Hux despertó con la sensación que Connix no entendió el significado de la propuesta de Leia.
Tal vez debería explicarle porqué ceder ante la petición de la General sería importante para su vida y también la vida que podrían tener juntos de poder lograr vencer a la Primera Orden.
Hux tenía presente que una vida en la Resistencia significaba prescindir de todo cargo, de toda comodidad, de todo aquello que había tomado...
El mero recuerdo de ese hombre malévolo le causaba malestar.Despreciaba al Líder Supremo Snoke por solo remitirse a Kylo Ren únicamente por su brío hereditario, por ver a Anakin Skywalker en su interior.
¿Debía suponer que tarde o temprano Kylo Ren se convertiría en General Supremo?
Sacudió su cabeza intentando olvidar la cuestión ya que era ridículo preocuparse por ello en la situación en la que se encontraba.
Lo único que debía interesarle ahora era el bienestar de Connix. Miró a Milicent ronroneoando sobre la manta de la cama, incluso los ojos naranja de la gata le acosaban para hacer lo correcto.Connix simuló ponerle atención a controles mientras pasaba una mano por su cabello ahora suelto. El sueño le había abandonado trayéndole un malestar propio de la situación.
Hux se iría de nuevo.
Repetirse la frase le daba pena al punto de recluirse sola en la sala.
No es que los comentarios fueran mejores o las miradas dolieran menos.
Vaya, ahora aquellos a los que llamaba amigos se habían transformado en extraños al acecho.
El silencio profuso se internaba en el lugar e incluso los droides evitaban pasar por allí.
Kaydel, la chica ruda de la Resistencia, se sentía como un cristal roto en pedazos. Los pedazos se dividían haciéndole dudar aún más de si misma. Por un lado todo lo que representaba la Resistencia, por el otro la promesa de la General, por otro lado sus amigos, sus compañeros. Hux en el trozo más grande y por último la sensación de no reconocerse a si misma.
Eran muchos trozos que no podía reparar con simplemente desearlo.
Pammich entró por el pasillo principal bajo un aire de total normalidad.-Buen día Connix, ¿Como te encuentras hoy?-
-Buen día Pam, bien, no logré dormir en toda la noche pero estoy bien, por lo menos las cosas son tranquilas esta mañana-
-Vaya que sí, pero estoy feliz, mientras más tranquilas más paz-
-Seguro- sonrió a medio labio la rubia
-Por cierto la General dará un discurso al mediodía ¿Irás?-
-Es mi trabajo escucharla, claro que estaré ahí-
-Luego podemos almorzar si quieres-
-¿No te sientes mal al saber que te sientas al lado de una traidora?- murmuró fuera de sus ideas originales la rubia
-¿De que éstas hablando? Eres como mi hermana-
-¿Y lo que digan los demás? ¿No te afecta?-
-Connix- suspiró Pammich como quién intenta explicarle algo a un niño -Yo se que ahora te sientes agobiada pero todo pronto acabará. Esto que sientes por él... es algo que nadie puede quitarte, nadie puede repudiarte por quererlo. Nos pasamos tanto tiempo sumergidos en la guerra que al final terminamos odiandolos como ellos nos odiaban a nosotros. Se podría decir que nos aborrecemos de la misma manera. Yo no te repudio, tú eres mi amiga y lo seguirás siendo siempre aún cuando te enamores de Generales de la Primera Orden-
-No de todos, solo de él- rió Connix rodando los ojos
-El punto es...que siempre serás mi amiga, no importa que digan de ti o como te miren, no creas que Varly o Queenie piensan distinto, estoy segura que Poe no cree esas cosas tampoco-
-Ojalá todos fueran como tú- susurró la chica abrazando a su amiga
-Además...no creo que debas avergonzarte, es guapo-
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El Sentimiento Más Profundo
RandomConnix siempre ha sido una chica correcta, hasta que conoce al General Hux, sus preguntas se salen de control con la llegada de este hombre a su vida...y también sus sentimientos.