Epílogo

1.1K 105 76
                                    

Bienvenidos sean todos al final de Don't touch me. Espero que lo disfrutéis leyendo tanto como yo lo disfruté escribiendo...
Dedicaciones abajo ;)

•••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••

El amor es como una amistad ardiente. Al principio es solo una llama muy bella, a menudo caliente e intensa, que no es más que luz y destellos. Conforme el amor crece, nuestros corazones maduran y nuestro amor se transforma en brasas inextinguibles que queman profundamente”. — Bruce Lee.

°°°

|2 años después|

Las campanas reverberaban por todos los rincones de la capilla, mientras la pareja recién casada salía al patio, dirección a la deslumbrante carpa blanca situada justo en el centro.
Él se fijó en las brillantes sonrisas de la pareja que tenía justo en frente, mientras les seguía los pasos, junto al resto de los invitados.
–Anana, ¿qué haces? -le preguntó a la niña que tenía cogida en brazos, quien jugaba con el rizo de su pelo rojo.
–Tu pelo me parece muy curioso, Ichi -contestó la niña, soltando una pequeña risita al ver que, hiciera lo que hiciera, el cabello del muchacho volvía a su aspecto original.
–Es el resultado de una larga ducha, un buen secador y mucha gomina... sobre todo gomina -contestó el pelirrojo con una sonrisilla, haciéndole unas pocas cosquillas a la niña.
–¡Katakuri! -exclamó Anana de repente, justo antes de que el Vinsmoke sintiera la presencia de su pareja pegada a la espalda.
–¿Anana, cariño, por qué no vas a jugar con Chopper un rato? -le sugirió el nombrado, intentando no sonar muy desconsiderado.
–¿Vais a tener una conversación de adultos? -preguntó la niña, con aquellos  rojos —que tanto se parecían a los del Charlotte mayor— brillando, inquisitivos.
Aquella inocente pregunta provocó un ligero sonrojo en Ichiji y una suave risa ronca en Katakuri.
–Nada de eso, simplemente el chico quiere hablar contigo sobre el baile de después. No puedo decirte más- -le respondió el de pelo granate, consiguiendo que la niña asintiera y se bajara de los brazos del pelirrojo y corriera en busca de su amigo, dejando solos a Ichiji y a Katakuri.
–¿Estás bien? -el mayor fue el primero en romper el silencio, abrazando por las caderas al pelirrojo mientras este observaba a la pareja recién casada cortar la enorme tarta nupcial.
–Han pasado dos años y sigues preguntándome lo mismo.
–Solo quiero asegurarme de que nada de lo que estamos viviendo ahora mismo te sobrepasa -se defendió el Charlotte, estrechándolo contra su cuerpo, murmurando contra el oído del menor: –. O sea, tu padre y la gran mayoría de mi familia están en la cárcel.
–Seguro que están tramando ya algún complot para salir y patearnos el culo con sus compañeros de celda -comentó Ichiji, en lo que pretendía ser una broma pero solo tensó un poco más.
–No, Ichiji. Ellos no volverán -le dijo Katakuri-. Además, ahora tenemos nuestra propia vida, nuestra propia familia, ¿en qué parte pintarían ellos?
El Vinsmoke no contestó, desviando la mirada hacia los hermanos pequeños de su marido. Había sido tan repentino cuando, hará ya dos años, Katakuri entró por la puerta con esa legión de niños hiperactivos, curiosos y glotones... apenas pudo tener tiempo de reaccionar y el Charlotte tuvo que recompensárselo muy bien, pero acabó queriéndolos a todos como si de su propia familia se tratara.
Y así era, teóricamente.

Don't Touch MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora