Capitulo 13

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Habían pasado otro par de días en los que Natalia había intentado hablar con Alba, pero ella nunca la dejaba hacerlo o simplemente la evitaba. La pelinegra ya no sabía que hacer, quería disculparse con la ojimiel pero se lo hacía imposible y cada vez se sentía más angustiada.

No le gustaba el hecho de que la rubia este enfadada y, lo que era aún peor, de que ni siquiera se tomara el tiempo de discutir con ella. La indiferencia la estaba matando. De todas formas la más alta no quería molestarla, por eso no había insistido tanto y no estaba todo el día detrás de la mayor. Bueno, si lo estaba, pero se esforzaba para que no la notara.

Esta de más aclarar que Natalia había escrito varias canciones inspirada en la mujer no salía de su mente ni por un segundo. Se pasaba las mañanas, tardes, noches y madrugadas con su libreta y su lápiz, el cual ya se estaba acabando de tanto uso que le daba.

Aunque la más alta no haya dejado de pasar tiempo con María lo ocurrido en las escaleras no había vuelto a suceder, ni volvería a hacerlo. Lo habían hablado y ambas coincidían en que había sido solo eso, un beso y ya. 

María, quien veía todo a la distancia, se sentía mal por Natalia y quería ayudarla. La había escuchado hablar con Julia sobre el tema y se oía bastante afectada, además últimamente había estado fumando más de lo que lo hacía usualmente y eso no le gustaba para nada.

Pero no quería entrometerse demasiado, y Alba tampoco se lo permitiría. Lo bueno era que tenía muchas buenas ideas.. y mucho alcohol. 

Ya había oscurecido, eran eso de las 20hs y había citado a todos en la biblioteca. Observaba con su sonrisa traviesa, y con la mano derecha detrás de su espalda, a todos sentados en los sofás esperando que hablara. 

—En estos últimos días noté que estamos demasiados estresados y.. tensos. —Damion ya suponía que iba a ser lo siguiente que saliera de la boca de su hermana. —Por eso se me ha ocurrido el plan perfecto. —Natalia la miraba con una sonrisa divertida, la cual no pasó por desapercibida para Alba. —Jugaremos a un par de juegos.. con nuestro queridísimo amigo "El alcohol". —Alzó su mano derecha con una botella de vodka entre sus dedos.

Algunos sonrieron, y otros la miraron con confusión.

—¿Que dices tía? ¿De dónde has sacado eso? —Al parecer a Alba no le había gustado la idea.

—Pues eso, nos hará bien distraernos al menos un poco, va. —María esperaba esa reacción de parte ella.

—Yo me apunto. —Julia se puso de pie y fue junto a la rubia.

A Natalia le parecía un planazo, pero no estaba segura de querer contradecir a la ojimiel. 

—Es peligroso hermanita...

—No beberemos demasiado, y solo será una noche. —Argumentó rápidamente.

—Yo también me sumo. —Habló Miki para luego imitar a Julia.

—Y yo. —Ante la insistente mirada de sus tres amigos Natalia se unió.

—Va, nosotras también. —Sabela cogió a Alba, y aunque esta se resistió por unos segundos consiguió que se rindiera. Le iba a hacer bien relajarse un poco. 

Luego de unos minutos lograron por fin convencer a los tres que faltaban y se sentaron en forma de círculo, como lo hacían todas las mañanas. Comenzarían jugando al "Yo nunca he" para ir calentando. Miki tomó la botella de vodka e hizo la primera pregunta.

—Va, comenzamos leve. Yo nunca he besado a alguien de mi mismo sexo. —La botella pasó entre las manos de Alba, Damion, Natalia y María. 

La rubia miró sorprendida a su hermano, no se lo había contado, él en respuesta solo se encogió de hombros.

1 Minuto con 40 SegundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora