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HoSeok soltó nuevamente un suspiro al sentir la penetrante mirada de Jungkook. El castaño ya se encontraba en su hogar, NamJoon le indicó que no podía salir de la mansión por un par de semanas para que su herida cicatrizara y no se le saliera algún órgano por el costado, claro que lo decía bromeando, sin embargo, hubo una persona que se lo tomó demasiado en serio.

—Jungkook...no tienes que vigilarme 24/7, ese es mi trabajo ¿sabes? —dijo HoSeok mientras bajaba un par de informes para ponerlos sobre el escritorio— ¿No tienes papeleo que hacer también?

—Ya lo terminé —mintió el pelinegro.

—¿En serio? —preguntó HoSeok alzando una ceja y bajando un poco sus lentes, así es, HoSeok necesitaba anteojos, sin embargo, debido a su trabajo usaba mayormente lentes de contacto. Por el momento no le serían necesarios.

—Bueno, puede que me falte revisar un par de archivos...

—Jeon Jungkook, ve a terminar tus cosas, no me voy a morir de la nada, tranquilo —suspiró HoSeok sobando su cien—. Y si no te vas en tres segundos mi puño terminará en tu linda cara ¿entendido?

Jungkook en ese momento se levantó y se fue a la velocidad de la luz; sí, alguna que otra vez HoSeok había tenido que recurrir a la fuerza para hacer que su novio lo dejara de molestar; lo amaba, en verdad lo hacía, pero también necesitaba sus momentos a solas, como cualquier otra persona.

—Si será idiota —bufó HoSeok mientras acomodaba nuevamente sus lentes.

Horas después el castaño terminó todo lo que tenía que hacer y se estiró cuidadosamente, necesitaba dar un paseo, por lo que se levantó y fue a su habitación por un suéter y una gorra. Tenía que apresurarse a salir si no quería que Jeon se le pegara en un milisegundo.

Una vez que salió del lugar suspiró y comenzó a caminar lentamente con las manos en sus bolsillos; definitivamente había necesitado una salida sin tener que cuidar a nadie y sin su novio. Había necesitado esa soledad desde hacía un tiempo.
Comenzó a pensar en sí mismo en esos momentos, en cuánto había pasado desde que la familia Jeon lo había acogido, había estado prácticamente toda su vida con ellos, recordaba muy poco de su familia, solo podía recordar un par de salidas y el terrible día donde los perdió, algo que no deseaba recordar por el momento.
Un suspiro salió de sus labios, se preguntaba qué hubiera sido de él si MinHo jamás lo hubiese llevado con él. Tal vez hubiera muerto, o llevaría una vida común, una vida como la de cualquier otra persona. Su vista se detuvo en una familia que se divertía, el padre y la madre perseguían a su pequeña que parecía tener cuatro o cinco años.

Cómo deseaba una vida común.

Jamás lo había pensado antes, pero en esos momentos deseaba más que nunca el tener una familia común y corriente. Cómo le hubiera gustado que Jungkook no fuese el hijo del mafioso más importante de su país. Deseaba que ambos vivieran en una casa normal, con dos perros y tal vez dos hermosos niños, sí, eso era lo que deseaba en esos momentos.

Deseaba olvidarse de su título de sicario de la mafia Jeon.

—Maldición —suspiró y se sentó en una de las bancas que habían allí. Su mente seguía pensando en una vida utópica, una vida donde podía estar tranquilo sin tener que cuidar la vida de una familia. Donde no tenía que asesinar a nadie, ciertamente había matado a demasiada gente para ese punto, y jamás había sentido ningún remordimiento por ello, pero era cansado.

Otra gran pregunta llegó a su cabeza ¿estaba haciendo lo correcto con su vida? No mentiría, lo tenía todo, si deseaba un auto podía comprárselo sin problemas, tenía al hombre de sus sueños, vivía demasiado bien, pero había algo que le causaba un enorme vacío, seguía sin saber qué era, y eso le desesperaba en demasía.

apparence ❀ JungHopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora