"Que oportuno" Pensaba Natalia esperando que Alba le diga que se vaya y termine con lo que había comenzado.
—Ahora salgo. —La rubia le respondió a Joan viendo como la pelinegra echaba su cabeza hacia atrás y la apoyaba en la pared cerrando los ojos. Enfadada. —Espérame fuera.
Si, Natalia estaba enfadada, o frustrada mejor dicho. No podía creer lo que Alba le estaba haciendo, la iba a dejar ahí, mojada, en ambos sentidos, y sola.
La rubia oyó los pasos de su amigo alejándose y se relajó un poco. Suspiró, no quería dejar a Natalia así, quería acabar esto, quería hacerla acabar. Pero Joan necesitaba hablar de algo importante, y no quería que el siga enfadado con ella.
—Lo siento, en serio, lo siento. —Le susurraba encima de sus labios. Volvió a unir sus labios como despedida, pero tuvo que detener a Natalia, quien estaba comenzando a profundizar el beso.
Destrabó la puerta, sacó la mano para coger la sudadera "nueva" que iba a usar, se la puso y antes de salir se giró a ver a la pelinegra, quien la miraba con un puchero en sus labios. Le dio una última sonrisa y finalmente salió. Se cruzó a Julia que estaba escogiendo la ropa que iba a ponerse y terminó de vestirse para ir con Joan.
Natalia no pudo evitarlo, se volvió a apoyar en la pared y bajó su mano hasta su centro. Hizo lo posible para no escuchar a Miki, Sabela y Julia que estaban hablando fuera. Cerró los ojos mientras comenzaba a frotar su clítoris, recordando los labios de la mayor recorrer toda su piel, recordando su sabor, sus expresiones y cada centímetro de su cuerpo.
No demoró mucho en acabar y morderse los labios para no gritar.
La castaña estaba cepillando su cabello y frunció el ceño al verla salir de la misma ducha que Alba minutos atrás. Aunque prácticamente en el mismo segundo se dio cuenta del porque y sonrió para si misma. Ya hablaría con Natalia sobre eso.
—Alba. —Joan la llamó apenas cruzó la puerta, estaba esperándola mientras caminaba sobre una misma linea una y otra vez. La rubia lo miró para que siga hablando. —Tía, lo siento por lo de ayer.
No quería cagarla, estaba nervioso y se le notaba a kilómetros.
—Esta bien. —Respondió seca, Alba no se lo podía creer. ¿Por esto había interrumpido su momento con Natalia?
Por un momento pensó en darse la vuelta y volver a entrar para terminar lo que había comenzado, pero ya era tarde. Además Joan volvió a hablar.
—Pues no lo parece. —Lo dijo rozando un tono agresivo.
—Cálmate Joan. —Dijo tranquila, estaba bastante cansada de la actitud que estaba teniendo su amigo.
—Tienes razón, lo siento. —Tomó las manos de la rubia entre las suyas acercándose a ella, estaban frente a frente mirándose a los ojos. —Tu sabes que eres muy importante para mi, y que todo lo que hago lo hago con buenas intenciones.
—Si, lo se. —Dijo al poner su mano en la mejilla del castaño, acariciando la barba que ya estaba un poco descuidada. —Y lo aprecio, pero a veces.. te pasas un poco. —Ambos rieron y el apoyó su frente en la de la menor.
—Te quiero. —La rubia cerró los ojos por un segundo y suspiro sin saber que contestar. —¿Lo sabes verdad?
Asintió con una sonrisa. Joan se acercó muy lentamente, tanto que Alba no estaba segura de cuales eran sus intenciones. Hasta que él levantó la mano para ponerla en su rostro, pero antes de que lo lograra se abrió la puerta haciendo que ambos se sobresaltaran.
—¡Y salí corriendo detrás de el! Seguro debí haber parecido.. —Le decía Julia a Natalia entre risas, las cuales desaparecieron al verlos.
La rubia se tensó y se separo en menos de un segundo de su amigo. Se formó un silencio demasiado incómodo. Natalia estaba confundida ¿Estaban por besarse? No, no podía ser ¿O si?
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1 Minuto con 40 Segundos
Teen FictionNatalia Lacunza, una joven de 18 años, se ve obligada a convivir con personas que nunca había visto en su vida para sobrevivir a su realidad 1'40" dura el dolor 1'40" dura la ansiedad 1'40" dura la preocupación 1'40" dura la incertidumbre 1'40" du...