❀I N T R O: J I M I N'S L I F E❀

808 93 3
                                        

Eran aproximadamente las diez de la noche, el chico pelinaranja se encontraba sentado en la orilla de una cama que no le pertenecía mientras se repetía una y otra vez como había llegado ahí.

Tal vez podía culpar al alcohol que siempre hacía un trato con su mente para apagarse y dejar de funcionar el momento equivocado, tal vez podía culpar al idiota de su mejor amigo por dejarlo con un completo desconocido. Tenía tantas razones para darse una explicación, pero la verdad era que él estaba ahí porque quería, porque tal vez su cuerpo lo necesitaba, o sólo porque ya estaba lo bastante jodido como para conocer un límite.

-¿Piensas quedarte ahí como idiota lo que resta de la noche?


-¿A caso te importa?

-No, pero quiero dormir y no me estás siendo de ayuda, Park JiMin.

El aludido no necesitó más, se vistió aún con su mirada perdida en algún punto de la habitación del tipo que aún se encontraba en la cama, finalmente tomó su chaqueta y se marchó de ese lugar.

Y eso era rutina de todos los días. Salir a un bar o club cercano con o sin TaeHyung, beber hasta perder la razón y terminar en la cama del primer idiota que se le cruzara por enfrente. ¿Miserable? Sí, tal vez esa era la palabra correcta para su vida. Al menos debía agradecer que esta vez la casa donde estaba se encontraba cerca del departamento que compartía con su mejor amigo.

-Pensé que no vería tu asqueroso rostro hasta mañana.

-Si quieres me puedo largar y dormir afuera.

-No seas idiota, me preocupo por ti... Por cierto, ¿cómo estuvo?

-He estado con mejores, tal vez por eso regresé antes.

-Pareces una persona de la vida galante...

-¿Una puta?- El pelinaranja rió y después se sacó la chaqueta mientras se dirigía a la cocina. -Creo que para eso necesito recibir una paga... Cosa que no sucede, así que no, no soy una puta, Tae. 

El castaño suspiró y se sentó en uno de los taburetes que se encontraban al rededor de la barra de la cocina.

-Bien amigo, estoy un poco harto de tu actitud de persona despreocupada, debes parar.

-Te estás escuchando igual que Kai... ¿O a caso era TaeMin? Bueno, te pareces a uno de esos dos.

-Romeo, estás borracho y me estás comparando con tus ex conquistas, debes descansar.

-¡Sí! ¡Dormir! ¡Para despertar en mi miserable vida una vez más!

TaeHyung bufó un poco molesto y tomó del brazo al mayor para llevarlo hasta su habitación. Esto comenzaba a ser molesto y ni siquiera sabía en que momento el lindo chico de cabello color zanahoria y mejillas regordetas y adorables se había transformado en esa persona amante del alcohol y con el historial amoroso más amplio que había visto en su vida.

Mientras el castaño arropaba a un muy ebrio y adormilado JiMin se preguntaba quien había dañado tanto a su pequeño amigo para convertirlo en... Eso.

Por su mente pasaron al menos unos diez nombres de esa gran lista, al menos eran los más importantes, o eso quería creer.  Pero todo lo que llegaba a su mente de esas relaciones fallidas era a JiMin regresando de sus citas cada vez más apagado que la vez anterior.

Intentó recordar en que momento su amigo se dejó caer en ese gran abismo, tal vez había sido desde la muerte de su hermano menor, o la de sus padres, tal vez fue después de que experimentara el rechazo en la preparatoria por su orientación sexual, o quizás fue después de que su primer novio, su primer amor lo lastimara diciéndole que él no salía con "nenazas", y mucho menos con alguien que practicaba un deporte de chicas, ósea el baile contemporáneo.

-TaeTae...

El castaño dejó sus pensamientos de lado y volvió su atención al chico que ahora lo miraba como si todo lo malo de su vida fuese sólo un mal sueño, como si el chiquillo de bonita sonrisa estuviera de regreso sólo por unos instantes.

-¿Si, ChimChim?

-El amor... ¿Tú crees en eso?

-Yo creo en eso... ¿Qué hay de ti?

-Yo creía... Creía en eso con todas mis fuerzas pero... Nadie me dijo que a veces dar mucho a alguien que da poco no está bien...- El pelinaranja sonrió como un niño pequeño y se encogió de hombros. -Nadie me dijo que las personas pueden envenenar tu corazón, ¿sabes?

-No digas esas cosas... Estás muy ebrio para saber lo que dices.

-Tienes razón, estoy muy ebrio... Pero sé lo que estoy diciendo- El chico permaneció un rato en silencio para después tocar la mano del castaño. -¿Tú querrías a alguien con un corazón envenenado, TaeTae?

-Claro que sí, JiMinie...

El aludido rió bajito y se giró para volver a dormir.

-Entonces, ¿querrías estar conmigo?

Dicho esto, el mayor se dejó llevar por el gran sueño que comenzaba a apoderarse de su cuerpo. TaeHyung lo miró unos segundos antes de acariciar su cabello con una pequeña sonrisa.

-Cada día de mi vida, pequeño idiota...

Susurró estando muy seguro de que toda esa charla quedaría suspendida en el aire para después ser llevada lejos por el viento, JiMin no recordaría nada de esa conversación y por eso TaeHyung había dicho esas palabras tan dulces y sinceras. En otras circunstancias se habría reído, pero tenía que ser sincero consigo mismo.

JiMin era su pequeña y oculta perdición, era como un amor de esos que no estaban destinados a suceder. Pero él estaba bien con eso. Prefería mil veces ser su amigo a un miembro más en su lista de amoríos. 

Second Chance »Y.M«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora