Capítulo 12

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Escuchaba como decían su nombre en la lejanía. La voz masculina parecía familiar y por alguna razón, la relaciono inmediatamente con problemas. ¿Porque nunca podía escuchar la voz alegre de Jim Gordon?, ¿Porqué siempre tenía que estar dando órdenes y su tono tenía que ser molesto?. ¿Ahora, en qué problema se había metido?, ¿Porque no la dejaban dormir un poco más?.

La oscuridad era agradable. Ella siempre había amado cuando la oscuridad caía sobre Gotham y la luz de luna le permitía ver su sombra reflejándose por los callejones. 

Selina corría libremente saltando de tejado en tejado con el único objetivo de llegar a su amigo. La ciudad esa noche había sido generosa, mientras descendía del tejado y comenzaba adentrarse al familiar callejón, sus ágiles manos contaban el dinero robado de aquel señor. Setenta dólares. Una decepción de robo al tener en cuenta que tuvo que correr durante varios minutos, después de ser perseguida por el uniformado.

Selina estaba tan perdida con su ganancia que no se percató que su amigo de ojos melancólicos se encontraba frente a ella, su suave roce contra su pierna izquierda la hizo reaccionar. Ellos tenían una rutina que siempre era llevada acabó de la misma manera, Selina saco su pequeño recipiente y vacío su parte correspondiente de leche, el gato como todas las noches comenzó a devorar su porción para terminar con una muestra de afecto en forma de ronroneo, el gato color negro desapareció saltando por los contenedores de basura, con un silencio y elegancia que envidio.

Selina no espera obtener nada más. El dinero que se encontraba en su bolsillo de chaqueta le permitiría comer al día siguiente, ahora solo tenía que preocuparse por buscar un lugar donde dormir el resto de la noche.

Sus pasos se dirigían a la salida del callejón cuando risas aparecieron, una melodía de felicidad se mezcló en diversas tonalidades de voces, con una urgencia de conocer el motivo de la alegre discusión, subió a lo más alto de la escalera de incendio donde podía ver a las personas.

—Buena actuación y buena música, ¿Qué opinas?—preguntó una mujer con tono cariñoso.

—Yo opinó igual que papá, fue un poco estúpido—dijo un joven.

¿Por qué conozco esa voz?. Se preguntó Selina acercándose más a la barandilla para obtener una mejor visión, pero la sombra que desprendían ambos edificios sólo le permitían escuchar los pasos y las voces.

—¿Estúpido?. No uses esa palabra—un hombre mayor lo regaño para después reír—Pero si, fue algo estúpido.

Había líneas imaginarias en su cerebro tratando de conectarse, una historia que conocía se estaba uniendo en aquel momento llena de dulces y dolorosos recuerdos.

—Ustedes son tan severos—volvió a hablar la mujer. 

No era la primera vez que escuchaba su voz, años atrás en aquel mismo callejón se estableció esa conversación. Selina miró directamente al charco de agua que se exparcia sobre la calle y que le permitía ver su reflejo. Ella no era una niña que se escondía en la escalera de incendió, solo una joven de veinticuatro años que estaba formando una vida a lado del hijo de Thomas y Martha Wayne.

—Bruce—susurró levantando el rostro para verlo dar el primer paso fuera de las sombras.

Tampoco era un niño, solo un joven maduro que caminaba alegremente con sus padres después de tener una salida familiar.

Otros pasos aparecieron en el callejón y solo era cuestión de segundos para que la vida de Bruce cambiará para siempre. Podía recordar cómo el dolor comenzaría a romper su corazón y sus rodillas se doblaría en medio de los cuerpos sin vida de sus padres, con un gritó desgarrador de impotencia y pérdida.

Mi Brújula - Bruce Y Selina (Batcat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora