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his name is Ben

Luego de haber estado un poco más de cinco minutos en el pórtico, esperando a que las pocas lágrimas que había derramado en el camino ya no se notasen en su rostro y lograse formar una sonrisa que no pareciera forzada, ________ tocó el timbre de la casa de sus padres.

—Llegas tarde, cariño. —fue su padre quien la recibió, dándole un cálido abrazo.

—Hola papá. —la muchacha se refugió en los brazos de su progenitor un poco más de lo normal, y es que, lo que más necesitaba en ese momento era un abrazo.

Tratando de controlar sus emociones, se encaminó hasta el comedor, donde su madre, Greg y Ashley, su prometida, le esperaban. En su puesto, el plato de pasta ya se encontraba servido y discretamente le sonrió a su progenitora, pues esta sabía que aquella era su comida favorita.

La cena transcurrió de manera amena, lo cual ayudó a que la muchacha se relajara y se olvidara de Ben al menos por un momento. Greg y Ashley se fueron temprano, luego del postre, pero ella se quedó un rato más, para ayudar un poco a su madre, quien se había encargado de preparar toda la cena. Fue así como las dos mujeres terminaron en la cocina lavando y secando los trastes utilizados.

—Susan llamó hoy por la mañana —le contó la mujer, de repente, mientras lavaba una copa. ________ frunció las cejas, sin entender por qué su madre le contaba aquello y sin prestarle mucha atención, se concentró en secar los platos que ya estaban limpios—. Su hijo se ha divorciado.

—Oh, pobre John. —la joven conocía al hijo de Susan, lo había visto un par de veces en las fiestas que sus padres organizaban en casa.

—Estaba pensando que... podrías invitarlo al matrimonio.

La joven rápidamente dejó a un lado el plato que estaba secando y el paño que estaba utilizando para ello. Dando un sonoro respiro, dio unos pasos por la cocina, tratando de contenerse, sin embargo, no logró hacerlo.

—¡Dios mío, mamá! —reclamó exhausta del hábito de su madre—, cada domingo que vengo es lo mismo, ¡siempre tratando de emparejarme con los hijos de tus amigas, vecinas, compañeras de trabajo o quien sea!

—Lo siento, cariño —su progenitora se disculpó de manera instantánea, inclusive antes de que ella hubiese terminado de hablar—, es sólo que me preocupa verte tan sola.

—Mamá, apenas tengo veintitrés —________ se llevó las manos a la cabeza, realmente molesta por la constante situación—. ¡Greg tiene treinta y cuatro y recién se está casando!

—Lo sé, mi cielo, lo sé. Es sólo que me gustaría verte con un novio alguna vez, que tuvieras a alguien que pudieras traer a casa y a las reuniones familiares. Todas tus primas llevarán a sus novios al matrimonio de tu hermano, y tú estarás ahí, sola y aburrida, sin nadie con quien bailar y...

—¡Está bien, mamá, llevaré a mi novio a la boda! —en un impulso, sin siquiera como sería capaz de cumplir con lo que estaba diciento, mintió, harta de las constantes insistencias de su mamá—, ¡¿feliz?!

—¿Tienes novio?

—Sí, mamá —volvió a mentir, olímpicamente, y como si su cerebro no pudiese detenerse, lo que dijo a continuación salió de su boca sin siquiera ser procesado—, tengo novio, su nombre es Ben.

La muchacha le dio la espalda a su madre por unos segundos, sólo para darse un golpe en la frente y maldecirse en silencio, por lo que acababa de hacer. Cuando volteó a verla otra vez, ésta se encontraba con sus ojos llenos de lágrimas y una sonrisa tan grande que llegaba a asustar.

THE MASTER PLAN - BEN HARDYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora