Capítulo 2

2.6K 112 2
                                    

El tiempo pasaba de forma rápida y lenta, provocando solo confusión. Recordaba como las últimas semanas estaban en blanco, como el dolor por la muerte de sus padres había desaparecido gracias a su maestro, el cual se encontraba muerto por las manos de Alfred.

Alfred. El nombre de aquel ex soldado dolía a recordar. Odiándose a sí mismo Bruce colocó sus manos en su cabeza, tratando de encontrar una razón lógica a todo lo que había pasado en el último lapso de tiempo. 

Cerró los ojos con fuerzas para  controlar su respiración en aquel horrendo hospital, en donde el olor a medicamentos y alcohol revolvían su estómago.

Aún podía sentir el dispositivo en su mano, aquel que apretó su maestro y  soltó el horrible virus por las calles de la ciudad, convirtiendo a las personas en feroces bestias humanas.

—Escuche lo de Alfred…¿Está bien?—la voz llegó suave e insegura en medio del pasillo. 

Había pasado un mes desde la última vez que estuvieron juntos viendo película tras película hasta que la oscuridad llegó, el plato de palomitas se vacío y el sueño los arrullo. Ese día fue espectacular. El clima era perfecto y la compañía de Selina mejor.  

Pero solo fue cuestión de horas para que todo se derrumbara, una vez que  Bruce y Alfred fueron secuestrados por la corte de los búhos mientras iban a pagar unos recibos a la ciudad. 

Cruzaban la avenida principal para volver a la mansión cuando fueron emboscados. Bruce podía recordar cómo había sido sacado de automóvil bruscamente, el fuerte olor que contenía la gasa que cubrió su nariz y lo dejó inconsciente, para después despertar en una celda en donde podía ver montañas cubiertas de nieve. Durante ese tiempo no tuvo contacto con Alfred, ambos estaban separados sin saber si el otro se encontraba bien. 

Bruce trató de escapar una y otra vez, pero siempre regresaba al mismo lugar. Entonces cuando pensó que lo habían capturado para que muriera solo en aquella celda, un hombre mayor apareció por primera vez.

Bruce no tardó en decirle que la gente comenzaría a sospechar, principalmente el tenía la idea de  Selina. Todas las noches sin falta se hablaban para saber que estaban bien, era algo rutinario que les permitía conocer que estaban seguros.

—Espero que no te refieres a tu novia, la señorita Selina Kyle—la cara de Bruce se contrajo en miedo al saber que esas peligrosas personas conocía de ella—Nuestro equipo se encargará de ella.

—Pero que…—el hombre mayor levantó la mano y por alguna razón Bruce calló.

—Al menos que tú lo hagas.

—¿De qué habla?.

El hombre mayor lanzó su teléfono que atrapó en el aire, inseguro de adónde quería llegar.

—Miente. Dile que estarás fuera por un tiempo, que estás bien… haz que te crea y deje de buscar. Entonces, cuando cumplas tu propósito podrás regresar a tu antigua vida junto a ella… si no, mi gente se hará cargo.

Bruce sentía como su corazón latía con fuerza, como el miedo se apoderaba al imaginar a Selina lastimada. Todo era su culpa. El no debería de haber investigado a la corte, mucho menos tratar de destruirla. La corte de los búhos era una organización secreta con demasiado poder. Lo único bueno de todo eso era que Selina no sabía nada, un punto a su favor para que no sospechara.

Tomando el teléfono y respirando hondo. Llamó.

—Bruce. Estás bien. ¿Por qué anoche no respondiste mis llamadas y mensajes?... ¿Por qué no hay nadie en la mansión?—dijo Selina rápido con voz desesperada.

—Hey. Cálmate y respira—dijo Bruce tratando de sonar relajado.

—Bien, te escucho. ¿Qué pasa?— preguntó Selina un poco más tranquila al escucharlo.

—Ocurrió un problema con la compañía Wayne. Ayer temprano mis abogados me citaron en sus oficinas… No entiendo muy bien la situación pero es algo grave, Selina. Tuve que viajar de emergencia por la tarde junto a Alfred a la casa que tenemos en Suiza, en este momento andamos buscando varios documentos que necesitamos y después iremos con los abogados a tratar de arreglar todo. Al parecer necesitan mi presencia en todo lo que realicen aquí—al ver que Selina no interrumpió continuó, rogando que su novia le creyera—Es un proceso largo el cual tengo que realizar, trataré de arreglar todo y después volveré a la ciudad.

—¿Cuándo?—todo rastro de preocupación desapareció de Selina, lo cual agradeció Bruce.

—Para ser franco, no lo sé.

—Está bien. Solo marcame todas las noches, así sabré que estás bien y me podrás contar cómo va la situación.

—No puedo. La señal aquí es horrible, además no sé si tenga tiempo. Me tengo que ir, no quiero, pero tengo que hacerlo. Dentro de poco estaré en ciudad Gotham y nos pondremos al corriente referente a noticias en persona. 

—Bruce…—su voz adoptó un tono preocupado, sabía que no podría  aguantar más con la mentira si seguía hablando.

—Me tengo que ir… Te quiero—dijo para después colgar.

Todo después de ahí fue confuso. Los días pasaron y Bruce no sabía cuándo comenzaba uno y terminaba otro.

Entonces el hombre mayor hizo desaparecer su miedo y dolor, cobró venganza por la muerte de sus padres y lo hizo olvidar por un tiempo las personas que quería. 

Cometió estupideces una vez que abandonó esa habitación y volvió a la ciudad. Él había tenido un mal propósito colocado en su mente, solo dejando como resultado a un muerto Alfred. Podía sentir como sus manos volvían a clavar la filosa espada en el pecho de su amigo. No había visto a aquel hombre que consideraba familia en un mes y cuando por fin lo hizo, solo fue para asesinarlo ante la orden de Ra's al ghul. 

Ahora que su mente estaba clara se comenzaba a odiar así mismo y ver de nuevo a Selina solo lo enfureció más.

—Vete a casa Selina, por favor—dijo mientras se levantaba y daba la espalda. 

Era tan difícil volver a verla después de todo lo que había hecho. El fue un egoísta que no solo puso su seguridad en riesgo, sino también la de Selina y Alfred al tratar de derrotar a la corte.

—¿Qué pasó?, ¿Porque Alfred está aquí?, ¿Cuando llegaron?—en cambio preguntó ella.

—¡Quieres saber qué pasó!—de repente Bruce gritó enojado volviéndose a ella—… No lo entenderías.

—¿Por qué?. ¿Porque no estoy desesperada por creer en algo? .

—¡Porque no crees en nadie más que en ti!—pudo ver al instante que la había herido. Sus ojos verdes lo mostraban tan claro como las palabras podían formular. Últimamente se le daba bien herir a sus seres queridos más que a nadie—Perdón… no quería decir eso.

Sus palabras cesaron. Se había arrepentido al instante de haberlas dicho, más el daño ya estaba hecho. 

Derrotado más que nunca Bruce se sentó exhausto en aquella incómoda banca de hospital y suspiró. Pudo notar por el rabillo del ojo como Selina estaba a punto de irse, pero algo la hizo cambiar de opinión. Dio media vuelta y se dirigió hasta él para tomar asiento a su lado. El aroma de lavanda inundó sus sentidos haciéndo recordar lo mucho que la había echado de menos. 

En silencio envolvió sus manos entre las suyas. Recargando su cabeza con la de ella y pudo respirar de nuevo. 

Mi Brújula - Bruce Y Selina (Batcat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora