, señor.

A Jungkook ya no le gustaban los celos de su amado; antes lo había visto celoso, pero jamás al nivel que le mostraba en esos momentos. Realmente no lo entendía.

Y jamás lo haría, a menos que HoSeok le dijera lo que sabía desde hacía años atrás. El castaño sabía más cosas que el pelinegro, sabía lo traicionero que podía ser Yugyeom y cuánto anhelaba quitarle a Jungkook. Lo había dejado claro desde la adolescencia de los tres.

«¿En verdad crees que Jungkook te querrá toda la vida? Eres un simple y asqueroso guardaespaldas ¿en qué le beneficia eso? ¡en nada! Yo soy un partido mucho mejor para él cariño, créeme» fue lo que le dijo aquel molesto pelirrojo. Las manos de HoSeok apretaron con fuerza el volante a tal nivel de volver sus nudillos completamente blancos «¿Y sabes qué más? Tu rostro es horrible, en verdad no entiendo por qué se fijaría en alguien como tú. Espera, creo que ya sé por qué, por lástima.» Los ojos de HoSeok comenzaban a calentarse en esos momentos.
Aunque no lo pareciera, el castaño era la persona más sensible del universo entero, aunque pareciera de piedra no era así.

—¿Hobi?...¿qué pasa?

—Nada —logró decir HoSeok al llegar a la mansión—, baje, tengo que ir a un lugar.

—HoSeok, te pasa algo, y quiero que me lo digas —dijo Jungkook con un serio tono—. Ahora.

—Bájate Jungkook —mustió el castaño aferrándose al volante—, necesito despejar mi mente.