9.

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-¿Me vas a explicar que hacías con él?- preguntó Poe con algo de molestia en su voz, Kaydel lo ignoró completamente atando su cabello en una cola de caballo no muy correcta
-¡Kaydel!-

-Deja de seguirme Poe, no te debo explicaciones-

-No a mí, a Leia-

-Mis asuntos con la general son míos propios, no necesito que me cubras- explayó la rubia caminando por el pasillo de habitaciones

-No estoy hablando de eso. Connix, escuchame- pidió Poe tomándola del brazo

-¿Que quieres? Te agradezco lo que hiciste pero nada paso-

-Estabas a punto de besar al general de la primera orden, ¿eso no es nada?-

-Mira...no es mi culpa ¿si?, yo... Yo...-

-Te enamoraste- susurró Poe soltándola como quien entiende la verdad de una mentira

-¡No! No, Claro que no, no estoy enamorada de él-

-Explicame entonces- pidió el pelinegro cruzándose de brazos. Ella revolvió su cabello con una mueca de confusión, no se lo podía explicar, no podía hacerlo.

"Yo lo amo" pensaba una y otra vez incluso la punta de su lengua temblaba lista para decirlo pero no a Poe y no ahora. La mirada entre los dos se extendió más de lo esperado con incomodidad

-Bien, si eso es lo que quieres- Dameron extendió sus manos yéndose del lugar.

La situación sería tensa desde ahora.
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Luego de ducharse y ataviarse de nuevo con su clásico traje volvió a controles, por la fuerza, que vergüenza le daba dar la cara allí, aunque nadie sabia lo que había sucedido ella sí. Por suerte los sensores, las coordenadas, los satélites todos indicaban un claro vacío alrededor del planeta. Estaban protegidos.

No fue hasta que vio a la general Organa que su corazón se alborotó.

-Buen día a todos- saludó Leia pasando por el lugar
-¿Teniente Connix?- Kaydel se erizó por completa al escuchar su nombre

-¿Si...mi general?-

-Venga conmigo, quisiera discutir algo con usted-
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-Siempre me gusta pensar que usted esta en su puesto haciendo de la Resistencia una gran familia segura- sonrió la mujer sentándose, Connix por su parte decidió quedarse parada enfrente con las manos juntas

-Agradezco que la General me tomé tan en cuenta-

-Te soltaste el cabello- con algo de impresión la princesa notó el cambio de la chica

-¿Se ve mal? ¿Debería recogerlo?- nerviosa la rubia acarició su cabello

-No me malinterpretes, se ve aún más bonito así- sonrió la mayor mirando una plantilla

-Gracias-

-Respeto tus decisiones Connix, me gusta que seas decidida, valiente, me sorprende que te hayas hecho un carácter maravilloso... Me sorprende por igual cómo manejas el tratamiento con Hux- suspiró por lo bajo al escuchar su nombre

-Creo firmemente que si le damos una oportunidad aún a nuestros peores enemigos podrían cambiar-

-Tal vez, es por eso que después de mucho meditar decidí aceptar tu propuesta-

-¿Disculpe? No recuerdo haberle propuesto nada-

-No, en realidad se convirtió en sugerencia...puedes sacar al general Hux de la celda-

-¿Que?- susurró confundida la chica

-Tú y yo tuvimos una leve discusión sobre el asunto ¿recuerdas?-

-No fue una discusión, fue...una conversación acalorada- Leia no pudo evitar sonreír

-Tenías razón en algo...yo como muchos otros no le di una oportunidad al general, puede que tú veas un lado que nosotros no, si el general cooperara serían menos años a su sentencia, tal vez hasta se le perdonaría la condena...intente convencerlo desde el lado técnico, veamos que puedes hacer con tu amabilidad-

-¿Entonces tengo el permiso para escoltarlo?- sonrió Connix apretando sus manos

-Permiso concedido- asintió la general

-Le prometo que seré cuidadosa- la teniente salió corriendo con una risa nerviosa interna

Ahora debía avisarle al muy temido Hux.
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-¿Por que esa cara?- preguntó la rubia abriendo la celda

-Kaydel...creí que tu amigo el piloto te denunciaría- sorpresa lo único que el rostro del general podía expresar

-¿Quien? ¿Poe? No, puede ser caprichoso y tal vez algo irritante pero no es un simplón-

-Supuse que...-

-No supongas nada aquí, la general me dio permiso para llevarte hasta el rio, primero debo cambiarte el parche, vamos, sacate el uniforme- Connix buscó la otra parte del parche mirando al general tímidamente bajarse el hombro del traje

-¿Llevarme hasta donde?-

-El río, te va a gustar, es muy bello, sin decir que el agua es de color lavanda, por eso es uno de mis ríos favoritos-

-Bueno, eso es nuevo para mí-

-A veces lo nuevo es lo mejor- sonrió la rubia sacándole la mitad del parche -Y con esto se acaba el tratamiento- susurró la chica tirando la otra mitad. Tal vez no se dio cuenta que al bajar su cabeza para ver la posición del parche había quedado muy cerca del rostro de Hux, el pelirrojo se ruborizó al tenerla centímetros a su cara, al ver sus ojos mirando con tanto cariño la labor de cuidarlo.

-¿Estas bien?- sonrió Connix sentándose a su lado

-Lo que paso hoy...- intentó decir Hux pero la teniente había puesto su dedo índice en la boca del pelirrojo

-Deja esa charla para el rio- murmuró Kaydel besándolo en la comisura de los labios, Armitage tembló al sentir ese contacto íntimo. Quería hacer algo al respecto, besarla, acariciarla, tomar ese cabello precioso entre sus manos pero no se atrevió, timidez llamalo tú, la verdad es que era algo de pena con su maldita conciencia combinada. La muchacha lo acarició una vez más besándole la mejilla haciendo que Hux suspirase otro poco.
De todos los castigos impuestos por la rebelión este era sin duda uno de los más crueles. Amar a tu enemigo sin importar las consecuencias

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