La maldición de Connix esa noche fue soportar la opinión de la general hacia su simpatía por Armitage Hux, ¿enamorada? Por la fuerza...todos se estaban volviendo locos.
Control, como siempre, se hallaba vacío, esta vez porque la celebración de la Resistencia había comenzado, por la ventana todos se veían tan felices alrededor de la fogata inmensa que habían hecho, le hubiera gustado estar allí...si no fuera porque estaba comprometida a revisar el estado de Hux. Se reiría al verlo a los ojos, todos creyendo que sentía amor hacia ese malvado, infame, agresivo, violento, atractivo, muy interesante y sensual general...¿¡QUE HABÍA SIDO ESO?!
-Basta, basta, eso no es verdad...- susurró acariciándose la cara, esto tenia que ser culpa de tantos comentarios enfermizos sobre su ficticio eros al hombre
Suspiró, cansada de su propia conciencia.
______________________________-¿Como te sientes hoy?- preguntó abriendo la celda
-Igual de miserable que todos los días encerrado aquí- el clásico Hux
-Tomaré eso como un "no muy bien" aunque supongo que es mas anímico que físico-
-¿Anímico?- preguntó el pelirrojo mirándola
-Si. Ya sabes, creo que estarías muy feliz destruyendonos, eliminando planetas y esas cosas-
-Que graciosa- ese tono irónico que la hizo sonreír
-Sientate en la cama por favor, 2Q-T te hará algunas pruebas-
El droide 2Q-T parecido a BB-8 pero en una versión enfermera femenina
-¿Es necesario fabricarlos en colores?- Hux encontraba excesivo las bandas rosas en el droide para identificarla
-Nos tomamos a los droides como parte de la Resistencia, son seres individuales con conciencia propia, como un ser humano-
-Pero son droides-
-¿Y?- sonrió Connix -Ummm...¿Hux?-
-¿Ahora que?- bufo el pelirrojo sentándose en la cama
-Debes... Sacarte, la ropa- dentro suyo una carcajada nerviosa llenaba sus pulmones
-¿Disculpa?- la voz de Hux sonó más avergonzada que molesta
-Los rayos de 2Q-T no traspasan la ropa-
-Bien...pero vete- ¿acaso el gran general estaba ruborizado?
-¿Tengo que?-
-Teniente, es una orden, marchese-
-Usted no es mi general, no tengo que obedecerlo-
-Por favor...vete, no lo haré contigo aquí-
-Bien...que tímido- mencionó la rubia subiendo los escalones
Después de varios minutos 2Q-T subió los escalones avisándole a Connix que los exámenes estaban listos
-Veamos que tienes- mencionó tomando la carta holográfica y agrandándola
Hux se veía tenso o tal vez aún avergonzado
-Tienes un hombro dislocado-
-Que extraño, no lo siento- fanfarroneó el pelirrojo acomodándose la chaqueta
-¿Ah sí?- preguntó la chica acercándose, en un travieso movimiento apenas tocó el hombro del hombre con su dedo índice
-¡Auch!- quejó el general mirándola
-Deja de mentir chico rudo- exclamó con una risa sincera
-¿Porqué te ríes?-
-De ti, te ves tierno y tonto cuando mientes-
-Escuche muchas ofensas en la vida pero esas son las peores- exageró el hombre mirándola con una extraña expresión
-Ahora tendré que perder más tiempo contigo-
-Por mi te puedes ir ahora-
-.........Bien, si lo tomas así- Connix se marchaba cuando sintió una mano enguantada tomar su muñeca suave pero firme
-Lo siento...pero tú me haces enojar-
-Eso lo sé- segura y decidida se ubicó detrás de él poniendo su mano en la zona afectada
-Auch...- suspiró estremeciéndose ante el toque
-No tengas miedo, quiero que te sientas bien- Connix sabía bien lo que hacía, una vez Poe se dislocó el hombro y el tratamiento fue doloroso, lento, cansador. En aquellos tiempos estaba locamente enamorada al punto de aprender sobre como curarlo, el amor pasó pero las enseñanzas quedaron y el dolor de un corazón roto se iba lentamente con el palpitar de una nueva esperanza oculta
Hux se encontraba extrañado, los tratos de la Primera Orden jamás habían sido tan suaves y amables. Esa chica sacaba a flote un lado desconocido para él, le hubiera gustado haber tenido alguien así en su vida pero el destino más las cosas de la familia lo obligaron a entrar en ese estado oscuro, doloroso, sin amor, frívolo, ¿alguna vez había sentido algo así? ¿Alguna vez alguien lo había tratado con tal preocupación, con tal cariño? Su corazón se alborotó en un ritmo desconocido antes para él, la mano de la chica bajó hasta su pecho, eso junto al factor de saber que era ella la que lo tocaba jugaban con su mente, con sus sentidos, con su endeble corazón.
Alguna noche en su pasado se prometió no sentir ninguna de esas cosas por nadie y menos por una mujer, la mayor debilidad de un hombre siempre había sido, era, será el amor de una mujer, por amor a una mujer las cosas podían cambiar de curso con un simple beso.
Hux podía escuchar su propia respiración exaltada desde su boca, seguramente la chica lo juzgaba en ese momento por lo cual el control de sus propios deseos era lo necesario-Por hoy eso será suficiente- murmuró la teniente cerca de su oído, cual era el placer de sentirla tan cerca y cual la frustración por saber que ya había acabado.
La muchacha salio de la celda como todas las noches, otro día más en la Resistencia, otro día atendiendo a ese intruso dentro de su mente. Hux estaba seguro de que se veía idiota en ese momento, no podía controlar el temblor de sus manos y sus ojos clavados en la teniente. Algo había cambiado en Armitage Hux, lo negó muchas veces al reconocerlo, ahora el sentimiento lo acechaba. Era como si de repente la chica tuviera un halo especial que no supo descifrar, que linda sonrisa recibió de parte de la criatura indescifrable llamada Kaydel Ko Connix. El sonido de la llave marcó el fin de su epifanía en cuanto reconocer que por primera vez alguien se había llevado su interés completo y también... Un toque de su atracción.
-Descansa, mañana le informaré a la general de tu estado, espero que haya sido útil, al menos para calmar un poco el dolor-
-Se siente mucho más ligero...Gracias-
-Bueno, supongo que te veré... Mañana-
-Si no estas ocupada-
-Si, seguro...- la teniente se marchó algo confundida en su paso
Si, se había llevado un dolor pero no era el dolor en el hombro de Hux el cual le seguía punzando, no, era un dolor que Hux odiaba desde hacia años y ahora lo había aplacado con una caricia: el dolor de su corazón.
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El Sentimiento Más Profundo
CasualeConnix siempre ha sido una chica correcta, hasta que conoce al General Hux, sus preguntas se salen de control con la llegada de este hombre a su vida...y también sus sentimientos.