-Solo dile, dile que es lo que sientes, solo arriesgando sabrás, a veces arriesgarte y no ser correspondida puede que cambies de parecer o tal vez no...
—Contesta por favor. —rogué que alguien tomara el teléfono y respondiera.
—¿Hola? —escuche una voz gruesa a través de la linea.
—Hola...¿Se encuentra Mac?. —trague saliva y pregunté.
—¿Quién la busca?
—Dylan, un amigo. —respondí nervioso.
—Ah, ella aún no llega de trabajar, ya no debe tardar.
—Oh...puedes decirle cuándo llegue, que en una hora y media estaré ahí por favor.
—Si claro.
—Gracias hasta luego. —suspire aliviado.
—Adiós
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La voz del chico que llamó preguntando por Mac se me hacía un tono familiar, tal vez lo conozca, al lugar donde suelo ir conocí a un tal Dylan, ese tipo no lo soportó es un tipo fanfarrón, suele creerse delante de todos, espero y no sea el, de lo contrario todo se arruinaría.
Escuché la manija de la puerta girar y cuándo fije la vista hacía la entrada era Mac.
—Que aburrido te ves querido. —expresó con un gesto de desagrado.
—Uy que divertida has de ser tú
—Más que tú si lo creo.
—Te dejaron un recado
—¿Quién?
—Un tal Dylan— dicho esto esbozo una sonrisa. —Dijo que en una hora y media estaría aquí.
—Vale vale, gracias. —apresuro el paso caminando hacia las escaleras.
—Hey no tan de prisa tortolita. —se detuvo en el segundo escalón mirándome bruscamente.
—¿Qué pasa?
—¿Quién es ese cretino?
—Un amigo, nada que te incumba.
—Soy tú hermano, debo saber.
—Tal vez yo también debería estar informada de la chica que te cojes. —hizo una mueca de burla.
—¿Quieres saber como me la cojí?. —comencé a reír, cambió su mueca de burla a una de asco.
—No me importa y tampoco te debe importar lo mío. —termino de hablar y subió corriendo a su cuarto.
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