Capitulo 18

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Damion se asomó por la puerta revisando que no haya nadie en el pasillo, y cuando lo comprobó salieron los tres. Previamente Natalia le había avisado a Alba que debía ser lo más silenciosa que pudiera, que hiciera el mayor esfuerzo por aguantar su risa y que no hablara. La mayor, quien la escuchaba con máxima atención, asentía ante cada oración para luego aferrarse a la más alta como si fuese un salvavidas en medio de un océano.

Caminaban por el extenso pasillo en fila india, uno detrás de otro. El castaño iba en cabeza seguido por Natalia y por último la más baja que ya había dejado algo de distancia entre su cuerpo y el de la pelinegra. Alba miraba las puertas atentamente mientras pasaba una de sus manos por la pared mientras avanzaba.

En un momento a Natalia le pareció escuchar demasiado silencio y se volteo a ver a la rubia para confirmar que todo estuviera bien. Pero ella no estaba detrás suya, sino a unos metros parada frente a una ventana. Estaba levemente inclinada, con sus manos apoyadas en las tablas haciendo de muro, y con su cabeza entre ellas. Probablemente había un orificio entre las tablas de las maderas y ella estaba observando el cielo, que ya debería estar azul, o las plantas, o la casa del frente desde allí.

La morena se detuvo un segundo y la vio con ternura. Se veía como una pequeña niña observando el mundo por primera vez. Era una faceta de Alba que ella definitivamente no había conocido antes, pero si querían salir de allí ilesos deberían apresurarse. Suspiro borrando la sonrisa de su cara y camino a paso veloz hacia la ojimiel golpeando suavemente su dedo indice en el hombro de la mayor para llamar su atención. Cuando esta se giró, con una enorme sonrisa en su rostro, le extendió la mano para que la cogiera.

Y así lo hizo, sin dudarlo ni un segundo.

-Tía, no me sueltes eh. Por nada en el mundo. -Le explicó delicadamente, como si le estuviera hablando a una niña. Ella simplemente asintió con su cabeza.

Siguieron avanzando y parecía que no había nadie en las habitaciones del pasillo, se miraron extrañados. ¿Donde estaba todo e mundo? Aunque luego entendieron el porque al caminar más cerca de las escaleras y al comenzar a oír el bullicio que había debajo.

Dedujeron que era una cena o alguna reunión debido a que se escuchaba gente moviéndose y ruidos de platos siendo apoyados en alguna mesa seguramente. También se oían varias conversaciones en las que participaban algunas voces ya 'conocidas' para ellos.

Antes de llegar a las escaleras Damion les hizo una seña para que se metieran en una de las habitaciones. Necesitaban hablar y hacerlo allí era menos riesgoso que hacerlo en medio del pasillo.

-Tía, ¿Como saldremos de aquí sin que nos vean? -Preguntó algo alterado comenzando a caminar de un lado a otro en liña recta.

-No lo sé, pero no te pongas nervioso. -Intentó tranquilizarlo sentada en la orilla de la cama, a la cual la rubia había saltado apenas habían entrado. -Será más fácil encontrar una solución si nos mantenemos con calma.

-Ya.. -Rascó su frente. -Encima con Alba en ese estado... -Se quejó señalándola. Natalia se dio la vuelta para verla y se la encontró moviéndose como si estuviera haciendo un ángel en la nieve.

La pelinegra suspiró y estiró su brazo para apoyár su mano sobre una de las piernas de la ojimiel y hacer que se quedara quieta. Se quedaron pensando mientras oían el bullicio de abajo, iba ser imposible cruzar por allí sin que les vieran. Según lo que habían visto al entrar la puerta principal estaba bloqueada y debían pasar por la cocina, pero allí de seguro habría gente.

Por un momento Damion pensó en salir por alguna de las ventanas, pero todas estaban tapadas con tablas de madera y no tenía pinta de ser sencillo quitarlas de allí, y mucho menos de ser discreto o silencioso.

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⏰ Última actualización: Jul 04, 2019 ⏰

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