María abrió los ojos lentamente, sus párpados le pesaban y su cabeza la dolía. Cuando logró enfocar su vista intentó sostenerse de algo para ponerse de pie pero no había nada dentro de las cuatro paredes que la rodeaban. Optó por apoyar sus manos en el suelo e impulsarse, pero cuando lo hizo la habitación comenzó a girar haciendo que se desestabilice. Se recostó sobre la pared detrás de ella y se refregó los ojos con sus nudillos intentando volver a la normalidad. Al cabo de unos segundos el mareo se detuvo y pudo observar con claridad donde estaba.
Apenas entraba luz por una pequeña ventana en la parte de arriba de una de las paredes, y como al parecer era de noche, la luz era mucho más débil. Tanto que solo alcanzaba a iluminar una pequeña parte de la habitación. De todas formas no era la luna quien la iluminaba, de seguro había alguna farola por ahí, o al menos eso suponía debido al color amarillento que caía sobre una de las esquinas y poco más. María intentó ver hacía afuera pero las hojas y las finas ramas de una planta se lo impidieron.
"¿Donde estaba? ¿Que había sucedido?" Se preguntaba mientras, con sus dedos, se masajeaba los costados de su cabeza. Hasta que recordó lo ocurrido en la universidad con Miki y esos tipos. Por cierto, ¿Y Miki? ¿Estaría bien? ¿Estaría en la habitación de al lado? ¿Había habitaciones al lado? Agudizó su vista revisando la sala un poco por encima y notó que estaba sola, ¿Que le habrán hecho al pelinegro?
Se acercó a la puerta, la cual identifico rápidamente debido a la fina liña de luz que se veía por la parte de abajo de esta, y giró el picaporte intentando abrirla pero estaba cerrada con llave. Pasó las manos por la pared buscando el interruptor de la luz y notó que en algunas partes, las cuales estaban más rugosas, se había salido la pintura. Incluso llegó a tocar alguna que otra telaraña. Cuando por fin encontró el interruptor movió la palanquilla pero no se prendió ninguna luz, la volvió a mover un par de veces más con un poco de violencia pero nada.
Se sentó a unos metros frente a la puerta y bufó al observar cada rincón de la habitación detenidamente y darse cuenta de que no había forma de salir. Se quedó así durante casi una hora, aunque en realidad ella, al no tener reloj, no sabía cuanto tiempo había sido exactamente.
Escuchó pasos y se hizo hacia atrás, asustada. Era más de una persona y sus pasos eran muy suaves, de no ser por el enorme silencio que a rodeaba probablemente no los hubiera escuchado.
—¿Escucharon eso? —Preguntó alguien y los pasos cesaron. Esa voz se le hizo famil..¿Joan?
"¿Era él? No, no pude ser. ¿Sigo en la universidad? No, no lo creo ¿Que hace Joan aquí? ¿Lo habrán golpeado y traído a él también? Espero que no." La cabeza de María estaba funcionando más rápido que nunca.
—No tío, relájate. —Si, ese era Carlos, lo tenía clarísimo. Se puso de pie en menos de un segundo y dio rápidos pasos para cruzar los metros que la separaban de la salida. Estuvo a punto de golpear la puerta para que supieran que estaba allí, pero se detuvo abruptamente.
Por un momento pensó en la posibilidad de que estuvieran con los que la encerraron a ella y no supo que hacer. Si lo que ella creía era cierto probablemente los golpearían o algo así y luego entrarían a la habitación en la que ella estaba para arreglarlo allí y la dormirían otra vez al ver que había despertado.
—Shh. —Alguien los calló y el corazón de María se detuvo al considerar la posibilidad de que la habían oído. —Va, sigamos. —"¡Sabela!" Gritó la rubia emocionada en su cabeza.
Un impulso hizo que cuando volvió a escuchar los pasos, señal de que se iban a ir, golpeara finalmente la puerta con el costado de sus dos manos cerradas en puños. Lo hizo un par de veces, no tan fuerte por si acaso. Pero sabía que la habían escuchado debido a que los tres, si es que no había nadie más, volvieron a detenerse.
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1 Minuto con 40 Segundos
Teen FictionNatalia Lacunza, una joven de 18 años, se ve obligada a convivir con personas que nunca había visto en su vida para sobrevivir a su realidad 1'40" dura el dolor 1'40" dura la ansiedad 1'40" dura la preocupación 1'40" dura la incertidumbre 1'40" du...