Capítulo 10: El progreso de la agente Yuyi

45 12 6
                                    

- ¿Cree que funcionará?

- Habrá que probar. - respondió el inspector.

- Lo más probable es que ya no esté donde sea que estuviese antes. - añadió Arthur.

El inspector asintió, pero aun así tenía esperanzas. Ellos iban en aquel coche con Yuyi, y detrás los seguían Suzanne, Malcom y Alison en otro. Entonces se encendió la pantalla del móvil de Arthur.

- ¿Le importa que conteste?

- Adelante.

Arthur dejó que la imagen de Keyra se proyectara.

- Me he enterado de que tuviste un accidente, pero veo que estás bien.

- Sí.

Ella miró dudosa hacia Grant. Se moría de ganas de preguntarle a Arthur por Mike y, quizás, si encontrase el valor necesario, pedirle que fuera con ella a cenar, pero no quiso hacerlo delante del inspector.

- Bueno, ya hablaremos. - y colgó.

Arthur parecía no entender nada.

- ¿Y esa chica? ¿Es la que se crio contigo? - preguntó Charles con una sonrisa en su cara - Es guapa...

- Sí, esa, Keyra. No sé que diablos acaba de pasar. ¿Para qué me llama?

- Querrá una cita. - sugirió Charles.

- No diga tonterías. - Arthur señaló hacia la calle - Probemos aquí, está cerca de la antigua casa de Mike.  

Se detuvieron delante de un parque y bajaron al perro, pero no parecía reconocer el lugar. A Charles le entristeció ver que los pocos niños que había en aquel lugar no estaban jugando al pilla pilla o tirándose por el tobogán, estaban con sus móviles. Sentados en los bancos, sin hablar o jugar con otros niños, enfrascados en sus juegos. Los otros policías, en cambio, permanecieron indiferentes. 

- Demos una vuelta por la zona. - sugirió Suzanne.

El perro no conocía aquel lugar, y si lo conocía, no lo demostró. Llevaban bastante tiempo esperando una señal, un ladrido, algo, pero nada. La perra solo disfrutaba del paseo con la lengua fuera. Pero entonces, cuando ya habían recorrido media ciudad y empezaban a perder toda esperanza, Yuyi alzó la cabeza y empezó a tirar por la correa.

- ¡Sí! - gritó Alison entusiasmada - ¡Por fin!

Dejaron que la perra avanzase por donde ella quería. Los llevó hacia un barrio pobre, de principios del siglo XXI. Allí frenó de repente ante la carnicería.

- ¡¿De verdad?! ¡¿Solo era esto?! - desesperó Malcom.

Pero entonces una señora salió a la puerta.

- ¡Yuyi! ¡Cuánto tiempo! 

Le dio un hueso de pollo a la perra y entonces se fijó en los policías.

- ¿Conoce a esta perra? - preguntó Arthur.

- Sí, pertenece a un chico joven que suele pasar por aquí. ¿Por qué no está la perra con él? ¿Le ha ocurrido algo? - estaba visiblemente preocupada.

- ¿Podría... podría describírnoslo? -  pidió Charles.

- Es un chico joven, no muy agraciado. Diría que es bastante flacucho y no muy alto. Pero lo que le falta de belleza exterior lo tiene de amabilidad. Es muy educado y agradable. Siempre viene a saludar. - miró a Yuyi sujeta por la correa - o venía... ¿Le ha ocurrido algo? - volvió a preguntar.

- ¿Sabe donde vive?

- Sí, una vez le llevé un encargo hasta casa.

Los policías se miraron sonrientes. Por fin un golpe de suerte.

Metallic KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora