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Advertencia: Narración de escenas sexuales

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the cat is out of the bag

Hubiera sido una total mentira el decir que las palabras de Katriona no le afectaron, porque, sí, efectivamente, lo habían hecho, y por más que intentase no podía dejar de pensar en ellas. 

Sus ganas de seguir durmiendo desaparecieron, así que, luego de que la rubia se marchase del departamento —tras su intento fallido de llevarse a la mascota que compartía con Ben—, no quiso volver a la cama donde Hardy y Frankie descansaban plácidamente. No tenía mucho que hacer, en su inesperado día libre, por lo que decidió echarse en el sofá y ver algo en la televisión.  Recién después de unas horas, justo pasado el mediodía, el intérprete de Roger Taylor apareció en la sala, luego de un sueño bastante reponedor.

—Vaya, miren quién se dignó a despertar. —molestó ________, con una sonrisa en sus labios, cuando vio a Ben sentarse junto a ella en el sofá. 

—Por supuesto que me iba a despertar, ángel, si no estabas conmigo en la cama —Ben se quejó, formando un puchero con sus labios. Sus fuertes brazos se encargaron de envolverle—. ¿Por qué te levantaste?

—Me desperté y no pude volver a dormir. —la joven le explicó. Decidió omitir el detalle de que había despertado por culpa de su ex novia.

—Mhm —articuló, jugando con un mechón de cabello de la muchacha. Tras unos segundos, le prestó atención a la televisión—. ¿Estás viendo un capítulo de Friends sin mí? —le preguntó, con una falsa expresión ofendida en su rostro—, eso es una traición. —aseguró y ella rio. 

—Estaba pensando en cocinar algo, ¿no tienes hambre?

—Bueno, sí, no exactamente de comida —susurró, pegando su boca al oído de ella. Sus palabras hicieron estremecer a la joven de manera instantánea—, pero, considerando que no hemos desayunado, creo que deberíamos comer algo. ¿Qué te parece si pido una pizza?

—P-pizza suena bien. 

Ben soltó un pequeño beso en la punta de su cabeza antes de levantarse e ir en busca de su teléfono. Tras unos minutos que tardaron en decidir los ingredientes, el gran londinense marcó a su pizzería favorita —esperando que, luego de comer, se convirtiera en la favorita de ________ también— e hizo su pedido. El muchacho que le atendió reconoció a Ben, pues, a decir verdad, él y sus amigos eran clientes frecuentes del local, y prometió que su orden estaría en su puerta en menos de treinta minutos. Apenas terminó la llamada se encontró los ojos de la maquilladora sobre él. 

—¿Podemos hablar? —le pidió con timidez. Ben sonrió. 

—Por supuesto que sí, ángel —respondió Hardy, acobijándola en sus brazos. La espalda de la joven chocó contra el pecho del rubio, quedando así en una posición bastante cómoda, para ella al menos.

—¿Qué pasará con nosotros ahora? —preguntó la muchacha, jugueteando con una de las manos de él. 

—¿A qué te refieres con que qué pasará con nosotros? —el actor se veía geniunamente confundido con la pregunta—. Pensé que... ¿ambos pensábamos lo mismo? —cuestionó, inclusive asustándose un poco—. A ver, amor, yo... he vivido un infierno intentando ignorar todo lo que siento por ti, y no quiero hacerlo nunca más, por el resto de mi vida. Estoy completamente enamorado de ti, cielo; de la manera en la que me miras, la manera en la que te mueves, la manera en la que hablas, de cada detalle, hasta el más insignificante. Todos los días pienso que es imposible enamorarme de ti, y tan sólo con verte me enamoro más. —confesó. Podía comenzar a apreciarse el rubor en sus mejillas—. No sé si lo has entendido del todo, pero, por si acaso, lo diré explícitamente. Quiero estar contigo, ________, ahora. Tú... ¿tú qué quieres? —se atrevió a preguntar, bastante nervioso. 

—Yo —la joven titubeó, sin saber cómo explicar lo que sentía. Las palabras de Katriona resonaban en su cabeza una y otra vez—... yo esperé esto por mucho tiempo —le explicó y él asintió—. Tú acabas de terminar con tu novia y, re... 

—Y lo he hecho porque quiero estar contigo, amor. 

—Y yo también quiero estar contigo, Ben —le aseguró la muchacha—, pero necesito ir lento. Muy lento. 

—Entonces iremos lento —él prometió—. Perdón, muy lento. 

Los labios de Jones se posaron sobre los de la joven, en un beso que, pese a ser bastante suave y delicado, llevaba mucha pasión consigo. Los brazos de la muchacha se aferraron a él, profundizando el contacto. Se separaron con una boba sonrisa en sus labios y ella escondió el rostro en la cavidad del cuello de Ben, repartiendo pequeños pero húmedos besos allí. El rubio cerro los ojos y soltó un respiro tembloroso, sintiendo cómo la ropa interior que llevaba puesta comenzaba a sentirse más apretada. 

Unos minutos después, él se encontraba sobre ella, todavía en el sillón, todavía besándose con una necesidad indescriptible. El hecho de la poca ropa que ambos vestían —ella una playera y unas pantaletas, mientras que él tan sólo sus bóxers— no ayudaba mucho, y el roce entre sus cuerpos parecía liberar infinitos puntos de placer. Las ásperas manos del actor rápidamente se deslizaron bajo la camiseta que vestía la joven y, con ayuda de sus pulgares, masajear los pechos de ella fue lo primero que hizo. Los gemidos no tardaron en escaparse de la boca de ella y aumentaron cuando las caderas del inglés comenzaron a rozar con bastante sutileza las de ella. 

—Muy lento. —Ben jadeó, con el rostro completamente escondido en el cuello de la muchacha. Las embestidas que se daban, aún con la ropa puesta, eran a un ritmo lento y tortuoso, pero, de todos modos, placenteras para ambos.

—Lento, lento, len... ¡B-Ben! —________ gimió con fuerza, cerrando los ojos. El constante roce de la erección de Ben contra su clítoris la tenía al borde del éxtasis. 

—Me voy a correr, amor. —la voz del actor era agónica. Le sorprendía que, sin siquiera estar dentro de la joven, estaba a punto de explotar en un poderoso orgasmo. 

El timbre sonó un par de veces, sin embargo, ninguno de los dos quiso prestarle atención y se mantuvieron en lo suyo. Lamentablemente, de todos modos, debieron detenerse cuando, quien buscaba, comenzó a tocar el timbre una vez tras otra, acompañando al tedioso ding con golpes en la puerta. La pareja se separó, con la respiración agitada y el cuerpo acalorado. Ben gruñó, molesto y ________ suspiró, resignada a que el momento que estaban teniendo acababa de ser destruido.

—Debe ser la pizza —susurró la joven, con las mejillas calientes. Miró a Ben y su inocultable erección, antes de ponerse de pie y tomar una manta que había en uno de los sillones, para cubrirse—. Creo que iré yo. —comentó, divertida.

Tomó el dinero que Jones había dejado sobre la isla de la cocina y, con el sonido del timbre todavía repitiéndose, se acercó a la puerta. Apenas la abrió, una voz bastante familiar le saludó.

—¿Estabas viendo una porno o alg... —la expresión de Joe pasó de una burlesca a una sorprendida— ¿Q-qué haces tú acá?

***


PD1: ME SIENTO TAN IMPURAAAAAAAAAAAA

PD2: quedan, hasta ahora, cuatro capítulos. Qué opinan ah

THE MASTER PLAN - BEN HARDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora