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the plan - parte dos

________ miró el reloj y, abrazándose a si misma, suspiró nerviosa. En quince minutos serían las nueve y no había rastro de Ben en el restaurante donde la cena de ensayo de Greg y Ashley se llevaría a cabo. Sus padres, a unos metros de distancia, le observaban con preocupación, pues también se habían percatado de la ausencia del novio que su hija había prometido llevar con ella al evento. La pareja jugó piedra, papel o tijera una vez, para ver cuál de los dos sería el que le preguntaría qué sucedía.

—Cariño, ¿dónde está Ben? —finalmente fue su mamá quién se acercó preguntarle. La mujer se arrepintió instantáneamente de hacerle aquella pregunta, al ver la tristeza en el rostro de la muchacha.

—Él... ha tenido un problema —inventó la muchacha—, pero vendrá, vendrá.

Y es que, la joven confiaba plenamente en el actor, como para saber que algo urgente debía haberle impedido pasar a recogerle y llegar con ella al restaurante. Sabía que Hardy no sería capaz de dejarle plantada sólo porque sí y ya. Ben sabía lo importante que era que le acompañase tanto a la cena de ensayo como a la boda de su hermano, ella misma se lo había dicho. Sabía que él llegaría en algún momento y le explicaría qué le había hecho retrasarse de tal manera. Contaba con ello.

—¿Dónde está Ben? —Joe le preguntó, nuevamente, apenas llegó al restaurante.

—¡¿Por qué todo el mundo me pregunta dónde está Ben?! —gruñó, frustrada, la joven, escondiendo el rostro en la palma de sus manos.

—L-lo siento —Mazzello se disculpó, un poco preocupado por lo estresada que su mejor amiga lucía—, pensé que ya estaría aquí. Le llamé hace un rato y no me contestó. —suspiró, rascándose la cabeza.

—Tampoco ha contestado mis mensajes. —susurró la joven, empezando a preocuparse. Había estado tan estresada, que no pasó por su cabeza la opción de que el actor podría haber sufrido un accidente o algo de la misma índole—. Ay, Joe, ¡¿y si le pasó algo?!

—No creo —rio, negando con la cabeza, sin embargo, aquello no logró tranquilizar a la chica—. No pensemos lo peor, ________, quizás sólo tuvo un pequeño percance y ya aparecerá, ¿le enviaste la dirección? —el actor le preguntó y ella asintió. De todos modos, tranquilizarse y esperar a que Ben apareciera, cuando podría haberle pasado cualquier cosa, no era una opción para la joven.

—¿Sabes qué? Su departamento está a menos de treinta minutos de acá, iré a ver si está bien.

La joven tomó su abrigo, para protegerse del invernal frío que invadía a la calle esa noche. Joe quiso decirle que sus padres se molestarían muchísimo si no se encontraba allí para cuando la cena comenzase, pero sabía que la maquilladora era tan terca que, dijiese lo que le dijiese, no le haría caso. Así que, diciéndole que se tardara lo menos posible, la vio marcharse y suspiró, esperando que cuando regresara, Ben viniera con ella.

El trayecto en el taxi fue rápido, entre tantos pensamientos y emociones que estaba conteniendo. Le pidió al taxista que le esperase y rápidamente entró al edificio de Ben. 

Comenzó a asustarse cuando, luego de tocar el timbre tres veces, nadie abría la puerta. Un nudo se le hizo en el estómago y sintió ganas de vomitar, esperando que cualquier cosa hubiera sucedido, pero, lo que no esperaba de ninguna manera, era que fuera Katriona quien le abriera la puerta. Katriona vistiendo tan sólo una camisa negra de Ben. No tuvo que analizar tanto la escena para entender qué era lo que había sucedido, y tampoco la expresión que la rubia alojaba en su rostro, para darse cuenta de que era una de victoria.

—¿Puedo ayudarte en algo? —la actriz le preguntó.

—¿Está Ben? —se atrevió a decir después varios segundos en silencio, asimilando lo que tenía en frente de ella.

—Está tomando una ducha, no puede atenderte ahora —espetó, cruzándose de brazos—. ¿Puedo ayudarte en algo? —repitió.

—S-sólo quería saber si Ben estaba bien. N-no lleg...

—Sí, está bien. Muy bien. —respondió la rubia, con una sonrisa burlesca adornando sus labios.

—Bien. —________ susurró, sabiendo que, realmente, ya no tenía nada más que hacer allí.

Ben, por su parte, salió de la ducha y miró su teléfono celular, el cual no revisaba desde hace las últimas tres horas. La cantidad de mensajes y llamadas perdidas de ________ que tenía le hicieron tragar saliva con pesadez. Ahogó un grito cubriéndose la cara entre las manos, para después respirar hondamente, en un intento de obtener tranquilidad. Y es que, pese a todo lo que acababa de suceder, el gran lodinense todavía sentía cierta duda respecto a la decisión que había tomado.

Caminó hasta la cocina, con la idea de que una taza de té le haría relajarse un poco. Todo lo contrario consiguió, de todos modos, pues apenas llegó a la habitación principal, encontró a Katriona atendiendo a ________ en la puerta de entrada. Los ojos se le abrieron de impresión y, vistiendo tan sólo un pantalón de buzo y con una toalla mojada sobre sus hombros, el actor caminó rápidamente hasta la puerta, donde la joven se encontraba, sintiendo que la culpa dentro de él aumentaba cada vez que se encontraba un poco más cerca de ella.

—________, yo... —musitó, a medida que iba acercándose. Katriona sólo observaba la escena en silencio.

—Yo sólo venía a ver si estabas bien —dijo su compañera de trabajo—, y ahora que veo que estás muy bien me puedo ir. Tengan una linda noche.

No esperó nada más para dar la media vuelta y caminar hacia el ascensor. Sus ojos se cristalizaron rápidamente y requirió de toda su fuerza para no derramar ninguna lágrima. Escuchó pasos acercarse, y también la voz de Katriona reclamar "¿realmente irás tras ella?", y aunque intentó apurarse para no ser alcanzada, en menos de dos segundos el intérprete de Roger Taylor estaba sujetándole de la muñeca.

—Déjame explicarte.

—No. —ella le detuvo, con la voz un poco más rota de lo normal, sacudiéndose de su agarre—. Cumpliste tu plan, Ben, lo entiendo, felicidades, ¡pero podrías haber tenido la decencia de avisarme y así no me la pasaba tres horas enteras preocupada por ti! Toda mi familia me preguntaba "¿dónde está Ben?" —gritó, haciendo una voz más grave para la imitación. El nombrado relamió sus labios con nerviosismo—, ¡inclusive Joe me preguntaba! ¿Qué se supone que debo decirles ahora? ¡Ya sé! Les diré que se estaba acostando con su novia de verdad y no pudo llegar. Excelente. Gracias, en serio, gracias.

El actor se quedó en silencio unos segundos, pero continuó siguiéndole hacia el ascensor, esperando que en el corto trayecto se le ocurriera algo más que decir.

—Déjame vestirme y puedo a... —ofreció, antes de que la chica se subiera al elevador.

—¿Qué? Por supuesto que no. Ya hiciste suficiente, Benjamin. Buenas noches.

Ben creía saber muy bien qué se sentía tener el corazón roto, cuando Katriona y él habían terminado, sin embargo, lo que había sentido en aquel momento no era nada, en comparación a lo que sintió cuando vio a ________ con sus ojos llenos de lágrimas, antes de que la puerta del ascensor se cerrase.

La joven se subió al taxi, limpiando la humedad de sus mejillas, y, antes de partir, le pidió al chofer un minuto para hacer una llamada. Estaba a punto de colgar, pensando que nadie respondería luego de que el tono del teléfono hubiera sonado más de cinco veces, cuando justo escuchó esa familiar voz al otro lado de la línea.

—Zac —murmuró, rogando que el fotógrafo no se diera cuenta de que estaba a punto de llorar—, ¿crees poder hacerme un gigante favor?


THE MASTER PLAN - BEN HARDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora