Capítulo 7

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Su pie golpeaba contra el piso de madera en forma desesperada, sintiendo como los nervios comenzaban a nacer con cada segundo que pasaban. Por quinta vez en aquel día nublado marcó el número de Selina, que volvió a mandar directo a buzón de voz. 

—Voy a ir al club—aviso Bruce decidido.

No podía soportar un minuto más de incertidumbre, haciendo a un lado su desayuno se levantó de la mesa.

—Vengo más tarde—informó a Alfred que solo asintió desde su lugar en el comedor.

Mientras Alfred daba vuelta al periódico y continuaba leyendo. Bruce tomó las llaves de su reciente automóvil regalado por su cumpleaños número veintitrés, el cual era sorprendentemente rápido y le permitiría llegar a la ciudad en poco tiempo.  

Bruce estaba desesperado después de la repentina desaparición de Selina. La joven no se había puesto en contacto con él, en una semana completa, los mensajes y llamadas que le enviaba no eran respondidos como normalmente hacía ella.

El había ido dos días atrás al club y Tabitha lo recibió en la puerta diciendo que Selina no quería recibir visitas, que se sentía mal. Todo parecía sospechoso y no escuchar la voz de la joven, provocaba que su mente se desviará a imaginar escenarios en donde estaba herida, o donde su condición debería ser realmente mala para que no pudiera acudir a la mansión como la última vez cuando su robo salió mal.

Azotando la puerta bajó rápidamente y se dirigió al club en donde estaba completamente vacío a excepción de Tabitha Galavan. Ella se encontraba en la barra revisando algunos documentos con concentración, desde aquella distancia parecía una persona normal solo verificando que los ingresos del club estuvieran yendo a la alza. Tabitha al oír como la puerta era azotada, levantó la vista solo para observar con una mirada molesta plasmada en su rostro moreno, al verlo de nuevo en aquella semana. 

—¿Se encuentra Selina?—preguntó acercándose al pasillo que iba a las habitaciones de las socias—Necesito saber que está bien. 

Tabitha al notar su decisión, rápidamente se atravesó en su camino, obstruyendo la entrada para que no diera un paso más. 

—No se encuentra bien, ha estado enferma... Yo le diré que viniste cuando despierte—dijo cubriendo con sus brazos el ancho del pasillo. 

—Me gustaría verla para saber que está bien.

No podía creer ninguna palabra que dijera Galavan, Bruce tenía que verla en una sola pieza para estar tranquilo por más tiempo.

—Ella está bien...—lo miró amenazadoramente.

Bruce no retrocedió, al contrario, dio un paso más y habló con seguridad.

—No me iré hasta saber que Selina está bien. 

Ella dejó caer los brazos que cubría el pasillo, en forma de derrota suspiro. Bruce sabía que en algún momento se cansaría de su insistencia diaria.

Tabitha Galavan al igual que Bruce, sólo se toleraba por Selina, ambos no podían estar tanto tiempo estableciendo una conversación en el mismo lugar. Bruce todavía le guardaba algo de resentimiento al intentar sacrificarlo años atrás junto a su hermano Theo Galavan.

—Está en su habitación—dijo dirigiéndose de nuevo a sus documentos. 

Tabitha parecía preocupada cuando comenzó a beber de su copa y calcular las cuentas de nuevo.

***

La habitación se encontraba vacía cuando entró. Pensó por un momento que Tabitha había jugado con él, cuando escuchó agua correr del baño. 

Mi Brújula - Bruce Y Selina (Batcat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora