Capitulo 5

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Mal. Mal. Mal. Todo estaba saliendo mal.

Agazapada entre varios arbustos, Ros sostenía furiosa su preciada cámara entre las manos; repentinamente, los "musos" parecían haberla abandonado para irse de fiesta con cualquier diosa griega. No le habría importado de no ser porque había atrasado aquel trabajo y como siempre, sólo tenía un único día para entregarlo. Dudaba mucho que alegar 'Falta de inspiración' pudiese convencer a su profesor para otorgarle, tal vez, un par de semanas más. Dándose por vencida por lo menos unos minutos maldijo a cualquier ser humano sobre la faz de la tierra mientras volvía sobre sus propios pasos, hacia donde Ayen y Assy se encontraban bebiendo cálidos manjares en vasos acartonados. Café para su prima, y chocolate humeante preparado especialmente a la pelirroja.

Esa misma mañana sin previo aviso Ros había acudido al apartamento compartido por sus amigas, ya vestida y adecentada en su querida moto. Conseguir que estas abandonasen el sueño un día libre para acompañarlas hasta las entrañas del bosque, no había sido tarea fácil. Profundos surcos azulados delataban en ambas lo que seguramente se trataba de noche complicada. Como primera opción la chica de ojos grises sopesó que, tal vez, algún tipo de disputa causó el desvelo, pero continuaban tratándose del mismo modo. Menos Assy, quien parecía ver fantasmas a cada minuto. Las lecciones del profesor Somerhalder eran estrictas, seguramente temía como ella, que llegase el día siguiente.

Cuando finalmente se reunió junto a las demás apoyó las caderas sobre el capó del vehículo perteneciente a Ayen, tomando de esta manera una brusca bocanada de aire hasta llenarse por completo los pulmones.

- ¿De verdad no podíamos haber ido a otro lugar? - La pregunta de Assy brotó cuando su prima le arrebató el café de las manos. Suspicaz, recorrió la espesura del bosque con los ojos. - Esto es tétrico.

- Por eso mismo quiero sacar buenas fotografías - Respondió Ros tras dar un rápido trago a la bebida o por lo menos, su escaso contenido. - Hay una casa abandonada no demasiado lejos ¿Por qué no echamos un vistazo?

Casi de forma automática, Ayen y Assy se miraron sin necesidad de expresar en voz alta cualquier tipo de pensamiento. Eso sólo logró aumentar la desconfianza en Ros. Presentía la misma sensación que cuando entraba al cine una vez comenzaba la película; no enterarse de nada, intentar imaginar qué había sucedido con anterioridad. El silencio reinó por un breve instante donde los pájaros aprovecharon para cantar y pasar de rama en rama.

- No me vengáis ahora con el miedo a los espíritus - Replicó la mayor, arqueando ambas cejas. - Es sólo una casa, vieja, seguramente repleta de musgo y suciedad.

- Los fantasmas son mi última preocupación... - Musitó una desconsolada Assy, colocándose mejor la gruesa chaqueta sobre los hombros. - Puede ser peligroso.

Exasperada su prima agitó los brazos, aunque con esto derramase torpemente el contenido del café a un lado.

- ¡Vamos! Necesito ese aprobado o no podré tener tiempo ni para respirar. Tal vez entre paredes agrietadas logre encontrar un atisbo de inspiración, algo hermoso para fotografiar o...Un simple bicho. Cualquier cosa me vale para conseguir la mera aceptación del profesor.

Ayen no pudo evitar sentir compasión por su amiga. Ella misma había pasado por una situación similar el mes anterior, aunque en aquel entonces no debían tratar con el puntiagudo tema de los hombres lobo.

Nada más irse Derek, lidió con la tarea más complicada de su vida: intentar hacer entrar en razón a alguien como Assy, quien sólo creía en materia y ciencia. Encontrar las palabras exactas para no ganarse un puesto directo a psiquiatría resultó ser como caminar entre serpientes venenosas. Por suerte, contaba con el ligero avance de los recuerdos en Assy. Sólo tuvo que explicar exactamente de quien eran aquellos ojos brillantes y lo sucedido en su dormitorio. Incluso todavía podía sentir las recelosas miradas por parte de la otra, quien asustada parecía esperar que un licántropo apareciese en cualquier momento.

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