apparence ❀ JungHope

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—¡HoSeok!

Unos cálidos brazos lo envolvieron en ese mismo instante sorprendiéndolo de sobre manera. Reconocía ese aroma a la perfección, era su aroma favorito en todo el universo.

El de Jungkook.

—J-Jungkook —HoSeok se permitió tartamudear abrazando con fuerza a Jungkook en ese preciso instante— ¿Qué haces aquí? —murmuró entre lágrimas.

—Yo también te he extrañado, bebé —respondió entre risas Jungkook mientras acariciaba la espalda ajena tranquilamente soltando un suspiro—. Me haces tanta falta.

—Y tú a mi —sollozó HoSeok ocultando su rostro en el cuello ajeno.

Una vez que ambos se calmaron ambos terminaron sentados en aquella banca tranquilamente observando el cielo.

—¿Qué haces aquí sin un escolta? —preguntó HoSeok— En verdad que cuando regrese yo... —el castaño se quedó pensando ¿tenían que regresar? Cuando lograra zafarse de Min ¿tenía que volver a la mafia de los Jeon?

—Tú...

—¿Estaría mal no regresar? —preguntó HoSeok en un murmuro. Jungkook abrió los ojos con enorme sorpresa— ¿Deberíamos de... escapar?

HoSeok volteó a ver a Jungkook con un destello que el azabache jamás en todos esos años de conocerse había visto.

—HoSeok...

—¿Sabes? Estuve pensando en esa plática que solíamos tener sobre escapar —interrumpió el castaño con algo de timidez—, en su momento lo veía como algo loco porque... porque siempre he pensado que solo existo para tener a tu familia a salvo —jugó con sus manos algo ansioso—. Pero ahora... ahora que no estoy con los Jeon, pensé que tal vez... que solo tal vez —su nerviosismo incrementaba—, podría ser solo... yo. Solo tú y yo.

En ese momento Jungkook tomó el rostro de HoSeok para darle un profundo beso en los labios, ambos con las mejillas completamente empapadas una vez más. El alma había regresado al cuerpo de Jungkook. Ahora podía identificar ese nuevo destello en el rostro de su amado, era un destello de esperanza, de amor propio, de sí mismo. Finalmente HoSeok comenzaba a ver por él mismo.

—Escapémonos —murmuró Jungkook sobre los labios de HoSeok—, en cuanto te quites al imbécil de Min, escapémonos lejos.

HoSeok asintió llorando aún con una suave sonrisa.

—¡HoSeok! ¿Dónde estás?

—Es YoonGi... debe de pensar que ya me escapé —murmuró HoSeok soltando un suspiro poco después—. Por favor regresa a casa a salvo ¿sí?

—Lo haré —dijo Jungkook besando por última vez aquellos perfectos labios— Prométeme que escaparás pronto, por favor.

—Lo haré, es una promesa.

Ambos se vieron con felicidad. Segundos después HoSeok se levantó y se fue tranquilamente, Jungkook lo contempló desde la banca suspirando con suavidad.

—Verdaderamente se aman, eh —dijo TaeHyung saliendo de su escondite—. Realmente fue un golpe de suerte que HoSeok saliera con el resto de los secuaces de YoonGi.

—No te agradeceré por decirme.

—Lo sé —TaeHyung se encogió de hombros—, vamos, tienes que regresar a tu mansión o lo que sea —el pelirrojo se dio la vuelta.

—¿Por qué haces esto? —preguntó Jungkook al levantarse— ¿Por qué me ayudas?

—No te estoy ayudando a ti, idiota —bufó TaeHyung—. Para mi mala suerte eres la felicidad de HoSeok —dijo mientras veía el cielo—, me queda más que claro que eso jamás cambiará —murmuró—, así que estoy ayudándolo a ser feliz, lo merece.