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a favor

—¡Hey! ¿me estás escuchando?

Las palabras de Sophie Adams hicieron reaccionar a una ________ que estaba con los ojos pegados en la pantalla de su teléfono celular. La muchacha observó a su compañera de departamento —y también una de sus mejores amigas—, avergonzada, para después colocar su teléfono boca abajo sobre la mesón marmolado de la cocina, dándole a entender que esta vez sí la escucharía. El delgado aparato tecnológico volvió a vibrar y emitir un sonido, y antes de que pudiera revisar el mensaje que le había llegado, Sophie arqueó una ceja.

—Lo siento —sacudió la cabeza—, te escucho.

—Estaba pensando en que —el teléfono volvió a sonar, desconcentrando a la chica—... podríamos hacer una fiesta acá —otra vez, un pequeño ding le interrumpió—... acá el departamento, ya que —y otra vez—... No sé quién te está enviando tantos mensajes, pero, ¡por favor respóndele que me desespera!

La joven maquilladora rio y se disculpó mientras volvía a tomar su celular. La sonrisa se le formó de manera casi involuntaria cuando vio el nombre de Ben en la pantalla y aquello no pasó desapercibido para su amiga desde hace más de tres años.

—¿Quién te ha mandado esos mensajes que te puso tan contenta?  —le molestó la chica de tes pecosa y cabello rojizo. ________ rio, negando con la cabeza.

—Nadie, sólo es Ben. —susurró.

—Um, ese Ben y tú pasan mucho tiempo juntos últimamente, ¿eh?

________ rodó los ojos. No era primera vez que Sophie le molestaba con Ben. No era la única que le molestaba con Ben, tampoco; pese a que sólo llevaban un mes trabajando juntos, eran varias las personas en el set que notaban lo cercanos que Hardy y su maquilladora se habían vuelto.

—Sí, porque eso es lo que hacen los amigos, ¿sabes? Pasan tiempo juntos. —justificó la muchacha, intentando ser lo más racional. Volvió a dejar el teléfono sobre la mesa y observó a su amiga.

—Cuando dos personas se gustan también pasan mucho tiempo juntos, ¿sabes? —Sophie le imitó, burlesca.

Un nuevo mensaje iluminó la pantalla del móvil y Sophie, en un ágil movimiento y mucho más rápida que ________, alcazó el aparato y leyó el mensaje que Ben le había envíado a su amiga. La pelirroja alzó las cejas, con una sonrisa pícara sobre su boca.

—¡Dios mío, quiere verte ahora! —la chica chilló, entregándole su teléfono. ________ leyó el mensaje y comprobó que, efectivamente, Hardy quería verla. Ahora— ¡Ay, ya sé, te va a invitar a salir! ¡Te va a pedir una cita! — festejó Adams, dando pequeños saltitos y haciendo reír a su compañera de piso.

—Por supuesto que no, Sophie.

—¡Por supuesto que sí! ¿Para qué más querría verte ahora, de manera urgente? ¡Ay, esto es tan romántico!

Pese a que la muchacha volvió a negarle a su amiga, una parte de ella esperaba que esta tuviera razón. Era casi imposible no ilusionarse, de todos modos, si el joven actor parecía estar constantemente dándole señales de interés en ella. Todos los días le llevaba un café a su trailer, le ofrecía llevarla a su departamento al final de la jornada de trabajo, se enviaban mensajes todo el tiempo e inclusive se reunían fuera del set en días que ni siquiera trabajaban.¿Por qué no podría gustarle?,se preguntó ________ mientras se colocaba su abrigo para salir. Aplicó una delgada capa de labial color borgoña sobre sus labios y sintiéndose optimista y un poco más segura de sí misma que antes, salió en dirección al café en el que ella y Ben habían acordado encontrarse.

Cuando llegó al lugar, ya eran casi las cinco y treinta de la tarde. Sabía que no podría quedarse mucho tiempo, ya que, como todos los domingos, ella y Greg habían acordado ir a cenar a la casa de sus padres. Al menos no tendría que esperar por Ben, pues el muchacho ya estaba allí, ubicado en una mesa del sector más vacío del local. El rubio sonrió cuando le vio y las mariposas en el estómago de la muchacha comenzaron a revolotear de manera automática.

Lo que más le gustaba de Ben a la joven, era la naturalidad con la que fluían las cosas cuando estaba con él. Justo como lo hacían en ese momento. Habían estado más de una hora riendo de tonterías y hablando un sinfín de cosas triviales y sin sentido, mientras compartían de un café y unas galletas caseras de triple chocolate, las favoritas de ambos. Sin embargo, él todavía no le decía el motivo por el que le había citado y eso le causaba curiosidad a la maquilladora.

Fue cuando Hardy aclaró la garganta y comenzó a juguetear con sus dedos, que ________ supo que lo que vendría a continuación era importante. Ben comenzó torpemente a decirle lo feliz que estaba de haberla conocido y lo importante que se había vuelto para él en tan poco tiempo.

—En un comienzo no me sentía seguro de hacerlo, pero, creo que durante este mes nos hemos hecho muy cercanos, ¿no? —le dijo. El nerviosismo en el actor era fácil de notar—. No sé cómo lo has hecho, pero te has ganado mi confianza tan rápido, amor, y es sólo por eso que me finalmente me he animado a preguntarte esto.

La muchacha relamió sus labios, ansiosa, y sin poder la sonrisa que había en su rostro, asintió cortamente. Ben estiró sus manos a través de la pequeña mesa en la que estaban ubicados para tomar las de la joven y, finalmente, luego de unos segundos en silencio, se animó a continuar.

—Quiero que me ayudes a recuperar a Katriona —la joven parpadeó atónita y sus labios encorvados comenzaron, lentamente, a enderesarse—. El día que ella nos vio juntos en el bar, ¿te acuerdas? Bueno, esa vez se puso algo celosa de que estuviese con alguien más e inclusive me envió un mensaje de texto esa misma noche. Estoy segura de que si nos ve juntos un par de veces más querrá volve...

—Disculpa  —________ preguntó, todavía sin entender completamente para qué era que Hardy la necesitaba—, ¿que quieres que yo qué?

—Quiero que pretendas ser mi novia, que seas mi novia falsa. —aclaró el gran londinense.

—¿Qué? —una risita nerviosa se le escapó, dudando si es que lo que su amigo le estaba diciendo era real o sólo le estaba tomando el pelo—. ¿Estás loco? Dime que esto es una broma, por favor, Ben.

El rubio cerró los ojos y negando con la cabeza, suspiró. ________ se horrorizó al darse cuenta de que no era ninguna clase broma, el favor que le estaban pidiendo.

—Mierda, lo siento, amor. En verdad discúlpame por haberte hecho esa tonta pregunta y puesto en esa situación. Hagamos como si esto no hubiera sucedido y ya está.

—¿Es por eso que te acercaste a mí? —ella le preguntó, de repente,  dolida—. ¿Por eso actuabas tan cordial y amistoso conmigo, Ben? ¿Para que te ayudara en esta locura?

—¿Qué? ¡No, por supuesto que no, ________! No entiendes, yo de verdad...

—Ben, yo... no, no sé por qué pensaste que yo me sentiría cómoda haciendo algo como eso. Yo —entre balbuceos, sus ojos se desviaron hacia el reloj que colgaba en una de las paredes del local, y sintió alivio al ver la hora—... yo me tengo que ir. —le dijo, poniéndose de pie.

Y sin ánimos de continuar escuchando lo que Ben tenía que decir, la joven tomó su bolso y prácticamente salió corriendo del lugar. Corrió por casi dos cuadras y se detuvo sólo para regañarse mentalmente, por haber creído que un actor de cine querría algo más que una amistad con ella. Quizás ni siquiera una amistad, después de todo.

—Idiota, idiota, idiota. —se insultó a ella misma.

Quizás sólo la había estado utilizando.

THE MASTER PLAN - BEN HARDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora