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saturday reflections

El sábado pasó de manera rápida e intensa para Ben. Luego de confesarle a Katriona que ya no estaba enamorado de ella, la mujer, finalmente, reaccionó como él imaginó que lo haría en un principió. Gritó, lloró y le lanzó todo lo que tuvo a su alcance; desde unas tazas que se hallaban sobre la isla de mármol, hasta un par de cubiertos que habían en el lavaplatos.

—¡Te dediqué los mejores nueve años de mi vida! —la rubia le reclamó, entre lloriqueos y gritos, mientras le apuntaba con un huevo fresco que había sacado del refrigerador—, ¡y así es cómo me pagas!

Como si lo anterior no hubiese sido suficiente, cuando subió a la habitación que ella y el gran londinense compartían, para empacar su ropa, tomó un par de tijeras y destrozó cada camisa y pantalón de Hardy que encontró en el armario, esparciendo los añicos de sus prendas por todo el departamento. Jones tardó casi dos horas, o inclusive un poco más, en limpiar todo el desastre que Perret había dejado, antes de marcharse.

—No puedo creer que estés mandando todo a la mierda por una estúpida calentura. Estás cometiendo un gran error, Benjamin, y no estaré para ti cuando te des cuenta de ello. —fueron las últimas palabras que la mujer le dedicó a su, nuevamente, ex novio.

Aquel momento fue el fin definitivo de su historia de nueve años con Katriona, sin embargo, se sentía diferente a la primera vez que habían terminado. Ahora, no existían ganas de recuperarla, sino que tan sólo un alivio, al saber que ya no se estaba engañando a él mismo.

Andy, su mejor amigo, fue la primera persona en enterarse de su ruptura. El mismo Ben le contó, a través de un mensaje de texto, en el cual, además aprovechó de invitarle a su departamento. El hombre no tardó en llegar, y no lo hizo con las manos vacías. Dos cajas de pizza y un six pack de cervezas venían con él.

—¿Qué es todo este desastre? —se atrevió a preguntar el amigo del actor, cuando se adentró en el departamento y halló, arrinconado en una esquina, un tumulto de ropa, trozos de tela, tazas y platos rotos e inclusive unas cuantas cáscaras de huevo.

—Katriona estaba furiosa, luego de que terminamos. —explicó Ben, sin entrar en más detalles.

—Vaya —comentó, sorprendido. Sabía que Katriona podía ser algo neurótica a veces, sin embargo, no imaginó que tanto—... bueno, de todos modos, te lo mereces.

—Lo sé, fui una mierda con ella. —el rubio asumió, mientras se acomodaba en el sillón de la sala de estar.

—¿Qué? —rio Andy, negando con la cabeza y sentándose a su lado—. Claro que no. Ella se merecía esto, ¿o acaso se te olvida que durmió con Ethan cuando todavía estaba contigo?. La razón por la que te mereces esto es por ser tan idiota y haber regresado con tu ex novia, en vez de elegir a la chica de la que realmente estás enamorado.

—Mierda, lo sé, lo sé —el intérprete de Roger Taylor escondió el rostro entre sus manos, para soltar un grito lleno de frustración—. Soy el idiota más grande de este planeta.

—Nada ganas con lamentarte, viejo —escuchó a su amigo, sintiendo las palmadas en la espalda que este le dio—. ¿Qué piensas hacer ahorar?

Benjamin suspiró. Sabía que sólo había logrado solucionar una parte de su problema, el cual consistía en terminar con Katriona. Su plan no estaba completo. Faltaba la parte más importante, de hecho.

—Voy a recuperarla —decretó—. El lunes, a primera hora, apenas la vea, le diré todo lo que siento y le pediré una oportunidad.

THE MASTER PLAN - BEN HARDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora